La última novela de Bizzio




Paula 1112. Sábado 5 de enero de 2013.

Hasta ahora la obra del narrador, poeta y cineasta argentino Sergio Bizzio era casi de culto y se conseguía con dificultad a este lado de la cordillera. Su última novela, Borgestein (Mondadori) llega ampliamente a librerías e invita a enviciarse con su humor y calmada agilidad. Por Marcela Fuentealba.

Aunque es autor de más de diez novelas –muchas excelentes– y un escritor en producción constante desde los 80, además de un aplaudido cineasta, Sergio Bizzio (1956) ha sido casi un autor secretoDe la misma generación y amigo de Fogwill, Daniel Guebel y Héctor Libertella, Bizzio sin embargo es un nombre que suena menos, presumiblemente porque él es quitado de bulla, ajeno a las movidas editoriales y los festivales literarios donde circulan los libros como mercancías, sean buenos o malos, cosa que a él le disgusta. Silencioso, trabajó años escribiendo telenovelas, y ahora filma películas de nombres graciosos como No fumar es un vicio como cualquier otro, o toca junto a su banda Súper Siempre. Dicen que es un músico pésimo y que le da lo mismo.

Además de un prolífico autor y cineasta, Bizzio es uno de los autores argentinos más adaptados al cine –no solo en su país, también en España y Francia–. La avidez del lenguaje cinematográfico está presente en su última novela, donde el suspenso es constante.

Varios de sus últimos libros los ha publicado la editorial independiente argentina Mansalva, poco accesible en Chile: su gran novela Rabia (2004) y el poemario Te desafío a correr como un idiota por el jardín (2008). Pero ahora su última novela, Borgestein, llega a librerías de la mano de la transnacional Mondadori, que se ha dedicado a rescatar en Latinoamérica a autores de calidad fuera del circuito mainstream, como Diego Zúñiga en Chile o Julián Herbert en México, por ejemplo.

La novela, que conduce la historia con un humor casi involuntario. Aunque pareciera que en el libro no pasara nada, el suspenso es constante, y eso, presumiblemente, es porque Bizzio tiene la avidez del lenguaje cinematográfico y porque para él la escritura se va haciendo en el camino: sucede espontáneamente con las palabras, como el pensamiento, que él describe con pulcritud. Hoy, cuando en la narrativa campea el cálculo milimétrico hasta en lo oscuro y emocional, esa virtud se agradece infinitamente, además de divertir y hacer pensar mucho más de lo acostumbrado.

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