El método Yaisy Picrin

A punta de lavados de colon, dietas libres de carbohidratos, y vitaminas y minerales que inyecta a la vena, la doctora Yaisy Picrin ha hecho bajar de peso a empresarios, políticos y figuras de la TV. En esta páginas describe y defiende su método que aplica no solo en personas con sobrepeso ya que, como advierte, "el exceso de grasa se concentra en los obesos y también en falsos flacos que se ven bien por fuera, pero que tienen obesidad interna".




Son las diez de la mañana y una recepcionista de tez morena y acento caribeño ofrece café, sonríe y tararea una salsa que contagia a los cinco pacientes que esperan sentados. No hay paredes blancas con carteles que digan "silencio", sí cuadros con figuras talladas en madera y en la sala abundan macetas con palmeras. "Esta es mi pequeña Cuba", afirma la doctora Yaisy Picrin (40), quien hace 13 años se radicó en Chile y fundó la clínica de salud integral que bautizó con su nombre y donde trabajan 40 personas, entre médicos, sicólogos, kinesiólogos, enfermeras y administrativos, la mitad de ellos cubanos.

Desde esa fecha, según sus registros, más de 35 mil personas han llegado a su clínica para seguir el "método Picrin", que asegura eliminar para siempre los kilos de más. Ella misma, que mide 1,70, llegó a pesar 85 kilos cuando tenía 17 años. Adelgazó suprimiendo los carbohidratos y probando un sinfín de terapias y medicamentos naturales. "Me convertí en mi propio laboratorio. No hay dieta, procedimiento o remedio que recomiende a mis pacientes que yo no haya probado antes en mí. Todo, eso sí, debe tener validez científica", dice hoy con los 56  kilos que mantiene hace más de dos décadas.

En 1995 se tituló como doctora en Medicina del Instituto Superior de Ciencias Médicas de la Habana. Trabajó dos años en su país, para luego especializarse en Medicina Estética en Argentina y Brasil. En su oficina cuelga protagónico el diploma que en 1998 le dio la Universidad de Chile para revalidar su título y, junto a él, se luce el diploma del magíster en Ciencias de la Nutrición que cursó en el INTA, de la misma casa de estudios. Además, en Inglaterra y Estados Unidos se especializó en terapia ortomolecular, uno de los componentes fundamentales de su método.

No da nombres, pero se sabe que por su consulta han pasado empresarios, políticos y figuras de la televisión, entre ellos Guillermo Luksic, José Antonio Viera-Gallo y José Miguel Insulza, y la actriz Ingrid Cruz, quien bajó 20 kilos en menos de un año. El único traspié que ha tenido Picrin en estos años se registró en 2005 cuando la Seremi de Salud ordenó la clausura de su clínica luego de que se considerara que las salas de procedimientos clínicos no tenían los permisos sanitarios respectivos. "Fueron 15 días de clausura, durante los cuales nos trasladamos a la clínica Los Dominicos para satisfacer la demanda de mis pacientes. El problema lo tuvo el inmueble, no yo ni mi equipo médico. Resulta que, en esos tiempos, procedimientos como la ozonoterapia o la terapia ortomolecular no eran conocidos por la autoridad", afirma.

Las premisas de Picrin son rotundas. Afirma que bajar de peso rápido no es malo, al contrario, "el corazón lo agradece. Lo que es malo es subir rápido". Advierte que el exceso de grasa no solo causa obesidad, sino que también es el culpable del envejecimiento acelerado, tanto que "con tres kilos que se bajen después de los 30 años, se ganan dos años más de vida".

Llama la atención que en tu clínica se ven muchos pacientes delgados.

Sí, porque un gordo no es solo el que tiene kilos de más o tiene rollos. El exceso de grasa no solo se concentra en los obesos. Hay falsos flacos que se ven bien por fuera pero que tienen obesidad interna. Son los que yo llamo "cuchuflí de manteca": mujeres y hombres flaquitos, pero que tienen más grasa que masa muscular, por tanto, son obesos igual. Sus células tienen más actividad inflamatoria y, por ende, un envejecimiento acelerado con los mismos riesgos de sufrir diabetes, osteoporosis, artrosis y una serie de enfermedades autoinmunes.

¿Cómo un flaco-gordo soluciona su problema?

Debe bajar la grasa y lo único que ayuda a eso es la restricción calórica. Estamos programados biológicamente para vivir 120 años y con una buena calidad de vida, sin diabetes, ceguera o Alzheimer. Pero la expectativa de vida son 80 años y en pésimas condiciones debido al envejecimiento acelerado provocado en 60 por ciento por las toxinas del ambiente, como el esmog y la mala nutrición, que provocan estrés oxidativo.

¿Qué es el estrés oxidativo?

Es el desbalance de la actividad antioxidante y oxidativa del organismo. Mientras más estrés, más patologías, como la obesidad, hipertensión, aterosclerosis y diabetes. Esto se produce por la acumulación de desechos tóxicos en nuestros tejidos, que impiden que la células se regeneren, provocando envejecimiento prematuro, que incluso se traduce en una piel poco vital y flácida, entre otras cosas.

Las tres etapas

Conseguir una hora con la doctora Picrin no es fácil. Su agenda está copada hasta fines de este año pues, cuenta, "entre mis investigaciones, ponencias y antiguos pacientes no me queda tiempo. Pero todos los médicos que trabajan conmigo han sido entrenados por mí y conocen el método tan bien como yo".

En una primera consulta, que dura 45 minutos, la doctora rastrea el historial médico del paciente y se inmiscuye en sus hábitos alimenticios. Lo que busca es resolver cuatro preguntas fundamentales: ¿Por qué una persona llegó a un determinado sobrepeso?, ¿cuáles son las estructuras que se dañaron?, ¿cómo repararlas? y ¿qué hacer para que no vuelva a subir los kilos que desaparecerán? Para dar con las respuestas, y hacer un diagnóstico, lo primero es ordenar una serie de exámenes. Una densitometría, que muestra la composición corporal a través de rayos X para calcular exactamente la masa ósea, la masa muscular, el agua y la cantidad de grasa presentes en el organismo. Un examen de sangre para determinar el estrés oxidativo. Y un mineralograma, examen de pelo, sangre u orina que mide la concentración de metales pesados, nutrientes y minerales.

Con esos resultados en mano, vienen los tres pasos fundamentales del método Picrin: la detoxificación, la regulación metabólica y la mantención.

¿En qué consiste la detoxificación?

Dado que hay que eliminar los metales pesados, como aluminio, arsénico y mercurio, causantes de enfermedades degenera tivas, aplico la terapia de quelación, en la que se inyectan de forma endovenosa sustancias químicas que eliminan las toxinas a través de la orina y las fecas. Cada sesión dura desde 35 minutos. Recomiendo al menos diez, dependiendo de los niveles de toxinas. También indico la hidroterapia, en la que se infiltra vía rectal agua purificada a temperatura corporal. El agua recorre el colon mientras la terapeuta realiza un masaje en el abdomen con movimientos en sentido de las manecillas del reloj. Son tres sesiones de 40 minutos cada una, una vez por semana. Esas descargas barren los desechos que están en las paredes del intestino y permite que el paciente pierda en promedio unos tres kilos o más.

¿El lavado de colon hace perder peso?

Sí, aunque su finalidad es limpiar. Hay pacientes llenos de toxinas, que son estíticos y si no van al baño, obvio que van a tener sobrepeso, pero es un sobrepeso digestivo. El colon es una estructura que mide un metro y puede albergar hasta tres o más kilos de desechos, entonces con esta terapia ya bajan todo ese peso de una vez. Por supuesto que lo que busco es reducir la grasa corporal, pero perder esos kilos iniciales ya significa una motivación para que el paciente haga dieta.

El lavado intestinal es cuestionado por parte de la comunidad médica, pues elimina la flora intestinal.

Hay dosis exactas de agua que se pueden infiltrar de acuerdo al peso del paciente y que no barren la flora intestinal. Este es un tratamiento con prescripción médica, solo realizado por médicos a pacientes cuyo historial es revisado. Hipertensos, personas con las defensas bajas, hemorroides, enfermedades autoinmunes y embarazadas no pueden hacerlo. Esta terapia es combinada con el consumo de probióticos y antioxidantes para proteger la flora, junto con una dieta de preparación baja en carbohidratos simples y rica en fibras integrales.

¿Te interesan los resultados rápidos?

Soy de partir con resultados rápidos, pero siempre advierto que esto es a largo plazo. En una semana un paciente mío consigue bajar de peso y se siente bien, pero esos kilos pueden ser solo agua o materia de desecho, como ocurre con la hidroterapia, y no grasa que es lo que me interesa finalmente. De todas formas sirve como incentivo inicial.

En esa lógica, ¿usas anorexígenos?

No trabajo con anfetaminas, pero hay una cantidad enorme de fitoterapia y homeopatía que logran efectos similares.

O sea, ¿son anorexígenos igual?

Sí, pero hacen menos daño que los químicos. Con la debida supervisión, estos me dan tiempo para trabajar con el paciente, para reformatearlo, mientras voy desintoxicando, reparando las células y suplementando con vitaminas y minerales. Después el paciente ya no necesita los medicamentos, ya que es capaz de controlar la ansiedad. Ahí solo se los suministro en momentos especiales, como el síndrome premenstrual o un viaje all inclusive, donde está muy expuesto a tentaciones. La ansiedad también se suprime con la ingesta de una dieta proteica. Al consumir proteínas se libera cetona, sustancia que actúa como anorexígeno. Por eso recomiendo que cada vez que el paciente tenga hambre, fuera del horario de sus comidas, consuma un pedazo de jamón de pavo, un huevo duro, quesillo o jalea.

Después de desintoxicar, ¿qué viene?

La regulación metabólica. Sugiero, entonces, la ozonoterapia, que consiste en inyectar ozono vía insuflación rectal para estimular la producción de antioxidantes. Y la terapia ortomolecular, que es lo último en medicina que combate obesidad y envejecimiento. La inventó el doctor Linus Pauling, dos veces premio Nobel. Se administran, vía oral o endovenosa, vitaminas y minerales faltantes en el organismo.

Y luego viene la mantención. Lo más difícil. ¿En qué consiste?

No existe una dieta tipo, pero sí recomiendo seguir con régimen sin carbohidratos, harinas y azúcar. Pero soy buena para negociar, porque ¿cómo le voy a pedir a un paciente que está inmerso en un mundo que gira en torno a la comida que no se coma una empanada o se tome un par de copas? Yo le digo: "cómete solo el pino y deja la masa, tómate una copa, pero después estás obligado a bailar".

¿Cuándo el paciente está dado de alta?

Puede ser en tres meses o un año para un paciente que solo tiene sobrepeso sin complicaciones mayores. Pero realmente en cinco años es cuando yo puedo dar el alta. Es tal como cuando los alcohólicos anónimos dicen "llevo tantos años sin beber". Conmigo es: "llevo tanto años conservando el mismo peso que tenía a los 21 años". Ahí declaro el alta, porque es una persona que ha trabajado duro por vivir sano.

Su plan exprés

¿Tienes alguna fórmula exprés que uses?

Sí, si tengo una fiesta, por ejemplo, hago una dieta de una semana con la que bajo dos o tres kilos. Para el desayuno me hago un batido de apio, alcachofa, brócoli, espinaca, un par de frutillas y la mitad de un plátano. Le añado endulzante y una cucharada de linaza. A media mañana me como una manzana y de almuerzo vegetales verdes y una proteína liviana, ya sea jamón de pavo o huevo duro. En la tarde repito el batido y en la noche, al menos dos horas antes de dormir, un puñado de nueces o almendras sin aliño. Además, y como siempre, tomo dos litros de agua al día.

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