Anticristo

El crítico de espectáculos analiza el polémico film que aún no figura en la lista de las distribuidoras nacionales.




Ante la polémica que ha despertado en otras latitudes Anticristo, la última película del danés Lars von Trier, Paula le pidió al crítico René Naranjo que la viera. El film, que circula en internet, por ahora no figura en la lista de las distribuidoras nacionales.

Para Lars von Trier, el cine equivale a una constante provocación, a empujar los límites, además de una dosis de terapia, ironía y catártica violencia física y emocional. Sin pausa y con crudeza, como ocurre en Anticristo, la película que en el pasado Festival de Cannes dividió a la crítica entre aplausos y risas burlonas.

El film tiene dos protagonistas: Él (Willem Dafoe) y Ella (Charlotte Gainsbourg), forman una pareja que pierde a su pequeño hijo (en una escena que parodia lo peor de la publicidad y no se priva de planos porno) y que, para sanar el profundo dolor, se somete a una dinámica introspectiva que explora sus miedos. La premisa ofrece interés, lo que genera controversia es la manera en que ésta se pone en escena, mutilaciones genitales, pasajes dignos de película de horror B y un zorro ensangrentado que dice, en inglés, "El caos reina". Sin embargo, acaso lo que más escándalo causa es la sensibilidad misógina del director. Aquí, la mujer es origen de todos los males y, si bien el viaje hacia la locura de Charlotte Gainsbourg se entiende como el choque de Von Trier con sus fantasmas, su mirada hacia lo femenino es demasiado oscura, si no derechamente torpe, como para aspirar a ser tomada en serio en pleno siglo XXI.

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