Telestudiantes: Cuando la sala es tu dormitorio

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Mientras que muchas personas se están enfrentando hoy en día a las complejidades que implica el teletrabajo y otras ven complicados sus sueldos mensuales al no poder trabajar en medio de la cuarentena, los estudiantes universitarios se enfrentan a un escenario igualmente difícil: estudiar desde sus casas dependiendo, inevitablemente, de un computador y conexión a Internet.

Catalina Valdivia cursa primer año de Obstetricia en la Universidad San Sebastián y nunca ha ido a una clase presencial. Aunque asegura que a ella le acomoda quedarse en su casa y trabajar desde un notebook, entiende que para muchos de sus compañeros -a quienes solo conoce a través de la pantalla- esta dinámica es un verdadero problema. "No todos tienen la posibilidad de hacerlo. De hecho, en teoría estamos en paro, pero como en primer año tengo muchos ramos de otras carreras estoy con algunas clases de otras facultades", explica. Y agrega: "No todos tenemos internet y la plataforma que habilitaron se cae una y otra vez. Además, se supone que tenemos clases de laboratorio, pero a través del computador no tenemos ni laboratorio ni implementos". Fueron precisamente algunos de estos problemas los que llevaron a la Universidad de Chile a declarar un "paro online".

"Muchos compañeros y compañeras no pueden acceder a clases por falta de conexión a internet o computador, así como por los altos costos de la educación, por lo que trabajamos con las autoridades para crear la beca de internet que se está repartiendo, así como una serie de beneficios relativos a la matrícula", cuenta Emilia Schneider, presidenta de la FECH, quien agrega que la paralización de actividades se decidió luego que la universidad decidiera comenzar el año académico sin que estos beneficios abarcaran al total de estudiante que los necesitan.

"Como íbamos a partir el año con estudiantes que no iban a poder acceder a la educación, decidimos paralizamos para que ningún estudiante se quede atrás en las condiciones que tenemos actualmente", explica. Lo que pide la FECH, encabezada por Schneider, es que a todos los estudiantes se les garantice y se les entreguen las medidas necesarias para poder estudiar desde sus casas y se les solucionen los problemas de matrícula a todos los alumnos en situación de vulnerabilidad cuyas familias están enfrentando un complejo escenario económico. La finalidad es garantizar una educación de calidad que se adapte a la situación actual que vive el país.

"No creo que sea viable hacer un semestre completo con este sistema", asegura María Pía Valdivia, estudiante de quinto año de arquitectura en la universidad Andrés Bello. "No tenemos ni el ambiente ni la infraestructura de la universidad. Creemos que es mejor terminar en enero las clases antes de seguir este sistema online", dice.

Desde el punto de vista de la docencia, tampoco ha sido fácil emular el ambiente de una sala de clases a través de la pantalla. Así cuenta Javiera Krestchmer, profesora de Actualidad Política en la Universidad Del Desarrollo. "Mi experiencia no ha sido tan buena, en primer lugar porque tuve que conseguirme un computador que fuera compatible con el sistema de teleconferencia, pero principalmente porque, aunque se den todas las condiciones para que la conexión funcione, se pierde el vínculo que se genera con los alumnos en las clases presenciales", explica. "Los alumnos no se conectan y no tienen vínculo entre ellos, tampoco pueden trabajar en grupos. Entonces esto hay que saber sortearlo y superarlo, pero al final del día no es lo mismo".

La mañana del martes 31 de marzo, desde la cuenta de Twitter del Ministerio de Educación, el ministro Raúl Figueroa anunció que no habrán clases presenciales durante abril y que las modificaciones a esta indicación estarán sujetas a la evaluación del Ministerio de Salud.

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