Tarnation

Jonathan Caouette empezó a filmarse a los once años. Dos décadas después es el gurú del género documental.




Caouette grababa su vida para escapar del drama de su existencia: su madre, Renee, padecía un desorden bipolar agudo que la mantenía hospitalizada y él, que se crió la mayor parte del tiempo con sus abuelos, también fue diagnosticado con un desorden mental llamado despersonalización, que alude a la desconexión con los propios pensamientos. "Utilicé la cámara para explicar cómo me sentía en relación con el entorno", ha dicho Caouette en la prensa. Para darle forma a su película, editó más de 160 horas de material recopilado en diferentes formatos de audio y video en el computador de su casa. El resultado fue un sicodélico collage de películas caseras en formato súper 8, fotografías, mensajes de contestadoras telefónicas y fragmentos musicales de los años ochenta que se entrelazan para contar una dramática –pero iluminadora– historia particular, inserta en la cultura pop norteamericana de fines del siglo XX. Por su intimidante veracidad y su original técnica de construcción dramática, Tarnation se llevó aplausos y premios en respetados festivales como Sundance y Los Angeles Film Festival.

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