La hermana de Mozart

En vez de hacer una clásica película de época, el director y actor francés René Féret llevó al cine un asunto poco armonioso de la familia Mozart: con un evidente favoritismo por el pequeño Wolfgang, el padre no le permitía a la talentosa hija mayor tocar el violín ni aprender composición musical.




En vez de hacer una clásica película de época, el director y actor francés René Féret llevó al cine un asunto poco armonioso de la familia Mozart: con un evidente favoritismo por el pequeño Wolfgang, el padre no le permitía a la talentosa hija mayor tocar el violín ni aprender composición musical.

¿Una película feminista?

La historia arranca como una road movie de la familia Mozart viajando durante una gira por algunas ciudades de Europa en el año 1763. Hasta que pronto el foco cae sobre Nannerl, la hermana mayor del pequeño Wolfgang, quien exhibe un gran talento musical. Contrario al común de los filmes de época, que apuestan por la exhibición de grandes locaciones y decorados, esta es una película que priorizó la exploración intimista de una familia de artistas, profundizando en la figura desconocida de la adolescente Nannerl. Con una fotografía lograda y una hermosa banda sonora, el filme consigue poner de relieve las limitaciones que impone la sociedad a las mujeres de aquella época. Retrata las relaciones al interior de la familia Mozart, claramente marcadas por el favoritismo del padre por el talento de su hijo menor y sobre todo, por la invisibilidad de la protagonista debido a su doble condición de mujer y artista.

Nannerl es personificada por una de las hijas del director y actor francés, René Féret, con una contención que refleja el rol de las mujeres en el contexto del filme, a la vez que trasluce la mirada crítica de su autor. La protagonista toca con maestría el clavicordio y el violín aunque este último le es negado por su padre por no ser un instrumento apropiado para las mujeres. Él es quien oficia como maestro de ambos hijos, privilegiando a Wolfgang en la enseñanza de la composición musical y marginando a su hija de sus deseos de realización creativa.

El único momento en que Nannerl puede cumplir sus íntimas aspiraciones artísticas, es cuando se viste de hombre. Solo entonces puede tocar el violín a sus anchas, cantar, dirigir una pequeña orquesta o incluso soñar con componer sus propias obras. Es la única vez que brilla por sí misma pero con una identidad que no le es propia. Ha sido criada como una mujer distinta y lo sabe, pero no puede realizarse como tal ni menos como una creadora. Echa al fuego sus composiciones y decide seguir el camino que la cultura ha trazado para su género. La soledad y el desamor que de seguro le traería una opción por su realización personal, aparecen más amenazadores que la traición de sus sueños.

*Nannerl, la hermana de Mozart (2010) se exhibirá en el Centro Arte Alameda del 31 de mayo al 28 de junio. Alameda 139, Santiago. Fono 664 8821.

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