Aquí trabajo yo: Maureen Boys

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"De profesión soy actriz y estudié un Magister en Innovación. Después de ese magister, que fue bastante intenso, me di cuenta de que necesitaba un tiempo para mí. Seguía en Instagram a una chica que hacía timbres y pensé que podía ser entretenido probar con eso. Siempre me ha gustado explorar el ámbito de lo plástico y después de hacer el taller, no paré más. Mi papá siempre nos fomentó la creación artística. Él es un ser creativo, y cuando chicos nuestros disfraces eran los mejores del mundo. Siempre tuvimos la posibilidad e ir a museos, exposiciones, probar cosas. Ahora vivo lo de los timbres casi como una obsesión. Lo siento como una suerte de escape.

No tengo taller y trabajo en el comedor de mi casa. Armo y desarmo, pero no siempre lo hago todas las noches. Mi familia me ayuda con este sistema, y ya todos saben dónde guardo las cosas. Aunque sé que interfiero en la vida familiar, en alguna medida esto es parte de lo que soy. Estar acá también me permite compartir con los niños. A veces los miro jugar cuando ponen la mesa de ping pong en el patio o me conversan mientras trabajo. Incluso muchas veces se sientan a mi lado a tallar. Me gusta trabajar con la presencia de ellos.

La mejor parte de mi oficio es que no cobro por los encargos, sino que hago trueques. Veo esto como un regalo, y siento que las personas son muy felices cuando reciben su timbre. Los primeros los compartí en redes sociales y cuando gente me preguntó si les podía hacer los suyos y cuánto les iba a cobrar, contesté que no sabía, que no podría cobrar. Artista visual no soy, soy actriz, soy madre, soy profesora. Entonces me daba pudor cobrar. Así fue como se me ocurrió esta posibilidad, que ha sido preciosa. Lo que más recibo a cambio de los timbres son lápices, libros, chocolates y nutella, de la que soy fanática. Pero también recibo cosas particulares, como invitaciones a almorzar, a tomar café, un día de spa.

Hace poco hice fanzines por curiosidad. En general mi vida se ha armado así: upa, chalupa. Había visto algunos y me dije 'ay, por qué no invento algo'. Tengo muchos timbres de animales y me gusta harto la poesía, entonces pensé en el tema de la animalidad. Me lancé pensando en hacer una serie de 20, porque cada uno era estampado y escrito a máquina. Subí uno a Twitter y empezaron los 'yo quiero, yo quiero'. Al parecer llamó la atención. Decidí que un tercio iban a ser regalados a conocidos, un tercio abandonados por la ciudad y un tercio vendidos. Los que abandoné los dejé en el metro y puse mi nombre de Twitter atrás, para ver si alguien me contactaba. Al otro día me llegó un tweet diciendo: "¡Encontré uno!". Fue muy bonito. También me contactó una niña del Ministerio de Cultura a la que le tocaba hacer un viaje a Japón y quería llevarlos de regalo de parte nuestra, pero me pidió 200 y no fui capaz. Todo lo que hago es a escala humana".

Maureen Boys (40) es actriz y profesora de la Universidad Católica. Su hobbie es hacer timbres a pedido, los que luego intercambia. Además, es autora del libro para niños "Mi rima, mi cuento" de Ediciones UC. Twitter: @MollyBoys

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