El futuro de la belleza

epigenetica
"Hay que tomar precauciones con productos que son muy generales, porque aunque activen genes también pueden desactivar otros que sí son necesarios y que antes tenías activados", advierte la doctora Paula Klein.

La cosmética y la dermatología son cada vez más personales. Lo que le sirve a una persona no asegura su éxito en otra. Para encontrar soluciones, algunos científicos se están aventurando en lo más profundo del ADN.




Las respuestas a las interrogantes de la medicina anti-age podrían estar en las abejas. En una colmena cada integrante tiene su función. La reina es la única hembra fértil y los zánganos los machos encargados de fecundarla. Los huevos fecundados se depositan en celdas específicas del panal y se transforman en larvas, siendo alimentadas en forma azarosa por las obreras: las larvas que reciban solamente polen pasarán a ser obreras mientras que las que sean alimentadas con la jalea real se convertirán en abejas reinas. Lo sorprendente es que, a nivel genético, tanto obreras como reinas son idénticas, pero al observarlas podemos ver sus diferencias físicas.

La epigenética es una rama de la biología que se preocupa de la interacción de los factores externos con los genes y su expresión, y, según expertos, es el futuro, no solo de la belleza sino también de la medicina. Estudia la manera en la que las condiciones medioambientales, los hábitos y las experiencias individuales modifican la expresión de la información genética que se hereda de los padres, sin que esto cambie su secuencia. Tal como explica la nutrióloga y especialista en medicina anti-age de Clínica Klein, Paula Klein: "Se trata de una parte bastante nueva de la ciencia, que se empieza a dilucidar en los 90, mientras se descifraba el genoma humano. Pensaron que con eso se encontrarían las respuestas a todos los problemas y enfermedades, y no fue así, se dieron cuenta de que en el cuerpo pasan muchas cosas que hasta entonces desconocían".

La doctora explica que un ejemplo claro se encuentra en los gemelos idénticos. Aunque sean genéticamente iguales, existen casos en que uno desarrolla una enfermedad mientras que el otro se mantiene sano. "Se dieron cuenta de que había factores que encendían y apagaban genes", cuenta. Lo mismo pasa en el caso de las abejas, donde factores epigenéticos que se encuentran en la jalea real 'aprietan el interruptor' de un gen que, al ser silenciado, da paso a la expresión de otros genes que permiten el desarrollo de la abeja reina.

El lado cosmético

Los factores epigenéticos son herramientas que el cuerpo usa para modificar la expresión genética, actuando como un interruptor que enciende o apaga y aumenta o disminuye la producción de ciertas proteínas sin necesariamente cambiar los genes. Por eso algo que llama la atención es que existan características derivadas de la epigenética que, por algún motivo, son heredables y pasan de generación en generación. El dermatólogo y profesor, experto en prevención del envejecimiento, Juan Honeyman dice que incluso se ha comprobado que ciertos tipos de arrugas pueden traspasarse de padres a hijos sin que haya modificaciones en la información genética de las personas: "Estos factores podrían determinar la forma en la que envejecemos".

La doctora Klein aclara este punto, explicando que aunque una persona haya nacido con una característica genética 'dormida', esta se puede haber activado con el tiempo y, sin modificar la estructura del ADN, haberse traspasado a una nueva generación.

No cabe duda que la genética está involucrada en cómo envejecemos, y esto se debe a que, a medida que pasan los años, ciertas proteínas comienzan a apagarse, dando paso a la falta de elasticidad y suavidad de la piel, lo que a su vez lleva a las arrugas. Según Honeyman, esto es una antesala al envejecimiento, y sería "a través de los tratamientos con factores epigenéticos que se podría aumentar la hidratación profunda de la piel y a la vez estimular la renovación celular, potenciando la producción de proteínas tales como el ácido hialurónico, colágeno y elastina". En el futuro estos métodos podrían ser tan específicos que serán capaces de reactivar proteínas que con los años se han apagado, revirtiendo el paso del tiempo en la piel.

"El tema está en descubrir bien cómo hacer que el tratamiento llegue a donde tiene que llegar para que actúe en la zona específica y no provoque daños colaterales, porque, claro, se puede influir en el gen de las arrugas pero al hacerlo se puede accidentalmente encender un gen que provoque un cáncer", explica el dermatólogo de Clínica Klein Rodolfo Klein.

A esto la doctora Paula Klein agrega una advertencia: "Debemos tener mucho cuidado, porque hay empresas que hacen saltos lógicos y empiezan a vender cosas que no siempre funcionan. Hay que tomar precauciones con productos que son muy generales, porque aunque activen genes también pueden desactivar otros que sí son necesarios y que antes tenías activados".

El doctor Rodolfo Klein concluye: "La epigenética es una ciencia espectacular que todavía está en pañales. Mi teoría es que de aquí a diez años habrá un cambio radical en la medicina. No se van a tratar las infecciones con antibióticos, sino que con algo que estimule tu propio gen para producir algo que a su vez luche contra los gérmenes. Esto va a ser la medicina del futuro, porque la epigenética podrá decir que 'no está actuando el gen que debería actuar y no lo está haciendo por este motivo".

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