Maquieira, el constructor

Monedas, cadenas, rieles de tren de juguete, sacapuntas metálicos, plumeros y cuchillos, entre otros objetos, conforman las ocho obras que Sebastián Maquieira exhibe en Galería XS. Hasta el 31 de enero.




Paula 1139. Sábado 18 de enero de 2014.

Monedas, cadenas, rieles de tren de juguete, sacapuntas metálicos, plumeros y cuchillos, entre otros objetos, conforman las ocho obras que Sebastián Maquieira exhibe en Galería XS. Hasta el 31 de enero.

En casi diez años de producción artística, Sebastián Maquieira (35) se ha mantenido dentro del constructivismo, en obras que se realizan a partir de la unión y acumulación de elementos procedentes de la producción industrial y el inventario cotidiano. Pero, al mismo tiempo, no ha dejado de experimentar, logrando que su obra se desprenda del formalismo y adquiera una mayor carga emocional.

Su trabajo se caracteriza por utilizar estos objetos como piezas compositivas. De este modo, los elementos son despojados de su función original para colaborar en la construcción de un significado diferente. En los trabajos que ahora exhibe utiliza monedas, cadenas, rieles de tren de juguete, sacapuntas, plumeros y cuchillos –entre otros recursos– encadenándolos para dar con la imagen preconfigurada, como al hacer aparecer la forma de un megáfono "pintada" con mil sacapuntas metálicos. Pero, más allá de su procedimiento formal de manipular y desplazar los objetos cotidianos al escenario de la obra –maniobra que ya es tradicional en el arte contemporáneo– lo destacable de Maquieira es que ha ido expandiendo su campo de operaciones, incorporando también elementos vivos u orgánicos, interpelando al contexto social e inyectando un mayor contenido emocional.

"Voy a tirarme a la piscina con este trabajo, porque me abro a un mundo de referencias mucho más pesado. Siempre me siento como un debutante: siempre estoy comenzando de cero", señala el artista Sebastián Maquieira.

La figura del megáfono, que ha aparecido con cierta obsesión en sus últimas obras, evoca de inmediato las manifestaciones y protestas estudiantiles. Otro trabajo destacable, que habla de su deseo de expansión, fue el que realizó en la vitrina frontal del GAM en 2012. Aquella vez, Maquieira compuso la imagen del megáfono en formato gigante utilizando módulos de plantas. La instalación, que permaneció dos meses frente a la Alameda, requirió de un complejo sistema de riego para mantener viva la vegetación. Para realizarla, el artista trabajó en un vivero junto a un grupo de especialistas en plantas y, literalmente, metió sus manos en el barro.

En esta línea de incorporar lo orgánico, Maquieira incluye en su actual exhibición el uso de huesos de animales que recolectó de diversas carnicerías y luego pulió. El trabajo (que deberá apreciarse en vivo, en el mismo espacio de exhibición), convierte estos huesos en remos sujetados a sus argollas, los que se sitúan como una escultura sobre una piedra, a manera de plinto. La obra, que explora un carácter más ritual y poético, alude a la idea del viaje como estructura de movimiento de los significados. De este modo no solo utiliza un material fuertemente cargado, sino que, además, lo interviene manualmente al pulirlos, gesto que había estado ausente en sus otros trabajos, donde solo se trataba de utilizar objetos manufacturados y trasladarlos tal cual eran. "Funciona como una metáfora de un viaje que alude al traslado de los significados", señala Maquieira.

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