Rayas marineras

Las rayas marineras se apoderaron de la pasarela y de la calle. Nadie las quiere dejar escapar. Están prisioneras en sus propios barrotes tendenciosos.




Sábado 15 de septiembre de 2012. Paula 1104.

 Las rayas marineras se apoderaron de la pasarela y de la calle. Nadie las quiere dejar escapar. Están prisioneras en sus propios barrotes tendenciosos.

Hace un par de años, cuando las rayas paralelas horizontales o también llamadas marineras aparecieron como tendencia, su arremetida tuvo características de invasión. La célebre polera de Picasso y Coco Chanel dejaba de ser un ítem glorioso, clásico y un poco solitario de los guardarropas, y pasaba, de un segundo a otro, a ser una especie de revelación. En ese entonces, un extraordinario mal juicio hizo apuestas mentales en esta cabeza, concluyendo que esa moda duraría poco, muy poco. La razón era simple: a pesar de la belleza de ese estampado, y de ser sentador y fácil de mezclar con muchos colores, podía ser cansador, hostigoso. ¿Cuántas rayas se podían soportar y por cuánto tiempo? ¿Con cuántos vecinos de vereda estaríamos dispuestos a compartir el ardid de marinerita? Pasó un buen tiempo y se sucedieron un poco más que un par de temporadas y las rayas marineras no se fueron. Se incrustaron en la calle, la gente no las soltó, no se cansó de ellas, ni las guardó en el clóset para esperar que las alcanzara la moda de nuevo. La pasarela tampoco. Las recientes colecciones Resort 2013 dejaron en claro que las rayas horizontales seguirán ahí masivamente, por un buen tiempo y, quizás, se conviertan en una especie de Converse, zapatillas que regresaron un día desde el pasado , fueron furor, y ese furor quedó suspendido en el aire para siempre.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.