Católico y porfiado

Padre de 8 hijos, dueño de dos casas, un caballo y cuatro perros, Manuel José Ossandón, alcalde (RN) de Puente Alto, declara que en La Moneda no lo escuchan ni lo quieren; que se siente frustrado por la falta de calle de la gente del gobierno y que todos saben que si cometes un error, nadie te va a prestar ropa en el mundo de las parkas rojas. Pero la fe no se la quita nadie.




No puede más con el recientemente inaugurado Balneario Municipal de Puente Alto. Es su chochera, su juguete nuevo, tanto, que cuando se lo presentó a los vecinos se pegó un guatazo con ropa. Todas las cámaras sobre él. Los vecinos vitoreaban su nombre. Hoy, bajo un sol inclemente en Puente Alto, –una comuna con más polvo que áreas verdes–, mil cuatrocientas personas disfrutan del balneario según el cálculo del "Cote". Las familias hacen asados bajo los quinchos o almuerzan humitas y sandía sobre el pasto. Los niños chapotean en las dos piscinas, se ponen eufóricos en los juegos de agua o en la cama elástica o bailan con una instructora al ritmo de las canciones más contagiosas del verano.

"¡Gracias alcalde!", "¡Alcalde, una foto!", "Cote", le dice un niño, "¿Por qué no se queda a almorzar con nosotros?".

"La gente que participó en el diseño del balneario me dijo que había que poner letreros por todos lados con restricciones, con normas y yo les dije: 'No señores, este es un balneario precioso, elegante y fino, pero es popular y eso significa que mi gente va a traer sandía, frazadas, van a hacer asados y yo no puedo ponerles condiciones porque voy a atacar su esencia'. Los que me recomendaban poner prohibiciones no entienden nada sobre lo que la gente es y siente", afirma Ossandón, alcalde de Pirque desde 1992 hasta 2000 y, desde ese entonces, de Puente Alto.

Ossandón se traslada a la villa El Volcán, al sur poniente de la comuna, un sector tristemente célebre por aparecer en la crónica roja de los noticieros, donde sus habitantes son la mayoría de las veces tratados de "antisociales". Apenas se puede caminar por la cantidad de perros vagos que hay por todas partes y que escarban en microbasurales, rasgando bolsas en busca de comida.

Ossandón posa para la foto fuera de un block –no sin antes advertirnos que cuidemos nuestros equipos y que seamos breves–, desde donde se asoman ojos con mirada perdida. Los minúsculos departamentos dan cuenta de un hacinamiento feroz. Y del miedo con que viven sus habitantes: todas las puertas están blindadas con rejas y las dueñas de casa se turnan para cuidar que no se roben la ropa que se seca al sol entre un departamento y otro. En las cercanías, hay jóvenes que cuidan las esquinas como si fueran un gran bien raíz, tomando cerveza, fumando, matando las horas.

Acá no llegan ni las empresas telefónicas ni internet. Al parecer no son clientes fiables. Cada cierto trecho, los cables del alumbrado público están marcados con pares de zapatillas que dan cuenta que este territorio tiene dueño. Atrás, al suroriente de la comuna, lejos de aquí, está el balneario.

"Alcalde, tenemos una vecina viviendo en la calle, en carpa", le dicen unas señoras. "Cote" hace un par de llamados y promete solución. Se maneja. Qué duda cabe, tiene calle, la misma que les ha enrostrado que no tienen a muchos del gobierno . No se lo ha mandado a decir con nadie: "Señores del gobierno, les falta calle". Y punto. Lo ha dicho en la prensa escrita, en la tele y donde ha querido.

El alcalde olvidó almorzar. Ya en su oficina se instala en una mesita en la que repasa las tres planas escritas con las ideas que quiere comunicar en esta entrevista. Algunas van subrayadas, otras con anotaciones a mano. La tiene clara. En las paredes, cientos de objetos religiosos, la Virgen de las Mercedes, patrona de la comuna y de los presos. Un libro de la Madre Teresa de Calcuta en una caja de vidrio y autografiado: "Que Dios te bendiga". También, la espada de su bisabuelo que fundó el diario La Tarde y que participó en la Guerra del Pacífico, además de decenas de regalos de los vecinos y una caja de puros con dedicatoria que le regaló Fidel Castro cuando visitó la isla con Joaquín Lavín. "A los de Lavín no les escribió nada", informa.

Las fotos son otro capítulo. Las hay de Juan Pablo II, del Papa Benedicto, de su familia, del general Bernales en la última ceremonia que compartieron antes de su muerte; de él con Ricardo Lagos y Luisa Durán; de su abuelo mostrándole el jardín de su casa a Margaret Thatcher y de José Miguel Insulza muerto de la risa en la ceremonia en la que Ossandón asumió la alcaldía.

Gente de campo

Desde que tenía dos años vive en Pirque y practica el endurismo ecuestre, que consiste en recorrer largas distancias en un mismo caballo. El "Cote" tiene título de técnico agrícola, es el cuarto de seis hermanos y fueron su padre y abuelo quienes vieron en él esa "ganas de hacer algo por los demás", cuenta. Y él, obediente, se postuló como alcalde de la comuna que lo vio crecer.

¿Tu familia es de fortuna o de clase media?

Es que ahora las fortunas son a otro nivel, pero bueno, mi papá siempre fue un hombre de un buen pasar.

¿Viajaban?

Nunca. No teníamos plata para eso. El único viaje que hicimos y que fue hermoso fue en una renoleta a Mendoza porque mis hermanos eran los tres muy buenos tenistas. Nos fuimos bien apretados.

¿Heredaban la ropa?

Sí, pero los zapatos no, porque en el campo se hacen pedazos. Yo fui educado en una linda austeridad.

¿Te cachetearon alguna vez?

Muchas veces me aforraron. Mi mamá me salió persiguiendo muchas veces con una correa y una vez me pegó con el chicote de una rienda. Un chicotazo en el poto bien pegao. Pero, de violencia, nunca. Como buena gente de campo no más. Yo tengo los mejores recuerdos.

¿A tus hijos les aforras?

No, en mi casa manda mi señora. Mi señora es súper estricta y hemos tenido suerte con los niños. La que hace la pega fuerte es ella.

Es un poco injusto…

Atroz. Pero ¿sabes qué? Yo soy inmensamente feliz porque mis hijos tienen una relación con su madre única. Mis hijos mayores le cuentan sus cosas. Yo jamás le conté a mi mamá que me declaré o que me gustaba una niña, jamás se me hubiera ocurrido. Eso quiere decir que mi mujer, con respeto y cariño, ha creado una confianza que me conmueve. Mi señora ha logrado que sean buena gente, que es lo que le falta a Chile: buena gente.

¿Por qué tanto cabro chico?

Yo quería doce pero mi mujer solo ocho.

¿Solo ocho? ¿Cómo se hace para parar la olla?

Siempre mi papá me ha ayudado, desde que estoy en el servicio público él me aporta económicamente. Lo digo orgullosamente: mi papá me ayuda y así yo puedo ayudar. Una de las claves de mi éxito, y no digo que sea bueno ni malo, es que yo no tengo ningún negocio extra. Desde que me metí al servicio público me metí de lleno.

¿A tus hijos les dices que se casen vírgenes?

No, ese es un tema de cada uno. Mis hijos ya están grandecitos y saben que tienen que ser responsables de sus actos. Entonces, señor, si usted se acuesta con su polola y queda embarazada, va a tener que apechugar.

Frustrado con calle

¿Cómo duermes?

Bien, como siempre. Soy una persona que cree en Dios y cuando estoy agobiado le entrego todo a Él. Estoy en paz con Dios y cuando trabajo por la gente soy feliz.

¿Estás tranquilo?

Sí, pero me da rabia y me choreo cuando veo tanta pobreza en Chile. Llevo años gritando que los guetos de pobreza fueron construidos por el Estado y que ahí está la verdadera pobreza y no solo en los campamentos.

¿Por qué nadie escucha tus gritos?

Es que este país todavía no entiende que el desarrollo no les llega a todos. Hemos creado un país súper injusto y los guetos de pobreza, desde el gobierno militar, pasando por la Concertación y hasta ahora, se han mantenido. Yo tenía una esperanza en mi corazón. Traje al candidato Piñera para acá, fue a la población Francisco Coloane, conoció cómo es vivir en esos departamentos, supo del terror que siente la madre del tercer piso que no se atreve a salir porque su hija fue violada por el compadre que vive en el primero. Yo pensé que resolver esta miseria iba a ser el eje central de este gobierno y no lo fue.

¿Por qué?

Reconozco que el terremoto cambió el escenario. Pero me frustré mucho porque el Presidente vino dos veces a Puente Alto y la realidad es fácil de conocer, lo que falta es voluntad no más. Esta era la oportunidad de la vida del Presidente Piñera, un hombre de centro derecha, catalogado como lejano, como millonario, que se hubiera preocupado de devolverle la dignidad a esta gente que el propio país le ha quitado.

¿Qué pasó cuando dijiste que al gobierno le falta calle?

A mi juicio no ha sabido tocarle la fibra a la gente. ¿Qué hizo la Bachelet? Entendió cuáles eran las fibras de las personas. Este gobierno no ha sido capaz de eso.

Pero tú no naciste en ninguna población…

Pero digo lo que pienso. Por eso me dicen que soy díscolo y estoy orgulloso de que me digan. No voy a cambiar mi forma de ser porque esté un señor u otro.

Detalla los errores del gobierno.

Este gobierno buscó la excelencia y al final se transformó en el gobierno de las deficiencias políticas, porque creyeron que solamente las personas ultrapreparadas, con posgrados en Harvard o en Oxford, son los capos. Y resulta que a esas personas les falta la esencia, la fibra. El año pasado vimos el estallido social de la clase media. Si no arreglamos este cuento va a venir el estallido de la gente más pobre, a quienes no les llega nada: lo estoy advirtiendo. El Presidente creó muchas expectativas y creó esa frase rebuscada que es lo que más me decepciona: "la nueva forma de gobernar". Pero al final fue la nueva forma de hibernar. Llevamos dos años durmiendo.

¿Cuál es la crítica profunda?

Me molesta el estilo de grandes eventos de este gobierno. Por ejemplo, hace poco tiempo se celebró que se terminaban las listas Auge. Buenísimo, bravo. ¿Pero qué pasa con los que no son Auge? Ayer vino aquí un señor que se llama Reinaldo, a quien le acaban de detectar cáncer y que tiene que sacarse un tumor en la vejiga ahora y le dan cita en el Sótero del Río para dos años más. Está condenado a muerte. ¿Qué hicimos? Como municipio le vamos a pagar la operación de forma particular en el mismo hospital, pero no se puede porque están todos de vacaciones. ¡Esos son los hospitales públicos que tenemos!

Estás diciendo que se privilegia el espectáculo y que no hay consistencia detrás de las políticas públicas.

Es doloroso. Hoy, la crisis en salud es inmensa. La semana pasada vino un señor que tiene una pelota de fútbol en la guata, porque eso no es una hernia, es una pelota de fútbol y no tiene para cuándo operarse. ¿Qué opina ese señor cuando ve a todos celebrando en la tele?

¿Cómo se toca la fibra con un Presidente que nadie quiere? Debe ser doloroso para él, porque a nadie le gusta que le digan que no lo quieren…

Mira, cuando el Presidente tuvo 63% de aprobación, yo hablé con todos los que pude en La Moneda y les dije que este gobierno iba a ir en picada porque faltaba nexo con la gente y me dijeron que estaba enfermo de la cabeza. A mí el Presidente me pidió que lo ayudara y yo siempre estuve dispuesto a hacerlo y cuando empecé a ver montones de ineficiencias le mandaba mails a su correo personal y él los reenviaba directamente a los ministros, sin filtrar nada y yo estaba haciendo una crítica constructiva. Entonces me empezaron a llamar para decirme que yo era un tal por cual, porque los acusaba.

¿En serio?

Es verdad. Un día me llamó una ministra para decirme "¿Para qué me acusas si yo recibo los mail tuyos de inmediato?".

Ahí Piñera fue desleal contigo.

No, a ver, él es el Presidente de la República y puede hacer lo que quiera.

No, tú mandas un correo a un destinatario, no para que lo lean más personas. Te dejó como chaleco de mono.

Bueno, nunca más llamé ni escribí nada.

Yo creo que al Presidente le faltan buenos amigos.

Yo sé que él ha dicho muchas veces que yo soy un fregado, porque le he dicho la verdad. Quiero que le vaya bien porque quiero que le vaya bien a Chile. Y no tiene nada que ver con izquierdas o derechas, me importa un huevo. Cuando le mandaba mails diciéndole que había problemas graves en la reconstrucción no era para criticar al Ministerio, era para que él se avispara. Mira lo que ha pasado con la delincuencia, el ministro del Interior se transformó en el sheriff y ese no es su rol, su rol es el gran articulador de las políticas públicas. Y, además, le fue mal.

¿Qué le sobra a este gobierno?

No le sobra nada, le falta inteligencia emocional.

¿Quiénes son tus aliados en política?

Yo soy cercano a Carlos Larraín, le tengo mucha admiración porque es de los políticos que dicen lo que piensan les guste o no a los demás. Y tengo muchos amigos en política. A Andrés Allamand, le tengo mucha admiración, también a Evelyn Matthei. Pero yo no he buscado aliados. Estoy en esto desde los 29 años por convicción. Ahora voy por un cupo en el Senado porque ahí falta gente que tenga calle.

Tú vas a competir con Ena.

Supongo que sí.

¿Le vas a ganar?

Siempre que entro a la cancha entro a ganar, pero en todos los partidos existe la posibilidad de perder.

Dime tus debilidades frente a Ena.

Yo creo que ella ha demostrado que tiene mucha plata. Ya ha gastado una fortuna y faltan dos años. Pero yo tengo una ventaja.

Sí, ya lo sé: calle.

Sí, calle, 20 años de servicio público. Con el nuevo sistema electoral va a pesar mucho la trayectoria de las personas. Y ella cometió un error muy grave al aceptar ser senadora designada. Eso es muy grave, se equivocó.

Reguleque, Karadima y Dios

¿Cómo te llevas con tu hermana Ximena?

Muy bien, la adoro.

Pero harto que la retaste por el reguleque…

También ella me llama y me reta cuando digo algo que no le parece. Claramente ella metió las patas, pero como bien mujercita que es, reconoció su error, pidió perdón y renunció. Debo reconocer que yo esperaba que el ministro Lavín hubiera tenido mayor consideración, sabiendo el trabajo que ella hizo. Yo por Lavín trabajé muchos años.

Pero súmale a eso los dichos de tu hermana sobre Karadima, que era un prócer de la Iglesia. Y tú que casi metiste las manos al fuego. O sea…

A ver, mira, primero, con Karadima fui imprudente y me equivoqué porque no creía, porque no vi nada. Pero sabes qué, yo siempre he creído en la pena más alta para los que abusan de menores. Yo soy durísimo, esa huevá es gravísima, porque se trata de una persona en la que la gente confía. Me equivoqué. Pero ojo, yo no estaba defendiendo a ningún pedófilo. Fui imprudente y me equivoqué en apoyar a una persona que yo creía inocente y honorable. Jamás defendería a un pedófilo.

Tu hermana irritó a muchas personas que no son católicas al poner una imagen de la virgencita en la Junji. ¿Por qué haces lo mismo por toda la comuna?

Muchos creen que manifestar la fe ataca a los otros y eso es un error. Cuando quedaron atrapados los mineros, todos, de diversas religiones, gritaban al cielo. La mayoría de la gente en Chile cree en Dios, hay otros que quieren borrarlo y muchos que no conocen el Cristianismo, que es el amor al prójimo, hacer el bien, trabajar para los demás. ¿Por qué exiliar a Dios si no molesta a nadie?

Ok. ¿Esas imágenes se hacen con recursos públicos?

Las que ha pedido la comunidad. Hoy yo debo tener al menos 50 solicitudes de juntas de vecinos que piden virgencitas.

¿Y si yo vengo y te pido una Estrella de David?

No tengo ningún problema. Todo lo que vaya al espíritu de las personas es extraordinario. Lo importante es el respeto. Querer exiliar a Dios lo encuentro una estupidez. Si yo estoy en el servicio público es porque creo en el amor al prójimo.

¿A Chile le falta Dios?

Yo siempre me río y digo que los argentinos deben estar súper molestos con nosotros porque Dios ya no atiende en BuenosAires, atiende en Puente Alto. Es impresionante. Apenas me convertí en alcalde estuve seguro de que el Metro venía. En todas mis actividades públicas le doy gracias a Dios y cuando termino mis discursos digo: "Que Dios los bendiga". Y no tengo ningún miedo de confesar que soy católico.

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