Poder femenino

En Santiago, el municipio más antiguo y emblemático del país, no solo asumió la primera alcaldesa elegida por votación popular en esa comuna, sino también, y muy poco usual, cuatro mujeres en un Concejo de 10 miembros. Todas pertenecen a distintos sectores políticos. ¿Impondrá este poder femenino un sello diferenciador?




Paula 1113. Sábado 19 de enero 2013.

Carolina Tohá

La alcaldesa, hija del ministro de Allende José Tohá y cientista política de la Universidad de Milán, ha sido dirigente estudiantil, diputada, subsecretaria, ministra y presidenta de su partido, el PPD. 47 años, separada, con más de 130 mil seguidores en twitter, está segura que la alta presencia de mujeres en el Concejo Municipal "va a ayudar a hacer una comuna más innovadora, participativa, respetuosa de su patrimonio y a la vanguardia en los temas de educación, donde la opinión de los vecinos y vecinas cuente realmente".

¿Por qué? ¿Cuál es el poder distinto de las mujeres?

Creo que las mujeres estamos mejor equipadas para entender el espíritu de esta era y buscarle respuesta a las inquietudes actuales de la sociedad. Después de siglos de discriminación y subvaloración, la cultura está cambiando y cada vez más se reconoce y valora el aporte de las mujeres. Queda mucho por hacer, pero los vientos soplan en la dirección correcta.

¿Y cuál es el punto más débil, donde las chilenas aún tienen dificultades?

Compatibilizar los roles. La culpa se reproduce con mucha fuerza en la mayoría. Las mujeres que trabajamos y somos madres vivimos en una constante tensión tratando de equilibrar las demandas laborales con las del ámbito familiar, y hacemos acrobacias cotidianas con tal de no fallar en ningún plano. A las chilenas nos sigue faltando confianza en nosotras mismas y asertividad para exigir una repartición más justa de las responsabilidades familiares.

¿Por qué Chile necesita mujeres en cargos de representación?

Necesitamos un ejercicio del poder más representativo y cercano. No lo lograremos si mantenemos tan sub representadas a las mujeres. Nuestra democracia mejorará si logramos que las decisiones se tomen desde la amplitud y diversidad de quienes conforman nuestra sociedad y las mujeres somos la mitad de la población. Nada menos.

¿Cuál fue el obstáculo más difícil de sortear para abrirse paso en el mundo político?

Aprender a vivir en un ambiente tan rudo sin perder la sensibilidad y sin resignarse a ciertos estilos políticos que son inaceptables.

Carolina Lavín

Abogada de la Universidad de los Andes, socia en un estudio jurídico y madre de 4 hijos, este es su segundo período como concejala en la comuna en que su primo, Joaquín Lavín, fue antes alcalde. Se siente orgullosa de que su partido, la UDI, sea el que presenta más mujeres en todas las elecciones y el que tiene mayor representatividad femenina en

el Congreso. Armonizar la vida familiar y profesional con el servicio público no le ha sido fácil. Por eso cree que el poder de las mujeres está en aportar su experiencia como madres y "lo difícil que es ser mamá, trabajadora y tener que sobrevivir en esta sociedad a veces muy machista, teniendo que salir adelante muchas veces solas".

¿Qué innovación le gustaría impulsar que abriera más espacios de participación para las mujeres en su comuna?

En Santiago "las mujeres la llevan", ya que son quienes mayormente participan y dirigen las juntas de vecinos, los distintos comités y centros de madres. Lo que planteo en materia de innovación es una mayor participación de los hombres en la realidad de la comuna.

¿Está de acuerdo con una ley de cuotas para impulsar la participación de las mujeres en la política?

No. Para mí la política tiene que ver más con la vocación de servicio público y con el sacrificio que implica dedicarse a este trabajo. No me parece en ningún caso que deba ser designado o deba existir un número determinado de mujeres en política solo por un acuerdo de los partidos. Creo firmemente que en política se deben buscar las mejores personas para que nos representen, dirijan y logren el bienestar de los ciudadanos y eso no pasa por tener representantes de

uno u otro sexo sino que a las personas más capaces y que tengan esta vocación, ya que no es fácil encontrarla.

Loreto Schnake

Ex directora metropolitana del Sernam, politóloga y filóloga de la Universidad Libre de Berlín, es sobrina nieta del fundador del PS Oscar Schnake y de su mujer Graciela Contreras, primera alcaldesa de Santiago. También hija de Erich Schnake, quien fuera diputado PPD. Vivió en Bucarest, París, Madrid y Berlín, exiliada con su familia. Soltera, con un hijo de 9 años, opina que el gran poder de las mujeres hoy en la vida pública es "haber desarrollado la inteligencia emocional que requiere esta nueva era y la capacidad de sintonizar con el sentir de la ciudadanía".

¿Y cuál es el obstáculo más difícil de sortear para una mujer que quiere abrirse paso en el mundo político?

Para mí, ha sido lidiar con los códigos masculino-machistas de la política; necesitamos más transparencia y humanidad. Los partidos son los primeros llamados a derribar las barreras que limitan la participación de las mujeres, apoyando más candidaturas de mujeres, terminando con el sistema binominal y promoviendo una ley de financiamiento público de la política.

¿Tendrá el Municipio de Santiago un nuevo sello ahora que hay una alcaldesa y cuatro concejalas?

El sello que le está imprimiendo la alcaldesa Carolina Tohá es inteligencia en el balance político-técnico, escucha, acogida y participación, diálogo y construcción colectiva del proyecto municipal. Creo que las concejalas nos sentimos muy cómodas con esta partitura.

¿Qué innovación le gustaría impulsar para abrir más espacios de participación para las mujeres en su comuna?

Me gustaría realizar una convención de las mujeres de Santiago para preguntarles qué esperan del Municipio; un plan de desarrollo comunal con enfoque de género e instalar un observatorio de equidad de género que mida las brechas y los avances en las políticas municipales.

¿Por qué Chile necesita más mujeres en cargos de representación?

Por justicia, para legitimar una democracia que, sin nosotras, es incompleta, porque encarnamos visiones, experiencias y sensibilidades que enriquecen la diversidad política y porque ¡la gente nos quiere en el poder!

Claudia Pascual

Antropóloga social de la Universidad de Chile, el año pasado fue panelista del programa de debate político de TVN Estado Nacional. A los 13 años, en plena dictadura, empezó a militar en el Partido Comunista. Y cuando meses después les contó a sus padres, se llevó la sorpresa de que ellos también militaban en la misma tienda. Allí ha ido escalando posiciones: con solo 29 años entró al Comité Central y a los 34 se integró a la comisión política, en que participa hasta hoy. Tiene 40 años, convive con su pareja y, aunque espera que en un concejo municipal con tanta participación femenina las temáticas en pos de la igualdad de género encuentren un mayor asidero, aclara que no por el hecho de ser mujeres pensarán igual. "Tenemos intereses, propuestas y demandas diferentes".

¿Pero crees que el Municipio de Santiago tendrá un nuevo sello ahora que hay una alcaldesa y cuatro concejalas?

El sello que debería imperar es el respeto a la diversidad, tratar de construir una comuna más democrática desde esa diversidad.

¿Qué temas del mundo femenino siente que aún siguen pendientes?

Son muchos: participación en el trabajo sin discriminaciones por ser mujer; más participación social y política y representación más proporcional al número que representamos las mujeres; respeto a la libertad de decidir sobre nuestros cuerpos, es decir, reconocimiento de nuestros derechos sexuales y reproductivos. Y que se nos reconozca como sujetos sociales y no solo en el rol de madres.

¿Está de acuerdo con la ley de cuotas para impulsar la participación de las mujeres en la política?

Creo que la sola idea de más mujeres en la política y en la representación pública no asegura una mayor participación, por ello es necesario debatir cuáles son los procedimientos que permitan aumentar la participación y representación de las mujeres en la política. Esto pasa por cambios culturales en la visión de sociedad (superar el machismo), formación y mecanismos afirmativos para la participación.

Esperanza Alcaíno

Con 21 años y en cuarto año de Periodismo en la Universidad Diego Portales, es una de las concejalas más jóvenes del país. Asistió largo tiempo como oyente a las sesiones del Consejo Municipal hasta que decidió postular, logró el apoyo de RN para ir en su lista como independiente y ganó un cupo en la comuna donde su padre, Raúl Alcaíno, fue alcalde. Su madre, Esperanza Cueto, es la presidenta de Comunidad Mujer. Se identifica como servidora pública, donante, tuitera, animalista y vegetariana y participó activamente en las marchas estudiantiles. Siente que con más mujeres en los puestos de poder del Municipio habrá un liderazgo diferente, incluyente y participativo. "Eso ya se respira en los primeros concejos", comenta. Quiere contribuir en educación y aspira a promover una mayor participación de los jóvenes. "Y tengo un desafío animalista: iniciar un proceso de esterilización permanente de perros y rescatar el programa de tenencia responsable de mascotas".

¿Cuál fue el obstáculo más difícil para abrirse paso en política?

Integrarse a la política siendo independiente. El sistema está hecho para funcionar desde los partidos y venir desde fuera exige un gran esfuerzo extra: juntar firmas, recursos y cuando algo de eso falla, acercarse a un partido y convencerlos de apostar por una independiente de 21 años. Lo más difícil fue convencerlos que esto iba en serio y que respondería.

¿Qué temas del mundo femenino tenemos pendientes como país?

Terminar con la baja representación de mujeres en cargos de elección popular. Es una vergüenza que se presenten 90% de candidatos hombres y 10% de mujeres. Se requieren con urgencia medidas de acción positiva, porque con buenas intenciones es difícil que dejemos de tener los peores promedios mundiales en participación política.

¿Qué le aporta la gente joven a la política y por qué hay tan pocos jóvenes en este mundo?

Hay poco interés en participar porque estamos desilusionados de la clase política. Además, nuestro sistema electoral es una barrera para que los jóvenes participen. Pero si la gente joven con vocación de servicio no se presenta a elecciones, estamos condenados, porque se perpetúa el círculo vicioso de la distancia entre los ciudadanos y los que toman las decisiones.

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