Cita con la nueva belleza

Tienen entre 14 y 15 años y son las ganadoras chilenas del Elite Model Look 2010. Altas y delgadas, no hacen dietas ni ejercicios todavía: son las supernovas del modelaje nacional.




Día viernes, cinco de la tarde. Mientras se terminan de montar las luces y el set donde Chris Frohlich, Augusta Davanzo y Gabriela Fuentes –las tres finalistas del Elite Model Look 2010– darán rienda suelta a todo lo que han aprendido en un año de intensas sesiones de pasarela y fotos, se sientan frente al espejo para que las maquillen. Chris –que compartió empatada el primer lugar con Augusta Davanzo–, es la primera en maquillarse. Es que tiene que irse rápido porque está en el comité que organiza las actividades de su alianza en el colegio y hoy comienza la competencia. Augusta –que no pudo ir con Chris a la final del concurso en Shanghai porque su colegio no la dejó–, conversa con Gabriela –elegida rostro de Elite–. Y entre labiales, sombras y polvos, cuentan de sus incipientes carreras como las nuevas figuras del modelaje.

Chris Frohlich: modelo y doctora

Viene llegando de China, donde representó a Chile en la final internacional del Elite Model Look 2010. Está en octavo básico y tiene 14 años, pero ya se presenta como uno de los nuevos rostros del mundo del modelaje. Alta, rubia y delgada, Chris tiene el cuento claro: quiere ser modelo, pero no descarta la posibilidad de convertirse en doctora cuando salga de cuarto medio. Con su aire europeo, practica hockey dos veces a la semana y se maneja en alemán al derecho y al revés y cómo no si en su colegio –el Deutsche Schule– todas las clases son en germano. Viajó 25 horas hasta Shanghai con su mamá para unirse al grupo de setenta incipientes modelos que participaron en la final del certamen de moda. Estando allá, siguió al pie de la letra las noticias de los 33 mineros atrapados, que daban por la televisión china. Fue a pruebas de ropa, maquillaje y acondicionamiento físico para recibir el veredicto del jurado. Y, aunque no quedó entre las quince seleccionadas, no se queja: "Estoy recién empezando", dice. De esa experiencia rescata lo mucho que le sirvió para conocer in situ el modelaje internacional y acostumbrarse a los flashes "Nos tomaban fotos a cada rato. Es que no es menor ver a setenta niñitas modelos paseando por las calles. Era súper entretenido", dice.

Con tacos y bikini

¿Cómo llegaron a ser modelos?

Gabriela: La ex de mi hermano mayor era de Elite y un día me dijo que por qué no me metía a la agencia para probar cómo me iba. Yo no lo había pensado, pero quise intentarlo. Así que mandé mi foto sin darle mucha importancia al asunto.

Chris: Yo estaba de compras con mi mamá en el Alto Las Condes y en una esquina había un montón de niñas. Como no sabíamos qué pasaba, nos acercamos para ver y justo era el scouting de Elite. Ahí la persona de la agencia me vio y me dijo "Oye, ¿por qué no te tomas una foto?". Yo no lo pensé dos veces y me saqué la foto.

Augusta: Justo en un cumpleaños familiar una de las invitadas era una persona de Elite que me sugirió ir a la agencia para ver qué onda. Yo no estaba muy convencida, pero lo pensé bien y un día, después del colegio, fui a postular. Fue algo que decidí en ese momento. ¡Si incluso fui con uniforme! Igual me fue bien porque al otro día me llamaron para decirme que había quedado y que tenía que llevar tacos y bikini para una prueba de fotos.

Gabriela: A mí me pasó lo mismo. Cuando postulé pensé que me iban a llamar como en un año más, pero me llamaron al otro día para decirme que estaba aceptada y que tenía que ir a una sesión de fotos con tacos y bikini.

Si a mí me llaman para tomarme una foto con tacos y bikini me muero, pero para ustedes era la confirmación de que habían quedado. ¿Cómo se sintieron?

Todas: ¡Súper feliz!

Pero para tomar una decisión así, igual tenían que tenerlo bien pensado.

Chris: Sí. Es que era algo que yo de verdad quería. De hecho, yo estaba en una agencia de modelos bien chica, de ésas que de repente te llaman, pero nunca me imaginé estar en una tan grande como Elite. Augusta: Nunca dije que quería ser modelo. Pero me encantaba mirar America's Next Top Model y canales de modelaje como el E! y siempre pensaba en lo choro que era ese mundo.

Gabriela: Yo también veía los canales de moda y fantaseaba, pero nunca me dije que iba a ser modelo. Pero tampoco se me había presentado una posibilidad concreta.

Y, a todo esto, ¿les gusta usar tacos?

Augusta: Me encanta, pero sólo los uso para ir a sesiones de fotos o desfiles. Es que mido 1,78 m y me veo demasiado alta.

Gabriela: También me gusta, te estilizan mucho más, pero jamás iría al mall con tacos. ¡Terminaría muerta!

Como un futbolista

Y ahora que están tan famosas, ¿las reconocen?

Gabriela: Así como reconocer en todas partes… no todavía. Pero en el colegio gente que nunca antes me había hablado, me pregunta cómo estoy.

Chris: Es verdad. De hecho tengo miles de nuevas solicitudes de amistad en facebook.

¿Y las aceptan?

Augusta: ¡No! Pero es divertido ver que hay gente que sólo porque ahora gané Elite quiere ser mi amiga. Es que con esto del modelaje he conocido mucha gente nueva, pero cuando llegan las solicitudes de tiendas y fotógrafos no me suenan para nada.

Gabriela: Yo sólo los agrego si hay amistades en común con mis amigos. Pero si no, imposible.

¿Qué cosas extrañan de su vida antes de Elite?

Augusta: Yo no extraño nada. Es que esto del modelaje me hace sentir bien conmigo misma. Te pintan, te peinan, te ponen bonita. A cualquier mujer le gusta que le hagan todas esas cosas y que la traten como reina.

Chris: Me encanta mi vida con Elite, pero extraño a mis amigas. Es que de repente hago planes con ellas y justo sale una sesión y no puedes ir. Justo hoy me iba a juntar con ellas y tuve que deshacer mis planes.

¡Perdona!

Gabriela: ¡No! ¡Nos gusta mucho esto, nos encanta! Pero estás dividida. Y hay que cumplir con los compromisos laborales. Lo pasamos súper bien en las sesiones y en los desfiles. Por algo estamos metidas en esto.

Augusta: Yo de verdad estoy chocha. Encontré en el modelaje mi creatividad. Me siento tal como un futbolista a quien le dicen que tiene partido y va feliz. Cuando me dicen que tengo una sesión de fotos o un desfile voy igual de feliz que él.

Con el cuento claro

¿Cómo se proyectan en el modelaje?

Gabriela: Quiero ser una modelo profesional y dedicarme a esto. Pero también me gustaría ser actriz de cine y complementar las dos carreras.

Chris: No quiero ser modelo para toda la vida. De hecho, quiero estudiar Medicina.

Augusta: Yo quiero ser chef de repostería.

Gabriela: –¿De verdad?– le pregunta a Augusta sorprendida.

Augusta: De verdad. Me encanta cocinar cosas dulces. No sé si las dos carreras van juntas, pero es que el modelaje es una carrera que empieza y termina súper chica, hasta los treinta más o menos.

Gabriela: A menos que seas una top model que todo el mundo quiera y tengas que seguir en el modelaje por más años.

¿Y cómo se logra eso?

Gabriela: Hay que irse para fuera. Yo quiero irme a Estados Unidos o a Europa a trabajar. Acá no hay mucho espacio ni para ser modelo, ni para ser actriz.

Augusta: Si quieres ser modelo, no te puedes quedar en Chile. La gente es muy cerrada, ven una pechuga y se escandalizan. Por ejemplo, el proyecto Cuerpos pintados, el chileno no sabe apreciar el arte. Yo me iría de todas maneras.

¿Y usarías una transparencia?

Augusta: ¡Ahora jamás lo haría! Pero tal vez más grande, si está en un contexto de modelaje, elegante, respetuoso… ¿por qué no?

¿Y como qué modelo les gustaría ser?

Todas: ¡Como Heidi Klum!

Augusta: Ella es un ícono, lo ha hecho bien. Formó una familia, tiene su propia línea de maquillaje y ropa, y tiene un programa en la tele.

Gabriela Fuentes quiere ser famosa

Sus imponentes ojos azules y sus bellas facciones la hicieron ganar el título de rostro de Elite a esta quinceañera que no le falta desplante. Segura de sí ante las cámaras, confiesa que está encandilada con el modelaje. "Quiero ser famosa", dice con convicción. Y sabe que para lograrlo tendrá que irse al extranjero a trabajar, sobre todo si además quiere ser una reconocida actriz de cine. Incluso ahora ha tenido que lidiar con la fama: las solicitudes de amistad por facebook se han disparado y en el colegio, gente que antes pasaba de largo a su lado, ahora le pregunta cómo está. "Me encanta ser modelo. Te pintan, te ponen ropa bonita y he conocido a grandes diseñadores como Rubén Campos", dice.

Augusta Davanzo busca colegio

Tiene 15 años recién cumplidos y ya está ahorrando para comprarse un auto. Le encanta la adrenalina de los desfiles, no porque se pone nerviosa, sino porque está tan ansiosa que lo único que quiere es salir a caminar por la pasarela. Confiesa que su hermano es su más grande fan –"Tiene una foto mía en la billetera y se la muestra a todo el mundo",– dice. Ha participado en desfiles y sesiones de fotos, en donde la compañía de su mamá es permanente. De hecho, hubieran ido juntas a Shanghai de no haber sido por la oposición de su colegio, el Santa Úrsula. "Me dijeron que si iba a China, no podía volver al colegio. La razón fue que ése no es el camino que quieren para las alumnas", explica. Ante esa negativa, Augusta decidió no ir, pensando en que tiene todo el tiempo por delante para viajar y no quería dejar a sus amigas de toda la vida. El problema es que, a pesar de no haber ido, el colegio no la apoyó. "Se generó todo un mal ambiente en el colegio y terminé sintiéndome súper mal", dice. Augusta se arrepintió de

haberse quedado, pero ya era demasiado tarde para ir a China. Pidió que le cerraran el año escolar y, gracias a su muy buen promedio, no hubo problemas. "Entiendo que el colegio tiene valores establecidos, pero la forma en que dieron a entender que no aprobaban el viaje no fue la correcta", dice. Ya pasó la pena y ahora baraja distintos colegios para el próximo año. Será uno en que su opción de ser modelo no

interfiera con los estudios.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.