Verde cristalino

No hay razón para temerle a la sombra de color verde. Si es perlada y se difumina bien, hará que los ojos brillen como una esmeralda.




No hay razón para temerle a la sombra de color verde. Si es perlada y se difumina bien, hará que los ojos brillen como una esmeralda.

Cuando la sombra verde cata comenzó a ponerse de moda, en el verano del 2002, generó bastantes anticuerpos: muchas mujeres se resistían a usar este color, por lo poco natural que se veía. Pero esta preocupación ya no tiene sentido. "El color ha cambiado y las mujeres también", explica la maquilladora Constanza Martínez. "Las chilenas, que antes no se arriesgaban a salir de los tonos fáciles –como el café– están asumiendo que el maquillaje es un accesorio más, tan importante como la ropa, el peinado o las joyas. Esto ha llevado hasta a las más tradicionales a atreverse a probar colores nuevos, y están felices con los resultados. Además, los tonos que antes eran un símbolo de osadía se han aplacado.

El verde que se lleva no es fuerte, empastado, difícil de aplicar y apto sólo para pieles jóvenes, como el de antes. El verde de hoy es clarito, algo ahumado, y tiene un suave brillo que le da naturalidad. Se trata de un tono perlado, adaptable a todo tipo de piel".

El tono de moda no es un verde botella o un verde inglés, sino un color más intenso y claro, como el del pistacho, pero no tan fuerte como el verde neón o el verde pasto. Tiene algo de gitano y se inspira en la transparencia de las joyas con pedrería y de las bolas de cristal; en el vestuario de las bailarinas de danza del vientre; en los tonos de las cartas de tarot. El color mismo es un símbolo de energía, según la milenaria tradición china del feng shui.

Que estemos ante un verde más fácil no significa que se pueda aplicar sin regla alguna. Para lograr un look como el de la foto, Constanza aconseja ceñirse a los siguientes pasos:

1. Aplicar la base. La base de maquillaje debe ser lo más parecida posible al tono de su piel, independientemente del maquillaje que se use. Para el día, prefiere una base sin brillo. Para que quede pareja, aplícala con un pincel o una esponja sobre un cutis limpio e hidratado.

2. Ilumina los ojos. Antes de aplicar la sombra, cubre todo el párpado con un producto iluminador en crema. Esto le dará luz a tu mirada. "El ojo está naturalmente hundido y esto lo levanta", explica Constanza.

3. Usa una sombra clara como base. Pon sombra de un color nacarado, entre dorado y damasco, en todo el párpado, hasta llegar al borde de las cejas. Si usas sombra en polvo, aplícala con pincel y espárzala con el dedo; sólo si usas una sombra cremosa puedes aplicarla directamente sobre la piel con la yema del dedo.

4. Aplica la sombra verde. Pon sombra verde pistacho o verde claro ahumado en la cuenca del ojo –es decir, en el párpado móvil– y difumina con el dedo, hasta que no se note la diferencia entre los pigmentos del maquillaje y el color de la piel. Debe quedar con un efecto degradé. Lo ideal es usar sombra en polvo, ya que la sombra en crema –que sólo se ve bien en mujeres muy jóvenes– tiende a acumularse en los pliegues y arrugas de la piel, haciendo que se noten más. Si cae algo de polvo en las mejillas, elimínalo con un cotonito humedecido con algún producto desmaquillante.

5. Delinea difusamente. Con un pincel de punta fina, aplica un poco de sombra verde más oscura que la anterior en los bordes de las pestañas. Puedes hacerlo alrededor de las pestañas superiores, inferiores, o en ambas, cuidando siempre de que no quede una línea marcada sino un trazo de color de bordes difusos. La idea es que el ojo tenga un marco suave y delgado, que dé fuerza a la mirada sin llegar a los excesos del look chorreado.

6. Hidrata y pinta los labios. Sobre labios hidratados con crema o con base de maquillaje hidratante, aplica el labial de su gusto. "Es mejor si se usa sólo brillo o un brillo con dejos de color", concluye Constanza.

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