El encanto del cloisonné

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Con esta técnica de esmaltado sobre metal se hacen ceniceros, pastilleros, jarrones y maceteros, entre otros objetos. Es un arte supercomplejo y elaborado que cada vez se produce menos y a mayores costos.




El cloisonné, también conocido como esmalte alveolado, es una técnica que surgió en Oriente para decorar objetos metálicos. Su nombre deriva del francés cloisons, que se refiere a los compartimentos o alvéolos de metal que se adhieren al objeto para separar las numerosas tonalidades de esmaltes o incrustaciones que terminan por dar vida a multicolores formas geométricas, florales o de distintos elementos de la naturaleza.

El cloisonné chino es el más difundido en el mundo y los ejemplares más antiguos son identificables por esmaltes más opacos y menos tonalidades. En general son motivos decorativos como flores, árboles y animales con formas geométricas y decorativas.

El cloisonné es una técnica supercompleja y elaborada que cada vez se produce menos y a mayores costos.

Rosario Sánchez y su madre, Rosario Grez, rescatan el oficio del taller Grez Armanet, fundado por su familia en el año 70, quienes, dedicados principalmente al arte sacro, trabajan esmalte sobre metal además de otras técnicas como relieves y grabados. Ambas Rosarios crean la marca Éxō, que retoma los inicios del taller familiar, rescatando la belleza de la técnica, aplicada esta vez a objetos alejados del imaginario religioso.

La primera colección es una serie de delicados y originales prendedores esmaltados de insectos chilenos. Luego de una minuciosa investigación se abstrajo cada uno de los insectos que componen la primera línea de Éxō a un diseño simple y replicable a través del dibujo y de las técnicas propias empleadas en el taller Grez Armanet. Si bien la técnica de realización no es cloisonné propiamente tal, el resultado en cuanto a materiales, colores, terminaciones y delicadeza bien podría representar una forma moderna de rescatar la técnica de esmaltado de metales.

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