Spandex, el desenfreno nocturno

Paula 1150. Sábado 21 de junio de 2014.

El destacado coreógrafo argentino Pablo Rotemberg, estrenará el 25 de julio La noche obstinada, obra sobre las desaparecidas fiestas spandex que promete remecer la cartelera con desnudos, violencia y provocación.

Travestismo, desnudos, diversidad sexual, baile desenfrenado. Así eran las fiestas Spandex que en los albores de los 90 irrumpieron en la escena santiaguina. Un mundo del que tuvo que empaparse el coreógrafo argentino Pablo Rotemberg para dar vida a La noche obstinada, obra de danza contemporánea creada en una residencia en el GAM, que se estrenará ahí mismo a fines de julio y que augura ser uno de los platos fuertes del año.

A Rotemberg, premiado en su país y aplaudido el año pasado en Chile por su controvertido montaje La idea fija, le sedujo sobremanera acercarse a una parte de la historia de Chile que le hace sentido con sus propias inquietudes artísticas: los 80 y el cuerpo reprimido en dictadura. Leyó sobre el tema y se reunió con los ideólogos de las spandex, entonces entendió que ellos creían que la estética también era generadora de cambios sociales. "En las fiestas era posible travestirse, desnudarse y hacer performances. Y todas las cosas que generan fricción e inquietudes son buenas, a mi modo de ver", cuenta el coreógrafo, que para montar la obra convocó este año a una audición en el GAM a la que se presentaron más de 100 bailarines. Rotemberg se quedó con siete de ellos: Lucas Balmaceda, Ricardo Curaqueo, Brigitte Kattan, Marcos Matus, Marco Orellana, Cristóbal Santa María y Nicole Sazo. Todos elegidos por su técnica dancística o por moverse con una forma propia.

La noche obstinada no es una reconstrucción de las spandex, sino una fiesta en el escenario. Rotemberg la describe así: "Es una fiesta un poco triste, con una mirada algo desilusionada. Se trata de una pieza rigurosa, que quisiera ser una performance pero no lo es, con cierto grado de transgresión y provocación".

Junto con su asistente, Josefina Gorostiza, el coreógrafo argentino ha trabajado con fuerza dos ámbitos en el montaje: la exposición de las performances escénicas, y la exhibición del desnudo. El marco es su mirada sobre el cuerpo y la violencia que, según él, subyace en sociedades como la chilena y la argentina. Habrá desnudo, violencia y travestismo, además del sello Rotemberg en danza, formado por toscos bloques de movimiento, donde el cuerpo de los bailarines es sometido a gran rudeza física y repeticiones sin sentido. De fondo, canciones poperas, actuales y también de los años 80 y 90. "Una banda sonora trash, sucia, con pocas pretensiones musicales", agrega Rotemberg.

Coordenadas

Del 26 de julio al 10 de agosto en el GAM. Miércoles a sábado a las 21 horas y domingo a las 20 horas. Entradas desde $ 3.000.