Abracadabra, que el abrigo se transforme en falda

Revista Paula invitó a Annegret Hielscher a crear libremente, con prendas de ropa usada, una nueva pieza. La diseñadora tomó un trench y una pollera y con ellos elaboró un vestido para toda ocasión.




Paula 1154. Sábado 16 de agosto de 2014.

Revista Paula invitó a Annegret Hielscher a crear libremente, con prendas de ropa usada, una nueva pieza. La diseñadora tomó un trench y una pollera y con ellos elaboró un vestido para toda ocasión.

La diseñadora alemana Annegret Hielscher (46 años) era una adolescente berlinesa cuando comenzó a hacer ropa con prendas usadas, enamorada de su materialidad y carácter único, y alentada por el desafío al que se enfrentaba en términos de diseño: examinar una pieza, estudiarla, y deshacerla para crear una nueva. Esa fue su primera aproximación a la moda. Tiempo después tomó cursos de Arte y Confección en la Universidad Kunsthochschule y en el Instituto Modeinstitut de Berlín.

Radicada en Chile hace 21 años, luego de estudiar Diseño de Vestuario en la Universidad del Pacífico, trabajó para varias marcas de retail, hasta que desencantada de la producción en serie y las tendencias, abrió su propio taller en la comuna de Ñuñoa, donde diseña y elabora ropa de mujer y de hombre con telas nuevas que importa. Este año retomó el reciclaje y la transformación como eje central de su trabajo. "La ropa heredada no necesariamente calza con las tendencias, siluetas y tallas actuales, y reintegrar la tela en nuevos diseños es una buena opción para volver a utilizarlas", explica respecto de su interés.

"Hoy hay escasez de algunas materias primas como, por ejemplo, el algodón, y el diseñador debe tomar conciencia y buscar nuevas formas de idear sus propuestas de diseño y la transformación de ropa es una de ellas", dice Annegret Hielscher.

Convocada por revista Paula especialmente para esta edición, Annegret diseñó un vestido atemporal talla 42, para día y noche, a partir de un trench unisex talla L y una falda larga escocesa talla M que compró en Garage, una de las tiendas de ropa usada más conocidas de Berlín. "Elegí estas prendas por sus texturas y caídas, y detalles como solapas, bolsillos, despuntes y costuras, que suelen estar ocultos, pero que en la transformación pueden ocupar lugares destacados", dice.

En este vestido, Annegret trabajó con dos técnicas. Una de origen japonés, que aprendió con el diseñador brasileño de origen nipón Jum Nakao, usando un molde de papel tridimensional que se monta en el maniquí, sobre el que se dibujan las líneas de cortes y volúmenes. Y la técnica tradicional alemana Müller & Sohn en la que se calculan detalladamente las proporciones, se llevan al papel y se construyen varias capas para poder armar la prenda.

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