Dulce rockera

Francisca Valenzuela está lista para lanzar en Chile su primer disco, que transita entre el jazz y el rock.




Peces, su primer single, habla rabiosamente de la mala vida que pueden dar los hombres. Dulce, el segundo, cuestiona el papel social de la mujer como objeto y carne. Francisca también canta reclamando sobre la situación de los palestinos y escribe letras anti-Bush: la música es para ella una plataforma para hablar de cosas que le importan y la inquietan. Acaba de terminar segundo año de Periodismo en la Universidad Católica, es adicta a la lectura de The Economist y raya con las relaciones internacionales. Hace un par de años hizo un intensivo de Composición de jazz en la Universidad de Berkeley y tomó un curso sobre política exterior norteamericana.

Criada en San Francisco, California, Francisca es hija de dos científicos chilenos dedicados a la biotecnología, quienes le inculcaron el interés en el arte. En el estimulante ambiente cultural de esta ciudad, desde chica empezó naturalmente a tocar guitarra y a escribir. A los 12 años ya tenía una colección de poemas y sus padres se la enviaron a una amiga crítica literaria para que los orientara sobre los circuitos de poesía juvenil. La mujer se entusiasmó, le mandó los textos a Isabel Allende, y Francisca terminó con dos libros publicados: Defenseless waters, un poemario en inglés, y Abejorros/Madurar, dos cuentos que la editorial española Plaza y Janés tradujo al castellano. Francisca ya tocaba guitarra y estudiaba Piano Clásico.

Llegó a Chile a los 13 años y desde entonces ha ido paulatinamente cambiando la escritura de poesía por la composición de canciones. Ahora está en clases de Canto para aprender a sacar la voz de la guata; sigue estudiando Piano y toca impetuosamente la guitarra. Cuando compone se inspira en músicos disímiles, como Schubert, PJ Harvey y el grupo chileno A la luz resistant.

Desde que toca con una banda integrada por tres músicos, se ha vuelto más rockera y ha actuado en los clubes Living y La Berenjena. Sus canciones, que recuerdan a Julieta Venegas o Imogen Heap –a quienes admira– saldrán en un disco aún sin nombre dentro de los próximos meses. Francisca trabaja aplicadamente. Dice que está viviéndolo con gozo, que quiere tocar en regiones y que le encanta la idea de sumarse a la explosiva escena musical chilena, aunque sea un pato nuevo con mucho que aprender. Mientras graba el primer videoclip del futuro disco, su dulce voz y sus bien compuestas canciones se pueden escuchar en francisca-valenzuela.blogspot.com

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