Hablando fuerte

Despotrica contra la Iglesia, la política, la corrupción, el racismo y los estigmas. En un mundo masculino, la voz de la rapera española María Rodríguez irrumpe con fuerza. En su reciente visita a Chile, la ganadora de un Grammy Latino conversó con Paula para hablar sin culpas ni disculpas, mientras se alistaba para un concierto en el Centro Cultural Amanda como parte de un show organizado por The CAT Editions.




Crítica, directa, provocativa. Sin pelos en la lengua. Los medios la llaman la patrona del hip hop. 32 años, 16 de carrera y cuatro discos editados. Dos hijos. Le sobran las nominaciones a los premios MTV y los Grammy Latino, que en 2010 la premió con la Mejor Canción Urbana por su hit No pidas perdón, de su último álbum, Dirty bailarina (2010). En ese mismo disco canta: "A mí me parieron fuerte, me criaron fuerte. Caminé fuerte, siempre hablé fuerte", tónica que desde sus inicios ha caracterizado a su rap aflamencado.

Aunque nació en Jerez, tenía 4 años cuando se cambió a Sevilla. En el barrio La Macarena, la joven María Rodríguez se dio cuenta de que tenía facilidad para escribir poemas con versos inspirados en lo que la rodeaba: la pobreza. En ese mismo lugar se impregnó de las corrientes urbanas y descubrió el rap como medio de expresión.

En 1997 creó su grupo La Mala y el Cuervo, pero la consolidación llegó en 2000 con Lujo ibérico, su primer álbum como solista que ganó un disco de oro. Desde entonces Mala Rodríguez ha viajado por el mundo sin temor a alzar la voz para decir lo que piensa.

Algunas de tus canciones y videos han sido censurados en canales de Estados Unidos y España. Si haces las cosas pensando primero en los medios nunca harás nada.

Me da igual. Tengo que decir lo que tengo que decir. No pienso en dónde van a colocar el titular. Desde luego quiero que me escuchen, pero no tengo que moderar mi mensaje para que llegue al público.

Te han tildado de furiosa, irreverente e inconformista, ¿qué tanto de esos adjetivos te quedan después de años de carrera? Todo. Esa soy yo. ¿Y quién eres tú?

Soy muchas cosas y ninguna a la vez. A mí me gusta irme. Olvidarme de mí y dejarme llevar por las letras. Siempre he tenido la fuerza para decir lo que me ha salido del coño.

¿Por qué la mala y no la buena?

Porque las malas se lo pasan mejor. Las reglas están para romperlas. Ese es el lado divertido de la vida.

¿Cuál es el mensaje que te convoca?

El mensaje más claro para mí es dar amor. De toda la mierda que se habla continuamente yo me quedo con "haz lo bueno, y ya". Haz lo que tú creas que tienes que hacer, autorrealízate y no juzgues a los demás. Hay que hacer lo de uno, hacerlo bien y dejar ser.

¿No es una mochila pesada que te cataloguen como la voz femenina de habla hispana?

No. No me siento mal con ser una representante femenina. Me considero una mujer que tiene ideas bastante comunes dentro de la sociedad. Hay muchas mujeres que piensan como yo y por eso estoy ahí subrayada, porque hay personas que conectan con lo que yo digo. No lo considero nada especial. Sigo a muchas mujeres que son dignas representantes de la palabra femenina. Y son mujeres comunes, no necesariamente conocidas.

También la prensa ha dicho que eres lesbiana resentida.

Muchos creen que soy lesbiana porque tengo seguridad en mí misma. Me hace mucha risa que cuando se ve a una mujer con ideas feministas, que busca la igualdad de derechos y obligaciones, de inmediato se le pongan signos. Pero tener ideas claras me parece lo más normal del mundo. ¡Basta ya de comemierda!, ¿sabes? Por respeto a los niños que nacen no se puede seguir manteniendo esa estupidez de estigmatizar a la gente. Hay que ser y dejar ser.

Una de tus últimas canciones se titula Mato para que no me maten, ¿cuál es tu reflexión?

Es mi conclusión después de ver la locura que hay a mi alrededor: sistemas económicos que se derrumban por las malas decisiones de unos pocos que tienen el poder, el racismo, la Iglesia que me parece un negocio. Y, mientras tanto, la gente que vive bien se siente culpable porque vive bien. ¿Y qué hay de los que viven mal? Odio a eso cabrones que viven bien a expensas de otros y que desequilibran todo. ¿Cuál es el motivo? ¿Por qué tiene que morir gente para que otra esté viva? Si no mato, me matan o no me van a matar pero me van a estigmatizar, ¿cómo? llamándome maricón o lesbiana, que no entiendo por qué tiene una connotación mala. Aún no ha habido ningún partido político que haya presentado una solución y necesitamos darle otra vuelta. Necesitamos entrar en otro grado de conciencia.

¿Y cómo se hace eso?

Comenzando por desprendernos. Decir: "Bueno, ¿hasta qué punto estamos necesitados o enganchados a ciertas cosas? Es que nos cuesta tanto desarraigarnos, toda esta estupidez de las banderas, de idiomas, de conocimientos que segregan aún más a unos de otros. Lo único en que creo es en la gente con buena voluntad y que hace cosas buenas. Esa es la partida para que todo cambie.

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