Ahora soy higienista

Hace cinco meses dejó el alcohol, el cigarro, el café y las carnes y sigue una alimentación higienista. A pura fruta y verdura, la actriz, que actualmente graba un docurreality llamado Solteros en Canal 13, bajó dos tallas y asegura que ganó una nueva lucidez que la tiene con el foco puesto en lo que más quiere: encontrar el amor.




Paula 1187, Especial Navidad. Sábado 21 de noviembre de 2015.

Es temprano en la mañana y Patricia López no acepta una taza de café. En su lugar, saca de su cartera una botella de vidrio con un brebaje amarillento. "Se llama Cinco, dos, uno", dice. "Son cinco porciones de agua destilada, dos de vinagre orgánico de manzana y una de miel. Es para depurar el sistema digestivo", explica. También saca un tupperware con kiwis que pretende comerse a la hora de almuerzo. Y eso es todo. Desde hace cinco meses que la actriz sigue el higienismo, una corriente alimentaria que se basa en comer productos sin refinar ni químicos adheridos, y así conseguir la preciada salud. "Estoy en un estado zen", asegura Paty.

Pómulos marcados, pelo brillante y piel radiante, son algunos de los beneficios que reflejan su nueva vida. En julio cumplió 38 años y desborda energía, tanta que si el día tuviera más horas seguiría metida en más actividades de las que ya tiene: está en grabaciones de Solteros, un docurreality de Canal 13 que conducirá junto a Sergio Lagos y que busca parejas para almas solitarias. También está grabando Veinteañero a los 40, la teleserie vespertina del mismo canal, donde interpreta a una patuda nana.

Fuera de la pantalla, encabeza su productora Atenea, con la que acaba de finalizar cinco temporadas de la obra Tres tristes tigres, del dramaturgo Alejandro Sieveking, quien la volvió a convocar para producir y actuar en Pobre Inés sentada ahí, un musical cuya protagonista es Bélgica Castro. "Es la historia de una madre y tres hijas que aspiran a la aristocracia y que se descueran por una herencia, comportándose como la más baja de las clases", cuenta. Participar en un musical es un género que la seduce, porque ha dedicado años a perfeccionarse en el canto y la música, sobre todo en la popular, siendo asidua de la Casa de la Cueca donde aprendió a tocar el pandero y a cantar cuecas. En ese ambiente conoció al abogado y músico Hernán Larraín, quien la invitó a formar el proyecto cuequero Los Cala Cala, que debutará el próximo año. Todos los martes, además, asiste a un taller de dramaturgia con Juan Radrigán y toma clases de inglés y practica natación.

"No tomo desayuno. Hoy voy a almorzar kiwis y peras, a media tarde me tomaré un jugo de manzana y tipo 8 voy a cenar alguna verdura con quínoa integral. Pasé de talla 42 a 38, pero el higienismo es más que eso: un trabajo de entendimiento sobre lo que te hace mal".

¿A qué hora tienes tiempo libre?

No lo necesito, me carga el tiempo libre. Resulta que todo lo que hago me gusta, entonces no necesito tiempo libre de las cosas que me gustan.

Ya, pero ¿a qué hora descansas?

En la noche y sí que tengo un sueño reparador. No me gusta estar haciendo nada, soy súper obsesiva: tengo una agenda para cada proyecto, anoto todo y jamás dejo algo para después. Para mí todo es ahora, esa es mi fórmula para ser efectiva.

¡Qué intensidad!

Así soy yo, súper apasionada. El año pasado me fui a Los Ángeles, a la escuela de Lee Strasberg, quien fue uno de los más célebres profesores de teatro norteamericano. Allí el profe me piropeó frente a toda la clase y dijo que creía que la única persona que iba a lograr algo interesante con su carrera era yo. Obvio que mis compañeros nunca más me hablaron. Creo que ser intensa te juega en contra.

¿Envidia tal vez?

Mi experiencia es que pierdo a la gente que me rodea. Me ha pasado en el colegio, en la escuela de teatro, siempre he quedado aislada. Es como una maldición que otros reconozcan tus talentos.

¿No te da miedo quedarte sola?

Nada. No me importa quedarme sola agarrada de un árbol. Además, tengo mis buenas amigas, que son como hermanas. Me encantaría verlas con más frecuencia, pero como muchas ya están con guagua y una sigue siendo una paloma libre, es difícil coordinar los tiempos.

¿Eres una paloma libre por opción o por circunstancia?

Por circunstancia, porque soy una mujer soltera y no se ha dado el amor. Si estuviera en pareja y nos amáramos mutuamente, de inmediato sería mamá. Obvio que me falta un compañero, pero sé que hay otras alternativas, como la inseminación. No quiero renunciar a esa pulsión que siento de ser madre.

¿Sientes presión por convertirte en mamá?

Por el reloj biológico sí, pero como soy obsesiva tengo que soltar esa tensión para que todo fluya y siento que aún tengo un par de años, sin embargo, me da miedo ser mamá tardía. Este es un tema súper tragicómico, está ideal para ficcionarlo. Ahora que lo pienso, tal vez se convierta en el tema de la primera obra que escriba. ¿Quién sabe?

LA VIDA LIVIANA

¿Cómo llegaste al higienismo?

Durante mi estadía en Los Ángeles, sufría de indigestión, incluso, si me comía una lechuga. De vuelta en Chile una amiga me habló del higienismo y fui al terapeuta. Fue magia: estuve dos semanas en desintoxicación a pura piña y todo mejoró, incluso mi conciencia y mi energía, tanto que dejé el café y el té, porque no necesito ningún estimulante. Tampoco como carnes, harinas, azúcar ni sal. No como nada con químicos. No voy al supermercado, todo lo compro orgánico, me alimento solo de frutas, verduras y granos integrales.

¿Cómo es el día de un higienista?

No tomo desayuno, porque el cuerpo no está preparado para recibir alimentos en la mañana. Hoy voy a almorzar kiwis y peras, a media tarde me tomaré un jugo de manzana y tipo 8 voy a cenar alguna verdura con quínoa integral.

Bajaste seis kilos en un mes.

Pasé de talla 42 a 38, pero el higienismo busca mucho más que eso. Es un trabajo de entendimiento sobre lo que te hace mal. La alimentación es lo más importante y es lo que define tu existencia, si te alimentas bien, no necesitas nada más.

¿Por qué para ti ha sido necesario poner a prueba tu voluntad?

Porque en la comodidad uno se estanca. Y como la vida es ascendente hay que ir hacia arriba. Me podría morir en un sistema rutinario, cómodo, sería lo más cercano a la muerte. No se trata de estar subiendo el Everest todos los días, pero sí creo que hay que exigirse porque es la única forma de avanzar.

CASTING DE SOLTEROS

A propósito de Solteros, ¿estás buscando pareja también?

Tengo que optimizar mi tiempo. No puedo perderlo en citas banales como antes; ahora el casting lo hago en un segundo y digo "next". Soy intransigente y eso es divertido porque se instala una frialdad, porque no hay tiempo que perder.

¿Cómo está el mercado de los solteros chilenos?

Hay de todo. Tiene que ver con las elecciones que uno hace. He evolucionado y los acentos ahora los pongo en encontrar un compañero y generar una historia que perdure en el tiempo.

¿En qué no transas?

No quiero adicciones cerca de mí. Y me refiero al sentido amplio de la palabra, a todos los hábitos autodestructivos: drogas, alcohol, marihuana, cigarrillo, trabajo, alimentación, celos. Resulta que yo he superado mis malos hábitos, me he pulido y espero que ese trabajo de refinamiento también esté en el otro, que esté en la misma frecuencia que yo.

¿No es ser muy exigente?

No tomo ni fumo, lo encuentro tóxico, entonces mi universo se redujo un montón. A mis 20 me lo carreteé todo, lo pasé chancho, pero es como ropa que te queda chica y por eso ahora estoy en el lado de la tranquilidad. Entonces, he detectado algo muy potente en los hombres: es triste ver que no son capaces de relacionarse con una si no están con tres piscolas. Me ha pasado que salgo y cuando digo que no tomo dicen: "¿Pero cómo me vas a hacer tomar solo? ¡Acompáñame con un pisquito sour, un vinito, lo que sea!". Los hombres son insistentes con el alcohol: les perturba que una esté lúcida mirándolos a los ojos para conocerlos como persona.

¿Entonces está difícil la búsqueda?

Un poco. Además, está el tema de los códigos morales, no en un sentido religioso, sino que en valores como la honestidad, la transparencia, no ser codicioso ni avaro. A estas alturas no tengo tiempo ni ganas de cambiar a nadie. No quiero ese desgaste en mi vida. Ruego, eso sí, para encontrarlo luego.

¿A quién le ruegas?

Soy medio esotérica. Tengo mi brujita y leo el horóscopo. Soy cáncer y serpiente de fuego. Creo en los ciclos lunares y cómo me afectan. Una vez al mes me pego un llanto grande.

¿Qué te hace llorar?

Depende de la pauta del mes. Extraño a mi única sobrina que se fue a vivir a Estados Unidos. También lloro porque a veces siento una soledad profunda. Soy romántica, fui polola toda la vida, conviví... Y de repente estoy sola y quisiera estar con alguien, pero no quiero que sea desde la necesidad, sino desde la dicha de estar en pareja.

Y entonces, Paty, se levanta para la sesión de fotos. Más allá, sobre la mesa, el diario matutino. Ella no lo ha visto, pero el horóscopo para cáncer vaticina que hoy es un buen día para el amor.

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