Mi raro encanto

¿Quién dijo que para ser linda hay que tener la nariz respingada, los dientes derechos y las orejas pequeñas? Hay mujeres bellas que se escapan del dictamen. Lo que el lugar común considera un defecto se convierte, muchas veces, en la secreta razón de un atractivo único.




¿Quién dijo que para ser linda hay que tener la nariz respingada, los dientes derechos y las orejas pequeñas? Hay mujeres bellas que se escapan del dictamen. Lo que el lugar común considera un defecto se convierte, muchas veces, en la secreta razón de un atractivo único.

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