Vinos naturales

El vino más innovador de la temporada pasada, según los críticos del rubro, fue uno que se hace con prácticas ancestrales en centenarias vasijas de greda: Viejas Tinajas, de la Viña De Martino, es la cara más visible –pero no la única– de una tendencia que cada vez adquiere más fuerza en Chile y en el mundo.




Paula 1108. Sábado 10 de noviembre 2012.

El vino más innovador de la temporada pasada, según los críticos del rubro, fue uno que se hace con prácticas ancestrales en centenarias vasijas de greda: Viejas Tinajas, de la Viña De Martino, es la cara más visible –pero no la única– de una tendencia que cada vez adquiere más fuerza en Chile y en el mundo.

Según la Association Des Vins Naturels, que agrupa a los productores franceses de este tipo de vinos, vino natural es aquel hecho de cualquier cepa manejada con agricultura ecológica y cosechada a mano, y en los que solo intervienen las levaduras propias de la fruta. En su elaboración no se agregan bacterias en la fermentación maloláctica, no se corrige el azúcar ni los colores y no se utilizan técnicas consideradas violentas para el vino como la osmosis inversa, que disminuye los grados de alcohol. El único químico que se agrega son los sulfitos –para evitar que el vino se oxide–, en cantidades mínimas. Lo que se busca es que el vino dé cuenta de su origen y se aleje de la estandarización de sabores que según los defensores de este estilo significa, por ejemplo, el uso de las barricas de roble y de levaduras industrializadas.

Naturales y chilenos

En Chile no existe una asociación de productores de vinos naturales y en general se trata de vinos que se producen en viñas pequeñas.

Algunos buenos exponentes son:

Montsecano, pinot noir 2010 ($ 14.900)

Julio Donoso, uno de los dueños de la viña Montsecano, en el Valle de Casablanca, ha desarrollado sus vinos junto al reconocido enólogo Álvaro Yáñez con prácticas biodinámicas, como considerar las fases de la luna a la hora de embotellar el vino. Sin filtrarlo, ha conseguido que su pinot noir Montsecano, sea reconocido por el crítico Patricio Tapia como el mejor pinot noir de Chile.

Louis-Antoine Luyt, Cauquenes tinto chileno Trequilemu, Carignan 2010 ($ 13.500)

"Uno no busca dominar la uva para que sea el vino que uno espera, sino más bien acompañarla para que se transforme en el vino que es naturalmente", declara el enólogo francés Louis-Antoine Luyt, que eligió la estética de las antiguas micros amarillas para las llamativas etiquetas de su fresco y natural Carignan.

Villalobos, reserva Viñedo Silvestre, Carignan 2010 ($ 12.000)

Este delicioso y frutal Carignan es oriundo de una viña de cuatro hectáreas en Lolol que estuvo abandonada por varias décadas, donde las parras treparon a gusto entre la vegetación autóctona sin fertilizantes y sin podas. Para hacer este vino las uvas se cosechan manualmente y se dejan fermentar con sus propias levaduras para luego reposar en barricas de madera que han tenido varios usos. "Así, los sabores de la madera no se imponen a los de la fruta", explica el enólogo Rolando Villalobos.

Natural no es igual a orgánico

La sommelier y productora de la guía Descorchados Macarena Lladser explica que

la diferencia entre los vinos orgánicos y los naturales es que si bien los orgánicos

garantizan un tratamiento equilibrado biológicamente en el viñedo, no certifican su

tratamiento posterior en bodega, en donde sí pueden ser trabajados con prácticas

industrializadas.

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