Pintura rebelde

Miles de extrañas presencias aparecen y se confunden en las pinturas de Andrés Heinsen. Vienen de un mundo mental y emocional muy intenso que se rebela con fuerza contra los mandatos de la lógica racional. Hasta el 29 de junio en galería XS.




Paula 1124. Sábado 22 de junio 2013.

Miles de extrañas presencias aparecen y se confunden en las pinturas de Andrés Heinsen. Vienen de un mundo mental y emocional muy intenso que se rebela con fuerza contra los mandatos de la lógica racional. Hasta el 29 de junio en galería XS.

Son 12 pinturas, medianas y grandes, realizadas en tinta china, óleo y acrílico sobre tela. En ellas, Andrés Heinsen –39 años, egresado de la Universidad Finis Terrae– cuenta la historia de una batalla sin tregua de su mundo síquico salvaje contra la razón que intenta domesticarlo. En el proceso de su obra, el artista mantiene un esfuerzo consciente para impedir que la mente racional ejerza su influencia y reprima la salida de los instintos más genuinos. Su técnica –similar al automatismo síquico que practicó la vanguardia surrealista de primera mitad del siglo XX– consiste en dejar que las ideas salgan sin orden ni selección previa, para luego asociarse libremente en la tela, generando nuevas imágenes que surgen del mismo proceso combinatorio. El resultado es algo así como un escenario del inconsciente, en el que se dan citas miles de seres imaginarios que aparecen y desaparecen como fantasmas, hablando todos al unísono en este teatro vociferante.

Sin embargo, aunque la tensión de los cuadros es evidente, estos múltiples seres logran coordinarse y encajar en una unidad visual muy armónica, que Heinsen construye de manera muy personal, mezclando códigos gráficos del dibujo con la carga pictórica de las manchas. Las figuras aparecen delimitadas, pero a la vez se camuflan en una trama abstracta, convirtiéndose en piezas de un universo complejo, donde se han superado las barreras entre figuración y abstracción.

No solo en la técnica, sino también en el resultado visual y la actitud que lo anima, Heinsen recuerda la energía de los surrealistas. También ellos activaron un arte que transgredió los géneros tradicionales de la academia y se rebeló contra la razón instrumental que había llevado al mundo a dos guerras mundiales cuyas consecuencias estaban padeciendo. Hoy –en tiempos de crisis y de cuestionamiento radical al capitalismo– se está recuperando a los surrealistas, tanto en el arte visual como en la literatura, quizás como una alternativa que nos vuelva a conectar con las necesidades más primarias, y nos recuerde que somos algo más que simples consumidores sometidos a la ley.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.