Shakespeare, reversionado por Radrigán

La tempestad, de William Shakespeare, se estrena el 15 de mayo en el GAM como plato fuerte de este año. El encargado de reescribirla fue el dramaturgo Juan Radrigán y logró algo sorprendente: una pieza llena de poesía donde se habla, sobre todo, de la democracia chilena, del perdón y del poder.




Paula 1173. Sábado 9 de mayo de 2015.

La tempestad, de William Shakespeare, se estrena el 15 de mayo en el GAM como plato fuerte de este año. El encargado de reescribirla fue el dramaturgo Juan Radrigán y logró algo sorprendente: una pieza llena de poesía donde se habla, sobre todo, de la democracia chilena, del perdón y del poder.

UN TEXTO FASCINANTE

Juan Radrigán no era cercano a Shakespeare, siempre lo había dicho. por eso le pareció insólito el encargo del Centro Cultural Gabriela Mistral de reescribir La Tempestad, una de las obras más controvertidas del clásico autor inglés, que narra la venganza de Próspero, duque de Milán, contra quienes lo abandonaron en una isla desierta. Pero la magnitud del desafío lo motivó a aceptar y escribió un texto de 59 páginas que conserva no más de media página del original y que debutará el 15 de mayo con la dirección de Rodrigo Pérez (Los perros, Interior).

El Premio Nacional de Literatura, reconocido por su dramaturgia conectada con la idiosincrasia e historia chilena, eliminó personajes y dejó el conflicto en lo esencial: la relación de Próspero con el poder y el perdón hacia quienes lo exiliaron. El duque anuncia reparación y justicia en sus primeras líneas, pero luego se desdice y decide perdonar a sus enemigos con tal de recuperar el poder.

"De todas las obras de Shakespeare, La tempestad es la única que no hubiera elegido por el perdón indiscriminado de Próspero hacia sus victimarios", dice el dramaturgo. Además, Radrigán tuvo el pie forzado de pensar en Próspero como una mujer, por pedido del GAM. Y para hacerlo se inspiró en Claudia di Girolamo, quien lo encarna. Su personaje preferido, eso sí, es Calibán, un esclavo de Próspero y de su hija Miranda. "Sabía que él me daría material desde su condición de oprimido", dice. Por eso su Calibán, interpretado por Francisco Ossa (Amores de cantina), es el encargado de gritar la verdad: "su casta (la de Próspero) no resiste la pérdida del boato y del poder, la tradición le cayó encima y perdonó".

Para Rodrigo Pérez, el director, la propuesta de Radrigán plantea que uno es capaz de transgredirse a sí mismo en función de no perder o ganar el poder: "Esa discusión, que no está presente en Shakespeare, es el gran aporte de este texto y que lo conecta, de un modo brutal, con lo que somos hoy", comenta.

Una pieza que hay que ver, porque lleva la prosa de Radrigán a lugares poéticos universales y filosóficos y tiene una delicada manera de acercar el drama shakespeareano al Chile actual.

Elenco: Claudia di Girolamo, Moisés Angulo, Francisco Ossa, Mariana di Girolamo, Jaime Leiva, Manuel Peña, Rodrigo Soto, Guillermo Ugalde.

Del 15 de mayo al 27 de junio. Miércoles a sábado, a las 21 hrs. $8.000 entrada general; $4.000 estudiantes y tercera edad.

UN EXTRACTO

Próspero: No te pongas melodramático, déjale eso a Shakespeare.

Ariel: ¿Quién es ese?

Próspero: El culpable de que estemos en esto.

Ariel: ¿Está en la isla?

Próspero: No; es un genio, pero a veces suele tirar la piedra y esconder la mano.

Juan Radrigán.

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