Los peligros del exceso de vitaminas

En los últimos cinco años el consumo de vitaminas aumentó en un 46,4% en Chile. Mientras en nuestro país los especialistas advierten sobre un hábito que no reporta beneficios, un reciente estudio de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, alerta sobre los riesgos de este boom.




Paula 1185. Especial Belleza, sábado 24 de octubre de 2015.

En los últimos cinco años el consumo de vitaminas aumentó en un 46,4% en Chile. Mientras en nuestro país los especialistas advierten sobre un hábito que no reporta beneficios, un reciente estudio de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, alerta sobre los riesgos de este boom.

"Corro todo el día de la oficina a la casa y tengo poco tiempo para sentarme a almorzar. Por lo general, como un sándwich y tomo un multivitamínico que suple las verduras y frutas que no puedo consumir". "Tengo cansancio crónico. Estoy desanimada. Voy a tomar vitaminas". "Les tengo pavor a las arrugas, así que voy a tomar vitamina E, debido a su efecto antioxidante". Estas son algunas de las frases más comunes que la nutricionista de Clínica Alemana, Andrea Valenzuela, escucha en su consulta, especialmente por parte de mujeres. "Hay un claro aumento de pacientes que, convencidas de que las vitaminas son una poción mágica, las consumen sin ninguna indicación médica", agrega.

La pregunta, entonces, es ¿necesitamos tomar tantas vitaminas? "No", asevera categórica la especialista. "La única población de riesgo que podría necesitar una dosis extra o que podría presentar un déficit son los niños, los adultos mayores, las embarazadas, algunos pos operados de cirugía bariátrica y pacientes con cáncer. Para el resto, basta con una dieta equilibrada que incorpore frutas y verduras", dice.

¿Cómo se explica que adultos sanos consuman vitaminas?

La principal explicación es el bombardeo publicitario. Incluso hay productos y alimentos con vitaminas que generan en el imaginario de los consumidores la idea de que hay que consumirlos.

Niños, adultos mayores, embarazadas, operados de cirugía bariátrica y pacientes con cáncer, son la única población de riesgo que podría necesitar suplementar su dieta con vitaminas. Personas sanas, solo deben incorporar frutas y verduras a su dieta diario.

El nutriólogo Gonzalo Ruiz-Esquide, de la Clínica Santa María, agrega que a una persona que no tiene déficit vitamínico demostrado, que por lo general se produce por alguna enfermedad grave, no le va a beneficiar en nada tomar vitaminas. "Está botando su plata", dice tajante. Cifras de Euromonitor, agencia internacional especialista en estudios de mercado, indican que en los últimos cinco años el consumo de vitaminas en Chile ha crecido en un 5,2%,generando solo en 2015 un mercado de más de 12.740 millones de pesos. Las razones del consumo se deben a los supuestos beneficios. El más común es el efecto sobre el ánimo y sobre el apetito. Sin embargo, "las vitaminas no interfieren en ninguno de los dos. Solo lo hacen cuando existe una deficiencia y síntomas como la falta de apetito y ánimo se suman a otros que mejoran con un tratamiento a la enfermedad específica", explica la internista y profesora del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), Cecilia Albala, miembro de la Academia Chilena de Medicina.

Valenzuela añade: "muchos de los multivitamínicos que prometen activar el ánimo y energizar contienen guaraná y cafeína, responsables del efecto estimulante".

También están quienes se alimentan mal y creen que tomando vitaminas van a suplir carencias nutricionales. "Las vitaminas no reemplazan ningún alimento. No es lo mismo tomar píldoras que comer verduras que, además, contienen fibras, minerales y una serie de otro micronutrientes esenciales para el organismo", afirma Valenzuela.

Los riesgos a los que se enfrentan las personas que consumen vitaminas en exceso no son mayores y se relacionan con toxicidad. "Existen vitaminas hidrosolubles (la C y la B) que se eliminan a través de la orina. Las liposolubles (A, D, E y K), en tanto, se depositan en el organismo y pueden llegar a niveles tóxicos. Por ejemplo, quienes consumen en exceso vitamina A para la visión, pueden sufrir alopecia en las cejas, piel áspera, sequedad ocular, incluso anorexia y cirrosis hepática", explica Valenzuela.

Es más, en marzo de este año, un estudio publicado en la revista científica Medical Daily mostró los resultados de más de una década de investigación del doctor Tim Byers, director asociado del Centro para la Prevención y el Control del Cáncer en la Universidad de Colorado, en Estados Unidos. Sus conclusiones fueron que el consumo excesivo y prolongado de vitamina E, beta-caroteno y ácido fólico (del complejo B), está asociado a riesgos de cáncer y a enfermedades cardiacas. "Faltan aún muchos más estudios para concluir una relación certera entre el consumo de vitaminas y enfermedades catastróficas, así como también faltan los que demuestren los verdaderos beneficios de los suplementos vitamínicos. Hasta el momento no se puede afirmar que son realmente nocivas o beneficiosas. Entonces, mejor no tomarlas y mejorar la dieta", aconseja el doctor Ruiz-Esquide.

La moda de los antioxidantes

Hace menos de diez años que comenzó la moda por frenar la acción de los radicales libres, partículas que inciden en el proceso del envejecimiento de las células y daño en el ADN. Para contrarrestar su efecto, se ha promovido la ingesta de antioxidantes, como la vitamina C y E. "Ya hace más de dos décadas el estudio Chaos, de la Universidad de Cambridge, evaluó el efecto de usar vitaminas y antioxidantes para prevenir enfermedades cardiovasculares, demostrando que su consumo no ayudaba. Por otro lado, los antioxidantes no inciden en retardar la aparición de arrugas, eso es un problema genético", dice el doctor Gonzalo Ruiz-Esquide.

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