La necesidad de referentes

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"Efectivamente tenemos pocos referentes femeninos en la historia de Chile, pero no es porque no existan. La razón es que las mujeres y sus aportes en la política, el arte, la academia y tantas otras áreas han sido invisibilizados o no han tenido el mismo peso que los masculinos debido a que la historia ha sido construida desde la masculinidad", dice la doctora en ciencias sociales y especialista en estudios de género de la Universidad de Chile, Verónica Aranda.

Según la psicóloga de Conciencia Fem, Stephanie Otth, "la falta de referentes vuelve mucho más exigente al aparato psíquico de las personas ya que es muy difícil poder identificarse con algo que ha estado invisibilizado. Esto va condicionando los grados de libertad con los que nos podemos mover y, en el caso particular de las mujeres, se van empobreciendo las posibilidades de futuro en función de lo que han visto". Y agrega: "Si somos capaces de entender que los referentes existen, pero han estado invisibilizados, podemos cuestionarnos por qué no han sido reconocidos. Eso nos hace reflexionar sobre la idea de qué tan propios son ciertos territorios y cuán extranjeras somos las mujeres en esos espacios".

Ambas expertas coinciden en que para las mujeres hay un camino mucho más sinuoso. Aranda habla de la metáfora del laberinto, porque no es un camino de ascenso. "El que tengamos referentes femeninos ayuda a la deconstrucción del mundo masculinizado y nos permite ver que las mujeres también podemos llegar a la cúspide y a los puestos de poder. Por eso fue muy importante que nuestro país tuviera una presidenta mujer, ya que el referente tiene la potencia de cambiar el imaginario", concluye.

En espacios públicos

1.044 calles homenajean a mujeres versus 5.269 que homenajean a hombres,

según un estudio de Mapcity en el que se contabilizaron las 6.313 calles que conmemoran a alguna personalidad en las 16 capitales regionales del país.

  • Dentro de las mujeres que destacan está en primer lugar Gabriela Mistral y le siguen nombres de índole religioso (Santa María y Santa Teresa) y esposas de emblemáticos líderes Mapuches (Guacolda, esposa de Lautaro, y Fresia, esposa de Caupolicán). Sin embargo, en el caso de los hombres el número uno corresponde a un ministro de estado (Diego Portales), le sigue un héroe de la armada (Arturo Prat), un guerrillero y militar chileno (Manuel Rodríguez), un líder mapuche (Lautaro) y el denominado conquistador de Chile (Pedro de Valdivia).
  • Del total de nombres de mujeres, el 22% corresponde a la índole religiosa, mientras que en el caso de nombres de hombres apenas el 1% corresponde a esta categoría.
  • Si se analizan los premios nacionales de literatura, el 67% de los hombres que lo han recibido cuentan con un nombre de alguna calle. En el caso de las mujeres, la cifra disminuye al 60%. Aunque los número no parecen ser tan dispares, si se considera que apenas 5 mujeres han recibido este premio versus 49 hombres, se tornan más desiguales.
  • En lo único que existe una mayor paridad es en el caso de dos emblemáticos cantautores reconocidos a nivel mundial: Víctor Jara y Violeta Parra, ya que el primero cuenta con 6 calles, mientras que la segunda con 5.

En el metro

136 estaciones tiene el Metro de Santiago.

40 tienen relación con nombres de hombres

8 con nombres de mujeres (Solo 2 no son santas de la Iglesia Católica: Elisa Correa e Inés de Suárez).

"Lo que no se nombra no existe, no se conoce, no se recuerda. La denominación del espacio público es una oportunidad de conversación y negociación para recoger las voces que el androcentrismo ha marginado y silenciado. El metro puede tomar este debate y transformarlo en un desafío. Un homenaje a las mujeres que han sido protagonistas y permitir que la ciudadanía y las nuevas generaciones las conozcan", dice Verónica Aranda.

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