El pantone humano de Angélica Dass

La fotógrafa brasileña Angélica Dass (33) está realizando una serie de retratos –que demuestran que la idea del "color de la piel" que discrimina entre blancos y negros– es un prejuicio sin fundamento porque, objetivamente, hay tantos tonos como pieles existentes. Para ello, clasifica las pieles según un código neutro: el pantone de colores de photoshop, que le asigna un código diferente a cada uno. La obra, titulada Humanae, y que ya se ha mostrado en distintos blogs y sitios web, se expondrá en junio en el festival internacional de fotografía PhotoEspaña.




Paula 1120. Sábado 27 de abril 2013.

La fotógrafa brasileña Angélica Dass (33) está realizando una serie de retratos –que demuestran que la idea del "color de la piel" que discrimina entre blancos y negros– es un prejuicio sin fundamento porque, objetivamente, hay tantos tonos como pieles existentes. Para ello, clasifica las pieles según un código neutro: el pantone de colores de photoshop, que le asigna un código diferente a cada uno. La obra, titulada Humanae, y que ya se ha mostrado en distintos blogs y sitios web, se expondrá en junio en el festival internacional de fotografía PhotoEspaña.

Hace un año que Angélica Dass decidió meterse con su propia historia. Nacida en Brasil y ahora radicada en España, está realizando un trabajo que analiza de manera casi científica el tema de su mestizaje. "Mi familia es pura mezcla racial. Aunque la raza es un concepto ya obsoleto biológicamente, nuestros códigos lingüísticos y prejuicios sobre el hecho de ser de 'color', 'blancos', o 'negros' aún están muy presentes. Así es que decidí intentar un acercamiento aséptico a la realidad de nuestros colores", cuenta vía mail. Su proyecto consiste en hacer retratos de personas para inventariar los colores de su piel. La convocatoria ha sido a través de www.facebook.com/events/479062255494403. Ya ha fotografiado a 470.

"La meta del proyecto es provocar y debatir en la actualidad sobre la identidad étnica, creando imágenes que nos llevan a igualarnos independiente de factores como la nacionalidad, origen, condición económica, edad o normas estéticas", dice la fotógrafa.

Dass define su trabajo como una "obra en progreso", ya que sigue convocando gente y ahora tiene planeado salir de Europa para retratar rostros de América, África, Oceanía y Asia en busca de nuevas pieles. "Toda la humanidad que se ve en Humanae la aporta la gente que decide participar. Este intercambio es muy importante, porque se trata de transmitir el mensaje de que todos estamos unidos en nuestras diferencias. En cada sesión las personas que aceptan retratarse difunden el proyecto cuando, por ejemplo, usan su foto como imagen de perfil en facebook, lo que hace que sus amigos sientan curiosidad de sumarse. Así, el proyecto se hace viral y más y más gente vuelve a pensar en algo que parece obvio, pero que sigue siendo un problema en nuestra sociedad: el rechazo al diferente. En Humanae la sutil continuidad de nuestros tonos hace más por la igualdad que por la diferencia".

Todos los retratos que hace Dass son sobre fondo blanco. Se enfoca en el color de la nariz y busca el tono correspondiente en pantone de photoshop. Según ese tono pinta el fondo y nombra la imagen. "Elegí pantone porque es la clasificación de colores más neutra", explica.

El proyecto ha dado la vuelta al mundo en más de dos mil artículos en 15 idiomas y también en blogs y webs como el de Le Monde, Cosmopolitan, Elle, NY DailyNews, el blog de Oprah Winfrey, Clutch Mag, El País, O Globo, BBC, entre muchos otros. "Estoy muy orgullosa de saber que algunos voluntarios que trabajan en institutos con alumnos conflictivos y problemas de inmigración en la comunidad de Madrid utilizan Humanae para hablar de igualdad", dice Dass. El proyecto estará visible en junio, dentro del festival de fotografía PhotoEspaña.

"Siento que llego a mucha gente. Para mí lo mejor son los mails personales que recibo de las personas a las que he retratado, muchas veces lejanas. Me cuentan todo lo que han provocado esos retratos y hasta han hecho que se me salten las lágrimas", confiesa la autora de Humanae.

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