El otro alemán

Alemania tiene fuertes competidores en el ring de la moda. El llamado kaiser, Karl Lagerfeld, y la madre del minimal, Jill Sander. Pero está el otro alemán, tanto menos famoso para el gran público y mucho más intrigante: Tomas Maier.




Paula 1108. Sábado 10 de noviembre 2012.

Alemania tiene fuertes competidores en el ring de la moda. El llamado kaiser, Karl Lagerfeld, y la madre del minimal, Jill Sander. Pero está el otro alemán, tanto menos famoso para el gran público y mucho más intrigante: Tomas Maier.

Su sólida obra como director creativo de la firma italiana Bottega Vente -fundada en 1966- ha intrigado a sus pares y al negocio de la moda debido a su inusual estilo.

Amante de lo paulatino, apasionado por los procesos artesanales y el tiempo que estos toman, su visión queda muy clara cuando define lo que considera es la buena ropa: "the better the clothes are, the less you see them" (algo así como "cuanto mejor es la ropa, menos se deja ver").

En 2001, la firma PPR, dueña de marcas como Gucci y Saint Laurent, compró una Bottega Veneta que yacía agonizante producto de muchos años con el rumbo perdido. Tom Ford, quien trabajaba para Gucci, fue el encargado de reclutar a Maier desde Hermès para la imposible misión de revivir la marca que se había hecho famosa en los setenta por sus simples guantes de cuero con un peculiar trenzado tejido a mano. Esa técnica de tejer el cuero siguiendo un patrón cruzado se llama intrecciato; es uno de los sellos históricos de Bottega Veneta y punto clave en su resurrección a manos de Maier.

Durante su primera colección, en 2001, el diseñador creó una cartera llamada

The Cabat, sin forma rígida, sin logos, suelta y relajada como una bolsa cualquiera, y con el más suave cuero tejido con el patrón trenzado. Fue un éxito sin precedentes y hasta hoy es un hit de ventas, a pesar de su elevadísimo precio. Maier detesta la moda pasajera concebida para la temporada y la parafernalia. Lo suyo son los diseños que perduran en el tiempo, de gran calidad en los materiales y con un diseño que no ignore la utilidad.

Ropa discreta. Lo suyo es la lenta evolución de una temporada tras otra, en la que no se rompe el diálogo ni la expectativa del actor más importante de la ecuación, el consumidor. Su trabajo no es suyo, prefiere llamarlo una colaboración con los artesanos, en la que todos participan por igual. Tomas Maier vive entre Milán, Nueva York y Palm Springs (Florida), y luego de años de gestión silenciosa y alejada de los flashes y de las tendencias, Bottega Veneta es la marca más exitosa del conglomerado de modas PPR después de Gucci, y vende aun más que Saint Laurent.

Maier es un respetuosos hacedor de ropa que guarda coherencia con los valores de la marca que representa y las expectativas de quienes han encontrado en ella un bastión de estilo, que no cambia al vaivén de las tendencias. Recuperó para Bottega Veneta su filosofía original del No-logo y le dio una nueva dimensión a la frase original de la marca: when your own initials are enough (cuando las iniciales propias son suficientes).

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