La hermandad de Los Bunkers

Son una banda-familia. De hecho, entre los cinco integrantes, hay dos pares de hermanos: Álvaro y Gonzalo López, y Francisco y Mauricio Durán. A ellos se suma Mauricio Basualto, amigo de la infancia. La cofradía funciona. Nacidos en Concepción y radicados en México, en abril tocarán en el festival de Coachella, en California, donde no cualquiera llega. Aquí, Los Bunkers piensan en voz alta.




El clan penquista

"El hecho de que la mayoría de los sentimientos que giran entre nosotros estén ligados a la familia hace que nuestra capacidad de superar crisis sea súper grande. Llamarnos Los Bunkers al inicio fue una cosa pop, pero después fue agarrando significado. A estas alturas de nuestra carrera la figura de un clan que se autoprotege es súper omnipresente. Peleamos harto, pero al mismo tiempo es difícil que uno se imagine sin alguno de los otros. Vamos a comer juntos y compartimos hasta la pasta de dientes durante las giras. En México, sin proponérnoslo terminamos viviendo relativamente cerca. En ese país gigante y cuando a veces piensas que la relación está desgastada, en la noche terminábamos coincidiendo en el mismo club. O en una disquería, o en el lavaseco. Quizás el hecho de ser de provincia nos hace ser más aclanados. Llegamos de Concepción a Santiago muy chicos y no nos quedó otra que acompañarnos. Tiempo después de conocernos, Carlos Cabezas nos dijo que al principio le dábamos entre risa y ternura porque éramos como monos animados: íbamos juntos para todos lados y nos vestíamos con corbata, todos iguales, pero que a la vez transmitíamos solemnidad. Cuando chicos nos creíamos Los Beatles y hacíamos una mueca cuando tocábamos en vivo. Eso no se ha perdido. Ahora, a veces tocamos frente en un lugar lleno de gente. Entonces nos miramos y hacemos la misma mueca, como diciéndonos 'acá estamos, haciendo esta hueá'. Es bueno no perder de vista eso: hacer música puede ser algo tan simple como juntarse con los amigos a tocar la guitarra y cantar".

Guaguas viajeras

"Dedicarse a esto es renunciar a todo, pero es la vida que nos tocó y lo hacemos cagados de la risa. Algunos de nosotros tenemos la suerte de que tenemos mujeres e hijos que nos acompañan. Cuando a veces la mujer te pregunta, '¿qué es lo más importante para ti, la música o tu hija?'. Uno se complica caleta. Pero la mejor respuesta sería: 'Lo más importante en la vida es mi hija, pero la música va conmigo para todos lados, no puedo renunciar a ella'. Vivimos cambiándonos de casa. Ahora con niños es más complicado, porque los hijos nos acompañan en el viaje. Nuestras mujeres tienen un carácter gigante, y parten con la guagua y la maleta. Es bien enternecedor. Lo mejor de vivir en México es la experiencia de inmigrante. Uno crece como ser humano. Es valiente salir de la pieza de tu mamá y de repente estar enfrentado a este país gigante, peligroso, hermoso, y verte sentado en el metro. Y ahí estás. Y te dices, 'vamos que se puede'. Eso es lo más espectacular. Con la experiencia de haber vivido en México uno se las podría batir en cualquier parte".

La buena estrella

"Nuestro último disco Música libre son sólo reversiones de temas de Silvio Rodríguez. Cuando se supo lo que haríamos recibimos todo tipo de críticas, se supone que un grupo de rock no puede hacer algo así. Pero hacerlo fue un gesto de honestidad con nosotros mismos, al reconocer que todos en algún minuto de nuestras vidas fuimos fanáticos de Silvio, igual que de Los Beatles, por alguna razón. Es un disco súper íntimo, incluso más que en los que hacemos con nuestras propias canciones, porque volcamos en él nuestros recuerdos y experiencias personales. Este disco, además, nos trajo buena suerte. Por ejemplo, Coachella apareció en nuestro camino gracias a nuestro mánager, que es el mismo de Café Tacuba. Un día en un bar nos dijo, 'estoy a punto de cerrar Coachella'. Cuando nos confirmó que era verdad, nos mandamos un par de tweets diciendo 'Nos vemos en Coachella, yuju!', porque es a toda raja. Ser el primer grupo chileno que llega a ese escenario dice que estamos haciendo las cosas súper bien. Pero a nosotros como banda lo que más nos interesa es lo que pase después. Nos acaban de confirmar como parte del festival Lollapalooza gringo. Otra cosa sería llegar al festival de Glastonbury, en Inglaterra, pero eso es un sueño mayor, porque es transcontinental. Además, no nos gusta ir a cosas financiadas por el gobierno, porque es ultra charcha ir como embajador cultural, cuando esto es un negocio. Tú vas y cantas porque tienes algo que decir, porque es tu pega, y porque te lo ganaste".

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