El señor Mandiola

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Francisco Mandiola era prácticamente un outsider del mundo de la televisión, cuando asumió la tarea de suceder a Jaime de Aguirre como director ejecutivo de Chilevisión. La mano tampoco venía fácil: debía revertir pérdidas y subir el rating en una industria golpeada económicamente. Ingeniero comercial formado en Estados Unidos, empresario, gourmet, patiperro y algo excéntrico, hoy está a punto de enfrentar su primer Festival de Viña.




Paula 1193. Sábado 13 de febrero de 2016.

La tele y el Festival de Viña. Esos son sus pensamientos más recurrentes. La tele, el Festival y velar por el ahorro. Este año comienza para Chilevisión con sus pérdidas reducidas a la mitad. Son más de cuatro mil millones los que ha logrado ahorrar desde que el grupo Turner le pidiera hacerse cargo del canal de La Jueza, Lo que callamos las mujeres y Primer Plano, entre otros programas.

Ya han pasado 8 meses desde que llegó y Francisco Mandiola se pasea por el canal saludando gente, con su perfecto peinado, pañuelo de seda y anillo de oro en el dedo meñique. Sus amigos lo molestan por su look de caballero y lo llaman Lord Grantham (por uno de los protagonistas de Downton Abbey). Siempre se ha vestido igual: 100% algodón, blazers, jeans, bototos.

Francisco Mandiola no sabe bien medir el impacto que causó su aterrizaje en el canal. Cree que lo que dolió fue la salida de Jaime de Aguirre y no su llegada, porque al fin de cuentas, era un perfecto desconocido. Cree que los equipos, en particular el del Festival de Viña, se resintieron un poco cuando llegó a Chilevisión, pero que con el transcurso de los días y disipando dudas todo marcha bien.

Atrás quedó el incómodo encontrón que tuvo con Pablo Morales, ex gerente de programación del canal, cuando a pocos días de su llegada desautorizó la contratación de Patricio Fernández, director de The Clinic, gestionada por Morales para Tolerancia Cero. Mandiola llegó pisando fuerte. "Yo soy una persona que toma decisiones en base a la necesidad de las decisiones. Esa fue una decisión que tuve que tomar porque me impusieron esa situación. Jamás hubiera querido llegar a eso. No es mi estilo, menos ventilarlo a la prensa", explica.

Estoy tratando de medir cuál fue el impacto de tu llegada…

No fue "viene Francisco Mandiola, qué terrible". Tal vez la pregunta que se hicieron fue: "¿quién es este gallo?".

ESTE GALLO

Francisco Mandiola ha viajado toda su vida. La primera vez a los cinco años, cuando su padre, médico cirujano, aceptó una beca en Los Ángeles. A los dos años regresó a Chile hablando inglés, idioma que hoy practica cuando puede, por ejemplo, con un productor en un set del canal. Apenas estuvo un par de años en Chile y a los 8, unos días antes del golpe del 73, se fueron definitivamente a Estados Unidos. Francisco no volvería hasta 1993.

¿Qué te dejó tu formación en EE.UU. y tu paso por Inglaterra?

Los ingleses tienen un sentido del humor genial y un uso del vocabulario fantástico, con ellos aprendí a reírme de uno mismo, a tomar la vida un poquito más liviana. Los americanos me enseñaron a ver el mundo como ellos lo ven: con apertura. Luego, te enseñan que si tú quieres ser alguien en EE.UU., sólo depende de ti y eso es verdad. Eso no pasa en Chile. También aprendí de ellos esa manía de hacer las cosas bien.

¿Cómo fue volver a Chile con esa mentalidad?

Sin querer sonar soberbio, lo que a mí más me llega y gratifica es cuando me dicen que aprendieron algo trabajando conmigo. Eso me hace muy feliz. Me gusta la idea de poder enseñar y compartir alguna herramienta, porque en general la enseñanza chilena consiste en obedecer y memorizar, aprender cátedras ya establecidas, no te enseñan a pensar independientemente y a tener iniciativa. Me siento muy agradecido de haber podido viajar y aprender tantas cosas afuera que hoy son parte importante de mi forma de trabajar.

En esas dos décadas patiperreando, se graduó de Ingeniería Comercial en la Universidad de Georgetown (EE.UU.) y después hizo un MBA de la Universidad de California (Irvine, EE.UU.). También tuvo su primer trabajo como mozo en Washington DC. Su segundo empleo fue de bar tender, en Nueva York.

En la universidad conoció a su mujer, una norteamericana chino-japonesa con la que llevan 21 años de casados y tienen 3 hijos: Laura (15), Sara (12) y Diego (10). "Mi mujer es gringa, pero tiene cosas de los dos lados. No es una geisha, es una mujer muy independiente. Tiene una bisabuela samurái que fue a trabajar de enfermera en la segunda guerra mundial", dice orgulloso.

"En economía soy más de derecha, en lo social soy más de izquierda. La verdad es que no hay un mapa para mí. Voté por Piñera en su minuto. No voté por Bachelet".

Fue en sus viajes, en los que visitó más de 40 países, que desarrolló su pasión por la cocina. Urbano, Mundano, Lejano es el título de su libro de recetas, donde mezcla su pasión por los viajes con la comida y algunas experiencias biográficas, como sus veranos en Zapallar o las navidades producidas de su madre.

Su primer trabajo de ingeniero fue en una empresa de Comunicaciones en Washington y después en un banco en Nueva York.

Cuando llegó a Chile trabajó en la bolsa para Banedwards, después siguió en El Mercurio durante cinco años, donde fue uno de los fundadores de Emol y de Valor Futuro, que hoy es El Mercurio online. Luego, estuvo un año como socio de Mapcity y de ahí llegó a DirecTV, empresa de la que fue gerente por seis años. Cuando salió, en 2009, fundó su emprendimiento regalón: una tetería llamada Tpuro, donde el cliente hace sus propias mezclas para obtener un té personalizado.

El 2010 llegó a la Casa de Moneda y asegura que consiguió modernizarla. "Para mí es un orgullo haber ayudado a la empresa más antigua de Chile a posicionarse como un impresor de calidad en la región", y añade que allí aprendió a manejarse políticamente, aprendizaje que hoy también aplica en Chilevisión.

¿Qué hay que tener para desenvolverse políticamente?

Paciencia, que significa escuchar al que tienes al frente y tratar de pensar qué es lo que me está diciendo o por qué me está pidiendo tal cosa, o por qué está diciéndome que no, y preguntarte cómo lograr que sea un sí… Cuando era más joven y trabajaba en la bolsa, era más acelerado y pensaba vamos, vamos, vamos. Hoy creo que eso es un error. Con el tiempo me he dado cuenta de que no me gustan las industrias basadas en la esquizofrenia o en la bipolaridad. Yo siento que eso podría pasar en la tele con el rating, de hecho no lo miro tanto, porque para mí el rating es un dato, pero no marca mi vida.

¿Es cierto que estás escribiendo una novela y un libro de cuento de niños?

El libro de niños está escrito, no lo he publicado, pero ya se lo entregué a mi hija mayor, Sara. Es un cuento sobre una sirena en Zapallar.

¿Y vas a hacer otro libro de cocina?

Algún día. Me gustaría hacer uno sobre los pescados chilenos, pero por región, con buenas recetas, ir más allá de la típica cazuela de pescado, a la plancha, mantequilla o frito.

¿Te consideras un tipo millonario?

No, si lo fuera, no trabajaría.

¿De verdad?

No, pero haría otras cosas como financiar a pequeños emprendedores, porque el Venture Capital prácticamente no existe en Chile. El fondo de innovación que te pueden dar es de 6 millones de pesos y ¿qué vas a hacer con eso? ¿Una tienda de empanadas? Si con 6 millones de pesos, no pagas un arriendo, no pagas infraestructura, nada. El Venture Capital en otros países de verdad consiste en un año de vida para que efectivamente puedas intentarlo. Me encantaría hacerlo pero hay que tener mucha plata, no creo que alcance en esta vida.

CHV: MOMENTO DE CAMBIO

¿Por qué crees que te escogieron para el cargo de director ejecutivo de Chilevisión?

Creo que querían a alguien con ciertas habilidades gerenciales. Yo he trabajado en empresas multinacionales y entiendo la mentalidad gringa, también tengo manejo político por mi paso en la Casa de Moneda y entiendo la mentalidad chilena. Luego, creo que me escogieron por mi trayectoria, y en esto créeme que no hablo desde el ego, pero siempre he tratado de trabajar lo mejor posible y soy capaz de armar equipos y de crear una visión de lo que este canal tiene que ser, uniendo lo que es el grupo Turner con lo que es Chilevisión.

Llegaste con la misión de mejorar la administración, sobre todo en lo relativo al déficit económico. ¿Con qué te encontraste?

Me encontré con una empresa que tenía evidentes pérdidas, como varias de esta industria hoy. A ocho meses de mi gestión hemos reducido las pérdidas en cerca del 50% o, incluso, un poco más. Las pérdidas del año pasado fueron de cerca de 9 mil y tantos millones, hoy vamos en 4 mil y tantos.

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Sobre el impacto de su llegada a Chilevisión dice: "No fue 'viene Francisco Mandiola, qué terrible'. Tal vez la pregunta que se hicieron fue: "¿Quién es este gallo?".

¿Cómo has logrado ese ahorro?

El canal ya venía trabajando en eso y lo que hicimos cuando llegué fue reorganizar la empresa para enfocarla en equipos específicamente diseñados para cada proyecto en vez de tener equipos flotantes. También controlamos los gastos en los procesos y establecimos mecanismos de aprobación de producciones. El año pasado salimos del área ficción y mantuvimos sólo algunas producciones. Este año también haremos varias, pero menos de las que había. Esto es importante, porque cuando tienes tiempo puedes planificar más eficientemente. Cuando trabajas sobre la marcha, por definición, gastas más.

Cortar presupuestos, donde sea, es una tarea ingrata…

Por supuesto, si alguien te dice que es un gusto cortar cabezas, a mi parecer eso es un poco insensible. Pero también es cierto que cualquiera puede perder su trabajo y en eso me incluyo. Lo importante es que la decisión pase porque la empresa sea viable en el futuro para que muchos puedan conservar sus empleos.

¿Cómo es trabajar en una industria en crisis?

Hace poco me encontré con Pato Hernández, de Mega, y me dijo que le carga que hablen de crisis pues él sostiene que se trata de un momento de cambio. Y me hizo mucho sentido.

¿Cuál es el legado Jaime de Aguirre?

Es difícil que yo lo pueda encapsular en una frase, pero evidentemente puso a CHV en el mapa. Pablo Morales también, porque es un gran productor y director de programación. Gran parte del equipo que trabajaba con ellos, y que ahora trabaja conmigo, le tienen mucho cariño a los dos y han sido muy transparentes en decírmelo. No tengo problema con eso, por el contrario, me gusta la gente que habla bien de sus jefes anteriores y que son abiertos a los jefes nuevos, porque eso demuestra la calidad de los equipos.

¿Cuál es la vocación de Chilevisión?

Decir la verdad, nos encanta ser transgresores sin ser gente que quiebra la ley. Chilevisión tiene esa capacidad que identifica a muchos tipos de personas y que se llama diversidad. Somos un canal abierto a las orientaciones sexuales y a las clases sociales. En Chilevisión no es tema saber de dónde vienes. Nos interesan las personas.

Francisco Mandiola fue muy activo en la negociación de los artistas del Festival de Viña. Rechazó a los que cobraban muy caro y le pidió al equipo apretarse el cinturón. Ya con la parrilla del festival cerrada, Mandiola comenta que no conoce a Marco Antonio Solis, que solo ubica a Alejandro Sanz y a Eros Ramazotti, y que está chocho con Rick Astley, cantante cuyos hits bailaba en los años ochenta. "La noche que él cante me vas a ver bailar, porque me sé todas sus canciones", afirma.

¿Cómo esperas que sea tu primer festival?

Cuando llegué a Viña el festival estaba andando y yo me sumé. Y sí, hubo un pequeño resentimiento del equipo porque ellos estaban acostumbrados a trabajar con Pablo (Morales) o con Jaime (De Aguirre), y yo les dije que los iba a seguir apoyando en todo, siempre y cuando se mantuviera dentro del presupuesto. Me metí mucho a conversar con los rostros, estuve en todas las negociaciones con los artistas, me metí en los escenarios. Estuve muy presente.

¿Cómo controlaste la billetera?

Básicamente permitiendo la creatividad. Le dije a los equipos: "no le voy a cortar las alas creativas a nadie, pero tengan la apertura a discutir algo que nos funcione a todos". Mi sensación ha sido súper positiva. Y te quiero contar que estamos terminando de organizar el festival y gastamos menos de lo que esperábamos.

¿Vacaciones en Viña?

Viña es una fiesta, no es una vacación, el Festival de Viña es una situación muy única en Chile, no creo que haya otra cosa igual, es un evento increíble. Para mi gusto es como ir al festival de Cannes o a los Oscar.

UN POQUITO DE ORDEN

Después de vivir tanto afuera, ¿te gusta Chile?

Soy chileno, me siento chileno y yo elegí vivir en Chile pudiendo haber vivido en cualquier parte del mundo. Volví, entre otras razones, porque quería aportar a mi país. Creo que ahora que estoy en la tele tengo la oportunidad de hacerlo. Me gusta ver a la sociedad empujando a que hayan más oportunidades, me gustan todas las intenciones de que este sea un país más equitativo y eso va muy de la mano con Chilevisión: somos un canal que promueve la inclusión.

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"Soy capaz de armar equipos y de crear una visión de lo que este canal tiene que ser, uniendo lo que es el grupo Turner con lo que es Chilevisión".

¿Dónde te ubicas en el mapa político?

En economía soy más de derecha, en lo social soy más de izquierda… La verdad es que no hay un mapa para mí. Voté por Piñera en su minuto. No voté por Bachelet.

¿Cómo ves el momento político chileno? ¿Cómo evalúas las reformas?

Me encanta la apertura y la transparencia. También me encantan las reformas, las encuentro necesarias, pero bien hechas, no a la rápida, como siento que está pasando hoy.

¿Qué opinas del aborto y las tres causales?

Como hombre y no como católico, soy partidario de que la mujer tome la decisión, esa siempre ha sido mi postura. No es que sea proaborto, muy por el contrario, lo que quiero decir es que soy respetuoso de las libertades de las personas. Ese es el gran tema de fondo, porque yo creo en la libertad de las personas. Mi opinión frente a la libertad de expresión es que tiene que ser verdaderamente libre y eso significa que puede haber gente que piense muy distinto a mí en CHV y eso yo no lo voy a coartar por ser director ejecutivo, por el contrario, uno de los valores de CHV es que nosotros decimos la verdad y eso no va a cambiar. Ese es un valor que tenía Jaime (De Aguirre) y que yo comparto. Cuando me preguntan ¿cuál es tu línea editorial?, respondo que es que la gente sea libre de expresar su opinión. En Chilevisión respetamos la diversidad, yo nunca he impuesto una doctrina a nadie, eso no va conmigo, confío en el orden…·

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