Hugo Marín en el MAC

A sus 84 años, en la contundente muestra que hasta el 20 de enero tiene montada en el Museo de Arte Contemporáneo, el artista Hugo Marín deja claro por qué todavía se lo sigue considerando uno de los artistas más innovadores del arte chileno.




Paula 1111. Sábado 22 de diciembre de 2012.

A sus 84 años, en la contundente muestra que hasta el 20 de enero tiene montada en el Museo de Arte Contemporáneo, el artista Hugo Marín deja claro por qué todavía se lo sigue considerando uno de los artistas más innovadores del arte chileno.   Por Catalina Mena.

Sorprendente, variada, loca: así es la obra de Hugo Marín. Prolífico y energético, el artista sigue trabajando a diario en su taller del Parque Forestal. Este año tuvo una muestra individual en abril, y ahora acaba de inaugurar su primera exposición en el MAC. El montaje impresiona por su libertad creativa.

Son más de 40 piezas realizadas, la mayoría en los últimos cuatro años, entre las que se cuentan esculturas, óleos gigantes y un mural. Lo que anima esta última producción es un mayor contacto con la actualidad del mundo, que se plasma en la idea del terremoto, del vértigo, en la sensación de que el planeta está patas arriba y no se sabe para dónde va. Desde los años 50, Marín ha pasado por todos los lenguajes y técnicas, siendo bastante rupturista para su tiempo. Sus primeras obras –hechas en esmalte sobre metal– rompieron con los cánones de la pintura, elevando a calidad de arte esta disciplina que hasta entonces solo era considerada artesanía. Después ha hecho collage, pintura y esculturas con inusuales combinaciones de materiales, mezclando adobe, cuero, plumas y géneros.

El sello visual de su trabajo son las figuras totémicas y enormes cabezas que reflejan diversas tradiciones culturales. Un imaginario que responde a un pensamiento universal integrador, estrechamente relacionado con su interés por la meditación trascendental, que practica y enseña desde 1966, cuando el Maharishi Mahesh Yogi le enseñó la técnica en una visita a Chile. Después vivió con su maestro en India, y esta práctica ha sido clave en su trabajo creativo, permitiéndole trascender los límites de la racionalidad, los prejuicios y las convenciones sociales. El viaje, interno y externo, es una marca en su trayectoria: no solo ha recorrido lugares remotos, sino que también se ha instalado largos períodos en Europa, Estados Unidos, México y Cuba.

Atento a la realidad, pero siempre buscando una lectura propia, Marín se ha interesado también por íconos ancestrales que lleva a su trabajo, pero no como quien corta y pega, sino integrando distintas experiencias a su inventario simbólico. "Mi obra es fruto de la conciencia de la unificación", dice. "He ido coleccionando cosas en mi vida, y las ideas vienen solas".

Hugo Marín es una de las figuras más vitales del arte chileno. En su actual muestra en el MAC del Parque Forestal destacan las esculturas que ha creado en los últimos años, con una inusual combinación de materiales, como barro, paja y mezclilla.

Nuevos materiales y mucho color caracterizan esta última producción del artista que a diario trabaja en su taller del Parque Forestal.

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