El ADN de Chile

Hace cuatro años el patrimonio alimentario de Chile estaba prácticamente desamparado legalmente. Hasta que el Instituto Nacional de Propiedad Industrial, el Ministerio de Economía y una poderosa dupla compuesta por un abogado chileno y una ingeniera alemana, se pusieron manos a la obra. Ahora, y en buena parte gracias a ellos, la ley chilena protege a cinco productos comestibles únicos en el planeta –como el limón de Pica, el atún de Isla de Pascua y la langosta de Juan Fernández–. Y vienen muchos más: desde el orégano de la precordillera de Putre hasta la centolla magallánica.