El pago de pensiones de alimentos ha aumentado en un 310%




De acuerdo con la Superintendencia de Pensiones, en los últimos meses se ha registrado un aumento del pago de pensiones de alimentos en un 310% gracias al cargo que se le hace a los deudores a sus fondos de AFP y otros medios, lo que equivale a un total de 162 mil millones de pesos.

La gravedad de la problemática por el no pago de pensiones de alimentos se logró visibilizar con gran fuerza durante el año 2020, cuando nos encontrábamos viviendo una de las mayores crisis producto de la pandemia por Covid 19. Ahí, fuimos testigos de las largas filas encabezadas mayoritariamente por mujeres madres fuera de los tribunales de familia, intentando solicitar la retención de la deuda con cargo a los retiros de los fondos previsionales de los deudores, principalmente padres que debían pensiones a sus hijos e hijas por largos períodos de tiempo.

Hoy, a casi un año de la entrada en vigencia de la Ley de Responsabilidad Parental y Pago Efectivo de Pensiones de Alimentos, hemos podido constatar que cuando existe la voluntad política y legislativa, unida a la orientación de expertos y al aporte de distintas instituciones, podemos lograr importantes avances y resultados beneficiosos que resguarden los derechos y la calidad de vida de miles de ciudadanos, en este caso, de miles de niños, niñas y adolescentes.

Esta ley, en complemento con el gran trabajo realizado para lograr el Registro Nacional de Deudores, permite que se haga efectivo el pago de pensiones de alimentos, haciendo algo de justicia a la carga económica que han tenido que asumir, sobre todo las mujeres madres. Sin embargo, hay un alto número de mujeres que siguen asumiendo esta carga, ya que la informalidad, la falta de cotización e inexistencia de ahorros previsionales, imposibilita la retención del dinero y el pago de pensiones. A esto se suma que en muchas ocasiones el proceso de demanda resulta agotador y expone a las mujeres a situaciones que en ocasiones las hacen desistir debiendo seguir asumiendo estas responsabilidades por sí solas.

A pesar de los desafíos que aún persisten en esta materia, se debe rescatar la experiencia de lo logrado a través del trabajo colaborativo de distintos actores sociales. Es esto lo que necesitamos para poder enfrentar problemáticas que aquejan a la mujer y a los niños y niñas por tanto tiempo: violencia de género, derecho a sala cuna, desigualdad salarial , entre otras.

No podemos seguir esperando, ya sabemos que la articulación es posible cuando hay voluntad.

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