¿Vieja yo?

Estigmatizado y marginado por décadas, el grupo de los adultos mayores de 60 superará al de los menores de 15 en buena parte del mundo de aquí a 2025. De a poco, los gobiernos, la industria y los publicistas empiezan a mirar a este segmento con otros ojos y a sorprenderse con las ganas que tienen de pasarlo bien.




Paula 1128. Sábado 17 de agosto 2013.

Estigmatizado y marginado por décadas, el grupo de los adultos mayores de 60 superará al de los menores de 15 en buena parte del mundo de aquí a 2025. De a poco, los gobiernos, la industria y los publicistas empiezan a mirar a este segmento con otros ojos y a sorprenderse con las ganas que tienen de pasarlo bien.

¿Qué tan vieja se considera usted?

En 2009, una encuesta masiva de tendencias sociales y demográficas del prestigioso Pew Research Center, en Washington, apuntó a desentrañar cómo cambia la percepción del envejecimiento según la edad. La respuesta promedio a la pregunta ¿a qué edad empieza la vejez? fue: a los 68 años. Mientras que los encuestados entre 18 y 29 años creen que empieza a los 60, los adultos pusieron el umbral en los 70 –y los mayores de 65 años creen que la vejez recién empieza a los 74–. Lo curioso es que esas mismas personas no sienten que estos parámetros se apliquen a ellas: solo 21% de los encuestados mayores de 65 se sentían realmente viejos, y 60% dijo sentirse hasta 20 años más jóvenes de lo que son.

(Pew Research Center, 2009).

Lo divertido de olvidar

Aunque la pérdida de memoria sigue siendo uno de los aspectos más aterradores de envejecer, sicólogos y neurólogos la están tratando como algo normal y aconsejan tomársela con más liviandad. La American Psychological Association hace énfasis en que solo 1 de cada 5 adultos mayores de 65 años, desarrolla Alzheimer, y en los demás solo la memoria episódica es la que se deteriora: llegar al supermercado y no tener idea qué había que comprar es de lo más común. Practicar juegos y mantener actitudes positivas hacia la vejez mejoran el rendimiento de este tipo de memoria, algo que tienen en cuenta los programas para adultos mayores más avanzados y vanguardistas, como el desarrollado por la Municipalidad de Vitacura, Vitamayor, cuyo calendario de cursos para vecinos mayores de 60 años ha incorporado talleres como Memoria avanzada y Emociones: un don de sobrevivencia (www.vitamayor.com, fono 2240 3670). Y, para tomarse los olvidos con buen humor, un libro de cabecera es I remember nothing (2010), que la famosa escritora norteamericana Nora Ephron, guionista de comedias como Cuando Harry conoció a Sally, publicó cuando tenía 69 años. En él se ríe con agudeza de su propio tránsito hacia la vejez: cómo aprende a salvar el honor al toparse con un viejo amigo y no tener idea cómo se llamaba; o hacer listas de las cosas que no vale la pena recordar. Ephron revela sin tapujos episodios tragicómicos como la vez que ve a una persona con aire conocido en un mall y, al acercarse a saludar, se acuerda que es su hermana, con quien había quedado en juntarse. Desde US$ 10 en Amazon (disponible en Kindle).

U-bend, en la cumbre de la felicidad

El síndrome del nido vacío, canas abundantes y articulaciones dolorosas, pueden ser indicio de que la vida está a punto de ponerse mejor que nunca. Varios estudios de la última década han concluido que la gente es más feliz después de los 50 años y, para dar cuenta del fenómeno, la revista The Economist acuñó el término U-bend, o la curva de la U: la felicidad y el bienestar forman una U a lo largo de la vida, llegando a su punto más bajo entre los 30 y los 40 y tantos –cuando el estrés, la ansiedad y la depresión llegan a su peak–. Luego, la ecuación se revierte y la gente de 70 es más feliz que la de 30. La curva de la felicidad no tiene que ver con diferencias culturales, nivel de educación o de ingreso: es transversal, tanto que países como Francia y Gran Bretaña la incorporan en sus índices oficiales, codo a codo con el producto interno bruto.

Sexys a los 60

Mick Jaegger, Robert Redford y Clint Eastwood, entre otras celebridades que exudan sex appeal, fueron los elegidos por Maribel Vidal, vicepresidenta de Planificación Estratégica de McCann Erickson, para introducir la presentación que hizo en mayo de 2011 en el Congreso de Marketing Icare, en Santiago. Su intervención –Sexy 60, un manual para seducir consumidores mayores–, contenía los resultados de varios estudios hechos en Chile para conocer al más desconocido y subestimado de los segmentos poblacionales: el de los adultos mayores. "Es un grupo muy estigmatizado pero tiene un tremendo potencial. Por primera vez en la historia la pirámide del desarrollo humano se invirtió y se estima que en el mundo el año 2025 habrá más mayores de 60 que menores de 15. Esto trae consecuencias profundas que ya se están viendo. En Alemania por ejemplo, se aumentó la edad de la jubilación a 67 porque la fuerza productiva no da abasto y en Japón hay una serie de productos desarrollados para la tercera edad, como teléfonos con los números grandes. Los países más desarrollados están diseñando ciudades con mayor movilidad y visibilidad, porque una ciudad amigable con la tercera edad es una ciudad amable para todos. En Chile lamentablemente aún no estamos preparados para ser adultos mayores. Los desafíos son muchos, desde redefinir el vocabulario y dejar de usar términos como casas de reposo hasta crear productos financieros que nos los castiguen por ser de la tercera edad, alimentos que tengan en cuenta sus necesidades alimenticias y ropa más cómoda pero moderna. Según un estudio que hicimos con la revista Golden Seniors, 89% de los adultos mayores vive con entusiasmo cada día y 72% considera que la edad no es un impedimento para pasarlo bien. Son consumidores exigentes y sofisticados, y hay todo por hacer para seducirlos. El que abra un bar cómodo, espacioso, con buena música para mayores de 60, como los que hay en Buenos Aires, va a dar en el clavo", concluye la ejecutiva. Por X.H.

Jubiladas a la universidad

Antes fueron los condominios de lujo en lugares cálidos como Florida, pero ahora hay una nueva forma de jubilar que está tomando fuerza en Estados Unidos: más de 15 ciudades universitarias en todo el país, como Princeton, Nueva Jersey, se han transformado en lugares codiciados para jubilados que quieren mantenerse activos. Los seniors llegan a las residencias emplazadas ahí especialmente para ellos, atraídos por la posibilidad de interactuar con estudiantes jóvenes, acceder a los servicios de salud de las universidades y, sobre todo, asistir a clases dictadas por los mejores académicos. Otra opción es jubilar en una comunidad artística como Burbank Senior Artists Colony, un conjunto residencial en una tranquila ciudad de California, cuyos habitantes se involucran en diversas actividades creativas: desde dirigir y actuar en obras de teatro hasta tomar clases de pintura, poesía y escritura; crear programas de radio o cantar en el coro. La comunidad ha sido premiada por su enfoque –los adultos mayores que se involucran en actividades creativas requieren menos visitas al doctor y son menos propensos a deprimirse– e, incluso, ha sido visitada por agentes de publicidad buscando actores seniors para protagonizar comerciales. www.seniorartistscolony.com

Serviced apartments, las residencias del futuro

10% de los mayores de 60 años en Bélgica ocupa una cama en una residencia para la tercera edad, v/s el 0,5 en Chile. Según el belga Roderick Peters, director ejecutivo para Latinoamérica de Seniority, consorcio internacional dedicado a la asistencia del adulto mayor con presencia en Chile, la brecha en esta cifra se debe principalmente a un motivo cultural: "Mi mamá sabe que cuando ella comience con algún tipo de dificultad, va a ir a una casa de reposo. Y no hay nada de malo en eso. Pero en Chile antes de llevar a uno de los padres a una residencia van a insistir con que alguna hija lo cuide o van a contratar a una enfermera. Por eso aquí el mercado de las residencias para personas mayores todavía es pequeño y no se han desarrollado productos que en Europa son tendencia, como los serviced apartments: edificios de departamentos privados diseñados con soluciones para que cada adulto pueda vivir de manera independiente en su propia casa: ascensores más anchos, pisos sin diferencia de niveles, duchas con asientos y asistencia doméstica y de enfermería las 24 horas, además de servicios optativos como actividades recreativas y fisioterapeutas. Por J.H.

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