Cuello Pierrot

Fetiche-Cuello-Pierrot

En su reciente colección para Céline, Hedi Slimane propone blusas con cuello pierrot que mezcla con faldas tableadas, chaqueta estilo Chanel o cárdigan de lentejuelas, botas altas y anteojos de aviador.




Cuello plano, cortado en forma circular, que se extiende alrededor del pecho, los hombros y la espalda. Fruncido o plisado alrededor del escote, adquiere más o menos volumen dependiendo de la cantidad de tela utilizada en su elaboración. Algunas versiones consideran más de una capa y otras incorporan adornos en los bordes (encajes, cintas, ribetes). Por lo general se confecciona en materiales ligeros como satén, gasa, muselina, hilo o encaje, y se emplea en blusas y vestidos.

Origen

Dos elementos diferentes confluyen en el origen del cuello pierrot. Por una parte, el surgimiento del personaje homónimo, a fines del siglo XVII, en Francia, propio de las representaciones teatrales organizadas por la Comédie Italienne. Y por otra, la obra pintada por Antoine Watteau, hacia 1718, que le confiere a este payaso meláncolico y taciturno una apariencia emblemática: pantalón amplio al tobillo y casaca de seda blanco hueso provista de grandes botones forrados, camisa con cuello sobrepuesto, zapatos blancos planos con rosetones rojos, bonete y sombero de paja. Asimismo, durante el XVII, las rígidas e incómodas gorgueras o lechuguillas, que alcanzaban la altura de la barbilla, prescinden del almidón cayendo naturalmente y transformándose en suaves alzacuellos.

Tendencia

Ingresa a las tendencias en los 30, asociado a los glamorosos vestidos de noche que se exhiben en las películas hollywoodenses. En 1934, Carole Lombard luce un traje de satén con sobrefalda de encaje, más amplia y corta, y un torso sin mangas del mismo material que remata en un gran cuello pierrot. Tres años más tarde, Chanel se fotografía con una chaqueta negra y una blusa alba cuyo único detalle decorativo es un cuello en esta línea. El estilo se reproduce en los prácticos vestidos camiseros a media pierna, con mangas largas, fabricados en crepé de lana. Aquí los cuellos pierrot combinan con puños de piqué blanco. Para 1968, en el contexto de la moda romántica, los cuellos pierrot blancos complementan minivestidos negros de terciopelo que se llevan con medias dibujadas y zapatos Mary Jane.

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