Las celebraciones en tiempos de crisis

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Se nos vino encima fin de año, de golpe. Siempre suele ser un poco así. Empezamos en octubre a ver decoraciones navideñas en las tiendas y supermercados, pero este fin de año simplemente nunca lo podremos olvidar. La agresividad está de pelos, y no me refiero a la violencia en las marchas, sino que de la gente común y corriente, funcionando en su día laboral. No nos va quedando paciencia que aguante. He visto gente pelearse de auto a auto, en el supermercado, en la vereda. Estamos ansiosos, nerviosos, asustados y angustiados. Y se vienen las fiestas. Fiestas de fin de año, paseos de cursos, Navidad, Año Nuevo. De imaginármelas me dan ganas de llorar. Pero, por otro lado, como padres y madres no nos queda otra que mantener, en lo posible, los ritos familiares, tradiciones, celebraciones de cumpleaños e hitos importantes en la vida de nuestros hijos.

No podemos ponerle "cancelar" a la vida de nuestros hijos. Seguir tratando de celebrar es una manera de parar esta ola de sensaciones y rescatar lo que le agrega valor a la vida. Nos reafirma y nos recuerda que nos tenemos y qué es importante para nuestra familia. Probablemente serán celebraciones diferentes. Quizás, y ojalá, sean más sencillas, donde lo importante sea compartir, reírse, pasar tiempo juntos, cocinar en familia las recetas que siempre cocinamos, y dejar de lado el consumismo y las ansiedades.

Celebremos con y en calma. Rescatemos y mantengamos ritos y tradiciones. Y si no las tenemos, este es el año para inventarlas junto a nuestros niños ya que las tradiciones son clave para una cultura. Nos recuerdan que somos parte de una historia, definen quiénes somos. También contribuyen a una sensación de pertenencia y a reconectar con los que queremos.

Las tradiciones y celebraciones familiares son una especie de tejido que nos hace apegarnos más y más a nuestros seres queridos. Y más que nunca necesitamos recordar y aferrarnos a esos sentimientos, para seguir tejiendo estos recuerdos familiares que los niños atesoran de por vida. Al juntarnos con los que queremos se crea un espíritu alegre, festivo, que nos hace conectarnos y nos da un sentido de pertenencia. Tan necesario para todos, pero por sobre todo para los niños. Las tradiciones y ritos familiares juegan un rol fundamental en la formación de la personalidad e identidad de nuestros hijos, la que se traduce también en el buen desarrollo de la confianza en sí mismos, en su seguridad y autoestima.

Probablemente será más difícil disponernos a celebrar. Estamos cansados. Quizás sea bueno conversar con los hijos, que este año las celebraciones serán un tanto diferente. Serán más tranquilas, mas meditadas y de más reflexión por lo que está pasando en nuestro país. También podemos enfocarla en agradecer lo que cada uno tiene y también en compartir con los que no tienen. Este es un buen momento de desahogo y para un llantito loco por aquí y por allá, y está bien. Celebremos sin negar emocionalmente lo que estamos viviendo, pero celebremos tenernos.

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