Érika Olivera: Olímpica

Flaca como un espárrago, corriendo maratones desde los 18 años, es difícil imaginar que tiene dos matrimonios, 5 hijos y que está a punto de volar a Londres para competir en los que pueden ser sus últimos Juegos Olímpicos. Con ustedes, la incansable Érika Olivera




Paula 1095, 12 de mayo de 2012.

Si alguno de tus hijos te dijera que quiere ser atleta, ¿qué le dirías?

Siempre he dicho que los voy a apoyar en lo que sea, pero espero que ninguno me diga: "Mamá, quiero ser deportista".

¿En serio?

No puedo negar que el deporte me ha hecho muy feliz, pero es un trabajo muy duro, muy solo, siempre hay que estar trabajando para uno. Lo que pasa es que en Chile el deporte no es profesional. Algunos deportistas lo hemos logrado, pero con mucho sacrificio.

Pero yo encuentro que tú, a pesar de ser deportista profesional, tienes una vida súper normal. No sé cuántas deportistas que van a estas olimpiadas pueden decir que tienen 5 hijos.

Sí, la verdad es que eso es también un gran logro. Las deportistas muchas veces no quieren arriesgar un año o dos de entrenamiento o de competencia, pero yo siempre fui súper consciente de que quería ser mamá. Aunque nunca pensé que llegaría a tener tantos hijos. Hoy día son mi gran motivación, son el empuje que tengo para hacer lo que hago.

¿Crees que estos serán tus últimos Juegos Olímpicos?

Eventualmente podría proyectarme a otro ciclo olímpico, pero hay muchas cosas que poner en la balanza, el sacrificio que yo hacía antes no tiene el mismo valor que ahora. Cuando me voy dejo a los niños en casa de otras personas. De repente llega un momento en que uno dice: "¿Vale la pena o no vale la pena?". Creo que eso va a suceder después de las olimpiadas.

Durante años estuviste casada con tu entrenador, que es el padre de tus tres hijas mayores. ¿Funciona la fórmula de que tu pareja sea a la vez tu entrenador?

No, y en las cosas de la casa a mí nadie me entrena en estos días.

Con tu actual marido, ¿las cosas funcionan de otra manera?

Compartimos todo, somos súper respetuosos, pero mi vida la manejo yo y la gobierna Dios.

Tu actual marido (Leslie Encina) también es atleta. Siempre me he imaginado que las parejas de atletas comen puros suplementos alimenticios. ¿En tu casa toman pisco sour, hacen un asado con choripán, o siempre se están cuidando?

Nos cuidamos pero también nos pegamos esos desórdenes porque somos seres humanos. Somos deportistas, pero tenemos derecho a disfrutar como todos los demás. Por ejemplo, el día domingo después del maratón nos vinimos con mi marido y juntos a un grupo de atletas hicimos un asado aquí en mi casa con unos vinitos. El pisco sour a mí me gusta mucho.

¿Corres todos los días de tu vida, Érika?

Corro seis días a la semana. Todos los días entreno entre las 7:30 de la mañana hasta como a las 12:30, que almuerzo. Si mis hijos me dejan dormir una siesta lo hago y luego nuevamente a entrenar entre 3 y media y las 5 de la tarde. Ahí comienzo mi trabajo en las escuelas de atletismo que tengo en las comunas de Recoleta y Huechuraba y llego a mi casa como a las 8 de la noche.

¿Cuál ha sido el premio más importante que has recibido?

El que más recuerdo fue una medalla de bronce que obtuve en República Dominicana en 2003 porque ese fue el año que me lesioné por primera vez y ha sido la única lesión que he tenido durante estos últimos 9 años. Se me reventó un disco y por lo tanto llegué a Santo Domingo con mucho dolor, con molestias, me costaba mucho correr y esa medalla de bronce tiene mucho significado para mí por eso, porque me dolió más que el alma obtenerla.

Cuando vas corriendo, ¿en qué piensas?

Siempre voy pensando en lo que se va a venir más adelante, en las competidoras que van ahí en ese momento corriendo con uno, intento escuchar la respiración de las otras atletas. Hay veces que no estás bien, que empiezas cansada y ahí tienes que trabajar mucho con la cabeza, pensar en lo que habías entrenado, que tiene que valer la pena el esfuerzo que he estado haciendo.

Las envidias, aserruchadas de piso, ¿son muy duras en competencias internacionales? En los Juegos Olímpicos o en los Panamericanos, ¿hay riesgo de que alguien te eche veneno en tu leche malteada, por ejemplo?

La verdad es que yo nunca he visto cosas tan extremas, pero uno siempre tiene que tener cuidado. Nunca hay que dejar un vaso con líquido que estés tomando por ahí y tomarlo de nuevo. Si tomas agua, la botella debe estar sellada, pero son medidas de precaución, porque nunca he visto que suceda nada.

Para relajar el nervio qué prefieres: ¿marihuana o pisco sour?

Cerveza, porque es un excelente relajante muscular. Muchos se ríen, pero yo la noche anterior a una competencia siempre me tomo una lata de cerveza. Te acuestas a dormir y nadie te despierta.

El sexo, ¿qué prioridad tiene en tu vida hoy?

Es primordial.

¿En serio?

Sí, porque uno puede tener una muy buena relación como pareja, como amigos, pero también está esa parte en donde uno se comunica mucho mejor con la persona que está a tu lado y puede demostrar todas las pasiones y lo que se siente realmente.

Pero con tantos hijos y con tanto entrenamiento ¿te quedan ganas?

Bueno, si yo amo a mi marido, obviamente que él me llama mucho la atención, entonces sí, me dan muchas ganas de estar con él.

¿De qué producto eres una consumista incorregible?

Me gustan los zapatos. A pesar de que no tengo mucho tiempo para usarlos, porque todos los días me pongo zapatillas, tengo mis tacos y me encantan.

Un recado o un consejo al Presidente Sebastián Piñera.

Que esté más al tanto de lo que sucede con el deporte en Chile.

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