Revolución Arduino

Una simple placa de computador con salida USB que cuesta alrededor de 12 mil pesos está cambiando el mundo del diseño industrial y el arte interactivo. Una revolución del tamaño de una tarjeta de crédito.




Imagine que necesita un perchero. Busque el diseño de uno en Internet, verifique que tenga licencia Creative Commons- es decir que su autor permita su copia–, luego programe la impresora 3D MakerBot (cuesta US$ 700 en makerbot.com) para que lo "imprima" en plástico –sí, que fabrique el objeto– y finalmente, cuelgue su chaqueta.

No es ficción, tal impresora existe, la creó el norteamericano Zach Smith en 2009 y no necesitó un mega computador para diseñarla, ni piezas de alta sofisticación para fabricarla. Lo hizo con softwares gratuitos

que bajó de internet y placas Arduino, un mini controlador con circuitos de chips y de tamaño un poco más grande que una tarjeta de crédito que está revolucionando el diseño industrial y el arte interactivo.

En palabras simples, Arduino es la unidad básica para construir hardware –o máquinas– que se controlan desde el computador, a través de un cable USB, desde pequeños robots hasta la citada impresora 3D.

La revolucionaria placa fue creada en 2003 por Massimo Banzi, un profesor del Instituto de Diseño Interactivo Ivrea, Italia, junto al español David Cuartielles, inaugurando la era de la llamada computación física. Tras su lanzamiento en código abierto –es decir cualquiera puede usar y modificar la placa– Arduino se ha convertido en el fetiche de artistas visuales y diseñadores que, gracias a este aparato, ya no tienen límites creativos. www.arduino.cc/es.

Arte interactivo

En Chile, como en el resto del mundo, la computación física ha encontrado su principal campo de desarrollo en el arte. "Antes, la gente trabajaba limitada a las posibilidades de los programas computacionales y si querían ir más allá del computador, debían contratar a un ingeniero que los ayudara", afirma José Luis Santorcuato –profesor del magíster de Artes Mediales de la Universidad de Chile. Si antes el arte interactivo era pasar un video, ahora los artistas pueden crear obras interactivas, como la que el mismo Santorcuato desarrolló para el MIM, bautizada "Instrumento Invisible", y que consiste en un circuito de sensores de movimiento que se activan a través de placas Arduino y que permite que los niños hagan música en una sala del museo con solo levantar o bajar sus brazos.

La escultora Carolina Pino y el fotógrafo Daniel Cruz, inauguraron a fines de junio –Fondart mediante– Casa Duplo!, el primer laboratorio de arte interactivo del país. Ofrecen talleres para todo público que van desde introducción a redes sociales para la tercera edad hasta programación y computación física con Arduino. www.duplo.cl.

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