El regreso de Somerville

Volvió a estar en vitrina ahora que lo nombraron miembro del directorio de la Bolsa de Comercio de Santiago y que acaba de abrir una nueva sede del restorán de carnes Tierra Noble, del que es socio. Amante de los placeres y férreo defensor del ideario liberal, Hernán Somerville tira aquí sus pensamientos a la parrilla.




Sábado 26 de mayo de 2012. Paula 1096

Todos los días corro siete kilómetros, hago treinta minutos caminando y treinta minutos corriendo. Tengo una máquina en mi casa y aprovecho de conectarme con Bloomberg, con CNN y la BBC. Mientras corro, me informo de cómo abren los mercados. Así mato dos pájaros de un tiro, como yo digo.

La comida no puede ser un ring de box o un motivo de molestia. Los árabes dicen que en una comida uno no puede tener ninguna incomodidad o intolerancia o rabia. En mi casa toda la vida he prohibido las llamadas telefónicas a la hora de comida.

Para mí la comida es como cuando uno mira a una mujer; hay que contemplarla y hay que gozarla antes de comerla.

Cuando en 2006 la Presidenta Bachelet me encomendó ser el Comisionado General del Pabellón de Chile en Shangai me gané el Oscar. Le gané a países de gran trayectoria en materia de exposiciones, como Francia, como Inglaterra, como Japón, y como la misma China. Mi trabajo siempre ha sido catalogado por terceros como de excelencia. En todas partes yo saqué el primer lugar.

En mi vida me he reencarnado varias veces. No sé que otras cosas me esperan, porque uno nunca sabe.

Renuncié a ser embajador en China y ejercí mi legítimo derecho a la libertad porque consideré que no me daban los recursos necesarios para cumplir esa misión. Pero antes, me aseguré de que mi renuncia no produciría problemas en la relación con ese país. Creo en el derecho del hombre a ejercer su autonomía. El hombre no puede ser esclavo de nada.

Estoy absolutamente en contra de la educación gratuita para todos. Para gente de mérito, para gente de esfuerzo, se justifica. Pero para un hijo mío, no. Me parece injusto que la gran mayoría del país, a través de los impuestos y a través de sus trabajos, le dé la universidad gratis a gente que puede pagarla.

Hoy día todos son liberales en términos económicos, pero yo también soy liberal en lo valórico. Creo en la libertad de pensamiento, en la libertad de elegir religiones. Soy partidario de la entrega de la píldora del día después, apoyé la ley de divorcio y, después de un largo proceso, he llegado también a aceptar el matrimonio gay. No me ha sido fácil, pero siendo un liberal, creo que tengo que ser consecuente con eso.

Piñera no fue electo por ser simpático. Fue elegido porque planteó una agenda pro crecimiento y eso es lo que debe realizar. Que se olvide de las encuestas y que haga su trabajo. Que haga la pega.

Estoy en contra del sistema binominal. Creo que cumplió un propósito pero que ahora está superado.

Los políticos tienen que hacer un mea culpa y reconocer que la performance que han tenido en los últimos años no ha sido la mejor.

Le tengo gran afecto a la ex Presidenta Bachelet. Soy partidario de que ella debe ir a una primaria.

No entiendo cómo todavía no se pone en marcha el proyecto de Hidroaysén. La población chilena tiene que entender que si quiere energía barata y no contaminante, hay que usar los recursos que tiene Chile. ¿Qué queremos? ¿Energía cara, que contamina y que viene de fuera?

Yo soy bastante verde. Eso sí, no viejo verde. He sido siempre verde. Me angustia ver cómo masacran los árboles, me angustia ver la sequedad. Yo ando plantando árboles donde puedo. ·

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