La novela esperada

Llega la nueva entrega de la española Milena Busquets, También esto pasará (Anagrama), que antes de publicarse se vendió a más de quince idiomas, y que le ha valido comparaciones hasta con Oscar Wilde. Tiene encanto y arrojo, y la cualidad de la alegría y la ligereza para contar el profundo dolor de perder a la madre y, con ello, la propia juventud y un pedazo de sí misma.




Paula 1165. Sábado 17 de enero de 2015.

Llega la nueva entrega de la española Milena Busquets, También esto pasará (Anagrama), que antes de publicarse se vendió a más de quince idiomas, y que le ha valido comparaciones hasta con Oscar Wilde. Tiene encanto y arrojo, y la cualidad de la alegría y la ligereza para contar el profundo dolor de perder a la madre y, con ello, la propia juventud y un pedazo de sí misma.

Fue el libro más codiciado en la última Feria del Libro de Frankfurt: a todos sorprendió que las mejores editoriales,desde Gallimard de Francia hasta Companhia das Letras de Brasil, pagaron altísimas sumas para publicar la segunda novela de Milena Busquets, hasta ahora conocida por una obra menor (Hoy he conocido a alguien) y por ser hija de la celebérrima escritora y editora Esther Tusquets. Su potencia de best seller es evidente por la energía y el desplante con que narra una historia difícil aunque encantadora: la recuperación tras perder a la madre de una cuarentona alegre, carretera y amante voraz, a su vez mamá de dos niños, en un veraneo en Cadaqués.

Ese entrañable balneario donde la izquierda de Cataluña asentó en los 60 su elegante juerga, de la que Milena (1972) es pródiga heredera, es mucho más que un lindo paisaje en la novela. Su tibieza y frugalidad mediterránea forman parte del relato y de los personajes: impregnan el carácter de la narradora, Blanca, y de sus volátiles y fieles compañeros, especie de corte de ex maridos, amigos de toda la vida, amantes del pasado y del futuro. Para superar la pena de la muerte buscan el sol y la fiesta, que los deja un poco encandilados. La ligereza se funde con la frivolidad y también con el espanto de saber que lo perdido forma parte de nosotros como un hueco, y que decir que "todo esto también pasará" es una frase de cuento difícil de experimentar realmente.

"Lo contrario de la muerte no es la vida, es el sexo", dice la protagonista, que busca en cualquier tipo de afecto ganarle a la pérdida. "Tal vez todo sea un sustituto del sexo: la comida, el dinero, el mar, el poder", piensa luego. Menos afortunadamente: "He intentado, sin demasiado éxito, que mi cabeza sea un templo, pero el cuerpo debería ser siempre un parque de atracciones". Y con desparpajo: "Debería haber prostitutas del amor. Si no fuese porque el amor es tan difícil de reproducir y de fingir, tan laborioso y largo y subterráneo. Tan ruinoso, también". En la tensión entre Eros y Tánatos, el primero gana con todo y el segundo queda latiendo, a la espera de encontrar su lugar.

Toda esta pasión, esta alegría de vivir, vienen siempre de la madre, a quien la narradora le va hablando de tú, entremedio de sus esfuerzos por pasarlo bien y dejar de sentirse sola. "Después de todo, amamos como nos han amado en la infancia, y los amores posteriores suelen ser solo una réplica del primer amor. Te debo, pues, todos mis amores posteriores", le dice. No es que idealice la maternidad: al contrario, ella es despreocupada con los niños y opina que las madres súper presentes y abnegadas de hoy, "el impúdico amor materno contemporáneo", quizás estén criando monstruos. Lo que este libro quiere guardar es otra cosa, el amor total, libre, que no ordena, que no permite ninguna culpa y otorga todas las responsabilidades, el amor esencial, y el maravilloso poder del cuerpo para foguearlo. US$13 en Amazon.

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