Café de Colombia

Colombia tiene fama de tener el mejor grano fino de especie arábiga del mundo. Dentro de sus regiones cafeteras la que más sobresale es la de Nariño, cuyo aromático café es el que se envasa en la cápsula más vendida de Nespresso.




Paula 1126. Sábado 20 de julio 2013.

Colombia tiene fama de tener el mejor grano fino de especie arábiga del mundo. Dentro de sus regiones cafeteras la que más sobresale es la de Nariño, cuyo aromático café es el que se envasa en la cápsula más vendida de Nespresso.

Lo que hace a Colombia ser considerada el mayor productor de café de calidad en el mundo, y sobresalir entre otros países como Brasil o Perú, es que todo su café de exportación –100% arábigo– es cultivado y cosechado a mano bajo estrictas normas de calidad por 563.000 familias de cafeteros organizadas desde 1927 en la Federación Nacional de Cafeteros, una de las ONG rurales más grandes del mundo. En 2005 el café de Colombia fue la primera

Denominación de Origen registrada en el país y dos años más tarde la Unión Europea la reconoció como el primer

producto agroalimentario no europeo con indicación geográfica protegida.

En cápsula Nespresso

El café de Nariño y también de la región vecina de Lauca es el que se utiliza en la cápsula Rosabaya de Colombia, la cápsula más vendida de la marca suiza Nespresso en el mundo. La demanda ha sido tan grande desde que se lanzó esta variedad en 2009, que hoy, 75% de la producción de los 35.000 caficultores de Nariño se lo lleva Nespresso, 20% lo compra Starbucks y solo 5% se vende a otros clientes, generalmente hoteles. "Es el café más apreciado de Colombia, pero cuesta conseguirlo", dice Ortiz.

El café de Nariño, el mejor

Nariño es una región del sur de Colombia donde se cultiva el café que ha ganado más veces el primer lugar de The Cup of Excellence, la gran competencia del café colombiano. Sus cualidades se deben a que es un café sembrado en altura –entre los 1.500 y 2.200 metros– por lo que recibe una alta radiación solar y a que crece en

suelos volcánicos que le dan un sabor incomparable: "Destaca por su equilibrio, dulzor y alta acidez, que no es

lo mismo que amargor y que es una cualidad muy valorada. Su aroma es pronunciado, con notas florales, cítricas

y a mieles de caña", dice el colombiano radicado en Chile Sebastián Ortiz, cuya familia tiene la finca cafetera

Castelblanco en Nariño hace cuatro generaciones.

Dónde probarlo en Santiago

Castelblanco es la única finca de Nariño que comercializa parte de su producción en Chile, la que se puede comprar en bolsas de 250 g ($ 6.500) a pedido (ventas@cafecastelblanco.cl). También se puede probar preparado por un barista en el café Colmado (Merced 346) o en el Salvador Cocina Café (Bombero Ossa 1059). Lo ideal, según Sebastián Ortiz, es pedirlo sin azúcar ni leche, para poder paladearlo en su esplendor. "El café de calidad es como el vino. Nadie pensaría en echarle azúcar", dice.

Más de 500 mil familias en Colombia cultivan el café en pequeñas fincas. Es gracias al cuidado personalizado que los caficultores hacen de sus siembras que el café colombiano tenga fama mundial. Nariño fue la primera región cafetera en tener denominación de origen, en el año 2005.

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