Equilibrio en una cinta

Saltar y caminar sobre una cinta sin perder el equilibrio. De eso se trata este desafiante deporte que requiere altas dosis de concentración y músculos contraídos.




Saltar y caminar sobre una cinta sin perder el equilibrio. De eso se trata este desafiante deporte que requiere altas dosis de concentración y músculos contraídos.

¿De qué trata?

El slackline nació en la década de los 80, pero es en los últimos años que se ha masificado a nivel mundial. Tiene varios niveles, pero básicamente consiste en atravesar en equilibrio una cinta semi-elástica tensada entre dos puntos, que generalmente se instala al aire libre (entre árboles) a un metro del suelo. En este ejercicio se practican posiciones sobre la cinta que son similares a los de pilates y yoga, para trabajar el equilibrio.

En niveles más avanzados, como el trickline, se hacen trucos de salto y piruetas y lo que sigue es solo para aventureros: highline, que consiste en cruzar la cinta dispuesta sobre los 10 metros de altura, y longline, en el que se atraviesan tramos largos de más de 30 metros. El slackline no tiene requisitos de conocimientos básicos, ni límites de edad o condición física. De hecho, es un ejercicio que practican mucho los niños. En un promedio de 4 clases ya se debería estar caminando sobre el aparato. Cada sesión tiene una duración de una hora. Se parte con un precalentamiento y se finaliza con un tiempo de elongación para evitar lesiones.

Entre 2,5 y 5 cm de ancho tienen las cintas con que se practica el slackline, deporte que desarrolla un alto sentido del equilibrio, mejora la concentración, corrige la postura y tonifica prácticamente todos los músculos.

Los beneficios

Aumenta la concentración, factor indispensable para no caer de la cinta, y trabaja la propiocepción, que es la percepción que uno tiene de su cuerpo en el espacio. Esto hace que las personas que practican slackline mejoren –casi inconscientemente y debido al desarrollo del sentido del equilibrio–, su postura al sentarse, caminar o estar parados. Además, afina la motricidad y los reflejos y tonifica los músculos del cuerpo, en especial los gemelos y los abdominales.

Las clases

Desde 2011 que la empresa Slacker recluta a los mejores exponentes de esta disciplina a nivel nacional, como el top ten del mundo Carlos Zúñiga, para que hagan clases particulares ($ 10.000 por persona, máximo 3 participantes) y talleres grupales ($ 35.000, 4 clases al mes, mínimo 8 personas). También hacen actividades educativas y fabrican y venden los kits de cintas, desde $ 59.990. General Holley 2294, piso 2, Providencia, fono 244 2147, www.slacker.cl.

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