Patricio Fernández por Carlos Larraín

Más de una vez, el director de The Clinic, entrevistó con sarcástico humor al presidente de Renovación Nacional. Por eso Carlos Larraín, que tampoco se queda corto en la ironía, andaba con la bala atravesada y tenía bien apuntadas unas preguntas para Patricio Fernández. Aquí, la revancha.




El senador Larraín llega al hotel ritz, donde será esta conversación, en el auto que maneja su chofer. Patricio Fernández, director de The Clinic, llega en micro. Los dos apurados, refunfuñando por esta cosa tan rara de echarse un poco de estuco y posar frente a una cámara fotográfica.

Se ponen mañosos, reclaman y preguntan a cada rato si están listos. Larraín pide agua y Fernández cerveza, dispuesto a someterse al cuestionario que el senador trae en una libretita del Senado. Larraín parte disculpándose. Él no es periodista y sólo preguntará lo que le ronda por "el zapallo", dice.

Bueno, don Patricio, usted se caracteriza por ser un iconoclasta. Pero dime, ¿te puedo tutear para estos efectos?

Por supuesto, ¿yo podría contestar de la misma manera?

Por esta ocasión solamente. Sigamos. Tú que te caracterizas por ser iconoclasta, ¿crees que hay algo rescatable del viejo Chile?

Muchísimo más de algo. Pero, mira, no sé, eso de iconoclasta es una manera también de tratar al que piensa distinto. Antes se hablaba de "irreverente".

Iconoclasta es el que rompe los íconos.

Es que algunos íconos los rompo y otros no. A mí el mundo conservador me genera de las más grandes atracciones que usted pueda figurarse.

Oye, entonces, si pudiéramos hacer un esfuerzo de preservación de algunas cosas, ¿cuáles rescatarías?

Existe la creencia de que el viejo Chile es algo así como su clase dirigente y su aristocracia y, a mí, del viejo Chile me gustan desde los movimientos obreros –que los veo desaparecidos, pasando por su lógica de la responsabilidad– hasta la historia de la sociedad de la igualdad de Bilbao y de Lastarria. Hay muchas cosas que me gustan, incluido uno que otro momio.

Es que el viejo Chile es mucho más variado de lo que se suele afirmar. Yo pienso que la sociedad contemporánea está muy pareja: se busca la diferenciación a ultranza y todos terminan vistiéndose igual. ¿No te asusta el predominio del color negro?

No, porque no creo en lo que usted está diciendo. Al contrario, yo creo que hoy en Chile hay más colores que nunca. Basta ir a cualquiera de las marchas ciudadanas y, créame, a mí, que vengo marchando desde hace como 30 años, me parece que estas manifestaciones tienen un color nunca antes visto. Aquí, la variedad de colores, motivaciones, ondas, estilos, tendencias sexuales, creencias, es increíble.

¿Por qué esos grupos que tienen distintos puntos de partida confluyen en una misma marcha?

Por la convicción de que todos tienen derecho a ser respetados por igual.

¿Crees que la vida contemporánea es más dura?

¿Que la antigua?

Sí.

No sé, de la antigua me tendría que contar usted.

Yo te puedo hablar de cómo se dieron las cosas durante la Guerra de la Independencia. Ahí se produjo esa especie de integración social que hacía que los futres y los huasos pobres…

Es que a mí no me interesa que los patrones y los futres anden de la mano…

Y a mí me encanta esa idea…

A mí me interesa más que los futres no sean tan futres y los empleados no tan sometidos.

¿Te gusta el estado de magma?

A mí me gusta el estado de despertar, me gusta el movimiento que pide educación, que pide reconocimiento a su dignidad, que exige que se respete la naturaleza. Me resultan valores tan admirables y ensalzables como a usted el matrimonio entre un hombre y una mujer para toda la vida.

Eso es una práctica, al menos en mi caso.

Una experiencia heroica.

En el caso tuyo también, ¿o no?

No, yo ya cagué.

¿Te apartaste?

No, o sea, no sé si se dice "me aparté" o "me apartaron".

Fundemos un partido conservador

Sujeto activo o pasivo. Oye, cuéntame, ¿te puedo llevar a tu actividad preferida?

A ver…

¿Recuerdas el Topaze?

Sí, nunca me gustó.

A mí me encantaba. ¿Qué diferencias hay entre Topaze y el Clinic?

No tienen nada que ver. El Topaze es una revista de humor político con caricaturas y el Clinic se parece más a esa prensa canalla que hubo hasta el año 73 y que algunos responsabilizan de la inestabilidad política. Se asemeja mucho más al Puro Chile, al Clarín.

El adjetivo canalla yo lo encuentro un poco mucho, oye. Pero el Topaze era un humor dirigido a las posturas políticas, mientras que el Clinic está dirigido a destruir a las personas.

No. El Clinic juega directamente con los personajes que están dando vueltas pero jamás hemos recibido una querella ni una demanda, porque aquí jamás se ha inventado un infundio.

Hay una diferencia entre lo sugerido y lo afirmado…

Hay una diferencia entre el animus jocandi y el injuriandis.

Lo de ustedes va por lo del injuriandis, pero, bueno, no vamos a pelear por eso. Cuéntame otra cosa, ¿por qué ese odio a la religión que tienes?

No, no hay odio a la religión, sino al fanatismo religioso. A mí me interesa la religión.

¿Como dato cultural?

No solamente. Hasta los 18 años pensé que podía ser cura y todo el interés que se me despertó en esa época por el mundo popular, la política y muchas cosas más, vino por los curas.

O sea, algo bueno puede salir de ahí.

De la religión ha salido mucho de la historia del arte y la literatura. Lo que me molesta es el afán de verdades absolutas.

No hay religión sin verdades absolutas y, agrégale, inexplicables. Pero bueno, ¿qué te parece a ti la comida fusión?

A mí me gusta la cocina tradicional.

O sea el mote, las papas con arroz, la plateada, que es el mejor plato chileno, encuentro yo.

Y la cazuela y el tomaticán, difícilmente serán superados por un pretencioso que hace una cosa rara.

Te pregunto por la fusión porque hay una que me llama mucho la atención: la liberal-socialista. Yo encuentro que socialismo y liberalismo son muy proletarizantes y que, a la larga, producen un efecto parecido. Lo afirmo. Si tú quieres me puedes mandar al cuerno.

Yo creo que es un encuentro feliz. En esa mezcolanza está todo lo que me interesa para una sociedad. Yo olfateo que ya no corre pensar que nada puede frenar a lo que quiera hacer una persona para generar riqueza. Ya no corre eso de ponerlo como valor superior de la política y del desarrollo social de un país, porque, incluso, esto ha tenido su exabrupto moral para los progresistas: se llama meritocracia.

Qué curioso tu nexo.

O sea, dijeron: "Nada más valioso que ese que es capaz de salir de la pobreza y llegar a rico". Yo no creo que eso sea lo más valioso que hay, porque existe también el valor de la solidaridad y de la comunidad, y existe gente que viniendo de abajo no va a poder llegar arriba porque es más débil, y ¿ese qué? ¿Vale menos?

Oye, ¿cómo ves tú a la Concertación?

¿A quién?

O sea, concluyo que se desvaneció.

Como conglomerado, si es que no se desvaneció, anda en silla de ruedas. Me impresiona que haya sacado un 20 por ciento de apoyo, porque todos sabemos que la Concertación fue poco menos que Chile durante un buen rato.

¿Cómo lo hicieron para esfumarse?

Yo no lo encuentro tan inexplicable. Quiero ver si la Coalición por el Cambio dura 20 años.

Nosotros no tenemos sueños de eternidad. La política es todo para la izquierda mientras que para la derecha es una obligación.

Claro, eso me gusta mucho de la izquierda.

¿Te gusta? Porque la mentalidad del Clinic está encaminada a romper con cualquier marco de referencia. ¿Has visto algo más enmarcador que la izquierda?

En su versión antigua, pocos le ganan; solamente el conservadurismo de derecha más ultrón.

Eso es tan obvio y dalo por sentado.Yo te pregunto por la izquierda porque yo nunca he visto nada más conservador que un revolucionario.

En buena medida creo lo mismo. La palabra revolución, aplicada a la cosa política, me resulta muy molesta porque no creo en las posibilidades de fundar el mundo de nuevo.

Tenemos que fundar un partido conservador lo antes posible, pues Patricio…

Tenemos que ver cómo hacerlo, porque el mundo no se puede fundar de nuevo, pero tampoco se puede dejar como está.

Perdóname, mi diagnóstico de la sociedad contemporánea es que está en estado comatoso…

A propósito de los marchantes usted ha hablado de "inútiles subversivos". Yo quiero contrapreguntar aquí. ¿Quiénes son los más inútiles subversivos en el Congreso?

Me parecen inútiles y subversivos los que usan capuchón, tiranbombas molotov y le pegan a los carabineros. Ahora, yo agregué que algunos estaban en el congreso, y cuando lo dije estaba pensando en un diputado que tiene un partido con nombre de vegetal, en el señor Aguiló, quien dijo: "el asesino múltiple de Noruega tiene parientes en Chile, ¿será Carlos Larraín?" Bueno, eso a uno le duele.

Porque no se siente emparentado con el asesino múltiple de Noruega…

Pero para nada, ni por la sangre ni por las ideas ni por ningún lado. Yo no ando matando a nadie.

Ni es partidario de que se mate a nadie.

No soy partidario de que se mate a nadie.

¿Y nunca lo fue?

Bueno, fui partidario de la pena de muerte, pero dejé de serlo.

¿Y dejó de ser partidario de la dictadura de Pinochet?

No, a ver, yo fui partidario de la intervención militar que no es sinónimo de la dictadura de Pinochet en la versión que conocimos 15 años después.

Pero votó que sí al final.

Sí.

Entonces, estuvo de acuerdo con todo.

Bueno, yo seré idiota pero no estaba enterado de lo que pasaba. Pero, ¿a usted le gusta la gente en las calles, manifestándose?

A mí me gusta mucho el roce social republicano. En todo sistema republicano tiene que haber un poco de trifulca si no, no funciona.

Inútiles subversivos

¿Recuerdas tú los episodios de mayo del 68?

Muy bien y con entusiasmo.

¿Le ves algún parecido a esto?

Veo algún parecido en el sentido de que hay una generación que sale a expresarse, que quiere hacerse oír y que no lo había hecho claramente hasta hoy. Pero acá veo petitorios y demandas sensatas; no es simplemente "prohibido prohibir".

Acá se busca algo respecto a la constituyente y al plebiscito…

La asamblea constituyente es algo que cuesta imaginarse.

Yo me la imagino de lo más bien. Como un aquelarre. Un conjunto de gente gritando no más pues, eso es.

Tengo la sensación de que este es un momento histórico en el que irrumpen las diferencias y la política se vuelve compleja. Se acabaron los acuerdos, lo que es natural porque los países no viven de los acuerdos sino de administrar las diferencias.

Yo, al contrario, pienso que los países viven en torno a las necesidades de ciertos consensos mínimos.

Yo, lo que digo, no es necesariamente lo que deseo, digo lo que percibo. O sea, la transición se construyó a partir de consensos pero se terminó. Aquí hay una cosa que se desarmó y un gobierno que requiere de una conducción muy hábil, cosa que no está pasando. Es más, esa polarización la veo en usted mismo. Porque cada tanto se pega una marcás de territorio que juegan harto bien en la polaridad de uno y otro lado.

Pero yo no digo que todo lo del otro lado sea absurdo. La base de esta pirámide es sensata, pero no me gusta el cogollito.

A mí me encanta el cogollito.

O sea, a ti te gusta la parte más tóxica.

Me gusta la parte que de repente se va en volá.

Te la quieres fumar, bueno…

A lo mejor la diferencia entre nosotros está en el cogollito…

Yo le trabajo poco a la sicodelia política.

Le vendría bien, se la recomiendo. Hay que pegarse una volá de cuando en vez. Pero hay que volver. ¿A cuál fue la última marcha que usted fue? ¿Ha marchado alguna vez?

Pero claro, fue… a ver… el año 70 para la elección del Paleta, frente a la estación Mapocho. Y para la UP. ¿Y cuál fue tu última marcha?

En cinco minutos más parto. Cuándo salió con lo de "inútiles subversivos",¿lo retaron mucho?

No, fíjate, nadie, salvo algunos inútiles y algunos subversivos.

Que los hay. Ese tipo de declaraciones no ayudan mucho, ¿o sí?

No. Lo mío no colabora pero yo no estoy acá a cargo de la paz mundial, ¡si yo no soy la madre Teresa!

Aunque se parece un poco.

¿Así de fea era la pobre? Como sea, mí no me llamó nadie porque yo soy autónomo y tengo derecho a decir lo que pienso.

A mí me gusta cuando usted dice cosas como lo de los "inútiles subversivos" porque se pone sobre la mesa lo que muchos sienten pero callan. Es transparentar y sincerar las posiciones y creo que eso es justamente lo que está pasando ahora en Chile. Pero, dígame, ¿yo sería un inútil subversivo?

Inútil no, porque estás haciendo una cosa útil que es poner una postura delante de la gente para que ésta pueda usar el caletre y decida. Pero, subversivo, sin la menor duda.

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