Los tesoros de Sophie Calle

Las últimas horas de su madre agónica, seguir a un extraño por dos semanas y pedirles a 107 mujeres que interpreten el mail con que su pololo las dejó: la artista francesa Sophie Calle convierte en obra sus experiencias más cercanas, que se exhiben en galerías de todo el mundo y que transforma, además, en libros de culto.




Paula 1172. Sábado 25 de abril de 2015.

Las últimas horas de su madre agónica, seguir a un extraño por dos semanas y pedirles a 107 mujeres que interpreten el mail con que su pololo las dejó: la artista francesa Sophie Calle convierte en obra sus experiencias más cercanas, que se exhiben en galerías de todo el mundo y que transforma, además, en libros de culto.

Sophie Calle (1953) empezó su trabajo artístico a los 26 años, siguiendo a desconocidos en la calle. Desde entonces ha producido una larga y provocadora obra que, mediante la fotografía y el lenguaje, se confunde con la vida. Las cosas se le ocurren y no teme hacerlas: encontró una libreta de teléfonos botada, llamó a los que figuraban, les ofreció dormir con ellos y lo publicó como colaboración periodística. Celebrada en sus inicios por el crítico francés Jean Baudrillard y modelo de un personaje de novela de Paul Auster, Calle se atreve a abandonarse al juego real.

Está por aparecer la edición definitiva y limitada –en papel japonés y con bordes dorados– de su primer libro, Suite Vénitienne (Siglio), que documenta cómo siguió a un desconocido a Venecia hasta volver la ciudad un laberinto de sospechas y distancias. También están disponibles las magníficas fotografías de Voir la mer (Actes Sud), su última serie de retratos, en este caso, gente de pueblo que ve por primera vez el mar en Estambul, y Rachel, Monique (Xavier Barral), la biografía visual de su madre, que incluye largas secuencias de videos

filmados en su lecho de muerte.

Pero quizás su obra-libro maestra es Prenez soin de vous (Actes Sud), que despliega literalmente 107 discursos específicos de mujeres, profesionales y apasionadas para leer la misma cosa: el mail con el cual el pololo de Calle, muy amable y considerado, la dejó para seguir otros idilios. El hombre termina con la muy formal frase francesa prenez soin de vous, "cuídate mucho". La obra, hecha para la Bienal de Venecia de 2007, se acaba de presentar en el Museo Tamayo, de México. De una jueza a una correctora de pruebas, de una sicoanalista a una parvularia, una experta en la edad media, una policía, su mamá, una maga, una bailarina india, una rapera, una basurera, cada una lee la carta según su capacidad: un informe, un cuento, un baile. El milagro es que una carta de rechazo, que deja fría y sin respuesta, se despliegue en estas mentes, voces y cuerpos femeninos con la normalidad y seriedad que cada una de esas mujeres pone en su propia vida, en su tarea. Es una multiplicidad asombrosa: el catálogo, una joya pesada color rosado brillante, con fotos, textos, manuscritos, los CD, de cada mujer que participó, resulta un magnífico compendio sobre el genio femenino para lidiar con lo más difícil y normal del amor: perderlo.

Prenez soin de vous disponible en inglés. US$93,7 en Amazon.

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