Dónde están los hombres

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Sicoanalista, sicólogo y filósofo de la Universidad de Buenos Aires, el argentino Luciano Lutereau (37) es también un avezado columnista y escritor. Su libro, Ya No Hay Hombres, sentencia al varón contemporáneo a una serie de conflictos con el amor, el sexo y la violencia de género. Todos temas que este 9 de agosto desmenuzará junto a la sicoanalista Constanza Michelson y al escritor Rafael Gumucio, y que aquí adelanta.




Paula.cl

"Hay una crisis de la masculinidad que supone un hombre que no se arriesga. Como quien seduce por las redes sociales pero, a la hora de concretar un encuentro, lo dilata", comenta desde Buenos Aires, Luciano Lutereau. Una observación que es parte de sus estudios sobre género y sicoanálisis, cruce de temáticas que ha abordado en sus dos últimos aciertos literarios Ya no hay hombres. Ensayos sobre la destitución masculina (Galerna, 2016) y Edipo y violencia. Por qué los hombres odian a las mujeres (Letras del Sur, 2017).

Lutereau viene a Chile invitado por la Clínica Psicológica de la UDP y participará en un conversatorio para hablar de cómo esta crisis repercute en la relación hombre-mujer y, en especial, de la violencia que despierta.

¿No crees que al título de tu libro Ya no hay hombres, le faltan los signos de exclamación?

La aseveración ya es alarmante. Además de la queja de muchas mujeres, la tomé de un filósofo francés, quien en los 40 observó una crisis de las dos figuras históricas que configuran la masculinidad: la idea del héroe y la del hombre romántico que basa su ideal de conquista en el amor cortés. En tiempos de redes sociales nadie busca acceder al otro por la vía del enamoramiento. Es una época de sexo casual. Por eso se sufre tanto por amor: es más fácil tener sexo que enamorarse.

¿Qué imperativos masculinos se ven en jaque con esta crisis?

La idea de que el varón tiene que demostrar su potencia a través de la destreza física, porque a las mujeres ya no les resultan atractivos los que hacen alarde de su potencia. Entonces, cada vez más se aleja la idea del galán de Hollywood y hoy el seductor está más cerca de la torpeza de Woody Allen. El hombre tiene que reinventarse más allá de su virilidad y saber seducir por su intelecto, humor y presencia, y sufre porque no sabe cómo hacerlo. Y esto pasa porque el sujeto hoy no se interpela a sí mismo, no se hace preguntas con respecto a su vida y existencia, entonces se siente vacío, actúa por inercia.

¿Cómo cambia la relación amorosa en este escenario?

Hay un empobrecimiento de la seducción, con un infantilismo masculino muy narcisista, que se traduce en relaciones amorosas basadas en berrinches, frustraciones y caprichos de un niño consumidor, que no es capaz de aceptar los tiempos del otro y que quiere poseer al otro. Esto tiene como síntoma la celopatía y mujeres que, para responder a esos reclamos, abandonan sus vínculos familiares y sociales.

¿Cómo afecta esto al encuentro sexual?

Hoy, la mujer es concebida como sujeto –ya no como objeto– a quien se le atribuye un goce. Por ejemplo, esto de que la mujer es multiorgásmica es un paradigma que asusta a los hombres quienes, al no saber cómo enfrentar este supuesto goce ilimitado, arrancan antes de intentarlo. Y ellas, bajo este mismo supuesto, sufren porque no gozan todo lo que deberían. Además, el uso masivo del Viagra y la aparición de productos multiorgásmicos, han reducido el encuentro con el otro a mi placer. La seducción hoy es un autoerotismo de a dos, en la que el otro es un mero instrumento.

Con este hombre que describes, ¿crees que se debilita la idea de que vivimos en una sociedad machista?

Son cuestiones distintas. De hecho, la crisis de masculinidad conduce a formas muy crueles de machismo.

Históricamente, cuando un hombre descubría a su mujer en una infidelidad, el asunto se solucionaba mediante una contienda o duelo entre dos hombres y la mujer quedaba excluida. Hoy, en cambio, la caída de la masculinidad propicia la violencia ejercida contra la mujer, cuestión que vemos frecuentemente con los femicidios.

¿Se ha exacerbado el comportamiento misógino también?

Sí. El concepto freudiano de misoginia sigue vigente: lo vemos cada vez que se publica un artículo periodístico sobre un femicidio, tarde o temprano aparece otro que dice que la mujer llevaba una vida disipada, o que era histérica, etc. Entonces, el crimen termina sintomáticamente interpretado como una especie de castigo. Lo más probable es que con el pensamiento consciente no justifiquemos la violencia, pero nuestro inconsciente tiene un comportamiento inherentemente misógino.

Si tú fueras mujer, ¿qué hombre te gustaría?

Me gustaría un galán de Hollywood al estilo Humphrey Bogart. No elegiría al hombre contemporáneo porque me gustarían más los hombres viriles.

¿Y de cuáles arrancarías?

De los demasiados pendientes de sí mismos, de su imagen.  Si fuera mujer me gustaría que la belleza sea un atributo solamente mío.

  • Ya No Hay Hombres, miércoles 9 de agosto a las 20 hrs. Entrada $ 8.000, previa inscripción en info@barbarie.cl (cupos limitados), $10.000, el día del evento. Auditorio galería NAC, Juan de Dios Vial Correa 1351, Providencia.

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