Emoliente piteado

Rescatando un tradicional brebaje de la época virreinal, algunos bares limeños están reinventando esta bebida a base de cebada y hierbas medicinales. Con un poco de pisco, lo están transformando en el trago de moda.




Paula 1126. Sábado 20 de julio 2013.

Rescatando un tradicional brebaje de la época virreinal, algunos bares limeños están reinventando esta bebida a base de cebada y hierbas medicinales. Con un poco de pisco, lo están transformando en el trago de moda.

En la emolientería bar está ocurriendo lo que por estos días también está pasando en otros restoranes y bares de moda en la capital de Perú: la están agregando pisco al emoliente, un tradicional brebaje que por siglos el pueblo ha tomado con fines medicinales. A la base del emoliente caliente –un cocimiento de granos de cebada, linaza, cáscara de piña, membrillo, canela, clavo de olor, hierba luisa, cedrón, toronjil, manzanilla, llantén y cola de caballo que se endulza con azúcar rubia y también lleva jugo de limón– se le agregan 3 onzas de pisco y un macerado de pisco –que fermenta por 7 meses– a elección, como eucalipto, kión (jengibre) o higo, entre otros. El engañador trago, que por su dulzor disfraza al alcohol, se llama emoliente piteado y es el preferido para animar las noches de juerga, que se extienden hasta las 3 am (15 soles, US$ 5 aprox.). Av Diagonal 598, Miraflores, Lima, fono 51 1 444 2108.

Tomar un emoliente es todo un irtual en los carritos de los emolienteros que abundan en barrios populares. Al centro está siempre bullente el cocimiento base de cebada y linaza, al que se le agregan distintas variedades de infusiones.

Brebaje con historia

Tomar emoliente es una tradición enraizada en la vida cotidiana de los peruanos, que lo beben humeante en invierno y frío en verano. A los vendedores de la pócima, que abundan en los barrios populares, se les llama emolienteros; ellos son quienes preparan esta bebida que data de la época virreinal, cuando los españoles solían tomar agua de cebada, que aromatizaban con canela y jugo de limón y que luego las tisaneras –vendedoras

ambulantes de aguas medicinales– comenzaron a mezclar con infusiones de semillas y hierbas locales. Debido a sus efectos altamente digestivos y depurativos, a la pócima se le llamó emoliente, nombre que la RAE define como un medicamento "que sirve para ablandar una dureza o un tumor".

Según la señora Alicia Apaza, emolientera hace 25 años, que instala su carrito en el barrio limeño de Barranco, el secreto de la receta a base de cebada y linaza está en las infusiones que se le añaden y que se agregan según sea la dolencia a aliviar. "Hay boldo, para el hígado; uña de gato, para las defensas; y alfalfa, que tiene hierro para la anemia y además limpia el hígado y los riñones", cuenta mientras sirve en un vaso la preparación humeante y exprime el jugo de un limón, que vierte dentro de la mezcla.

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