Colombina en tres tracks

En julio sacará su primer disco como solista: Flores como gatos, tan personal que no lo quiere tocar frente a mucha gente. Colombina Parra (40) se puso a escribir canciones pensando en sus amigos y su familia. Las musicalizó conguitarra de palo y las grabó en su casa. Su voz suena más dulce que nunca. Aquí cuenta las historias detrás de las tres canciones más íntimas del álbum.




"Durante una temporada viví en una casa que compré en Las Cruces, que era de una señora que se había muerto. En su jardín había millones de flores de todos colores. Yo me enamoré del jardín, aunque nunca me han gustado mucho las flores, pero era tal la cantidad que era como estar dentro de un sueño, de un paisaje extraño, de una escena de Akiro Kurosawa. Y estaba lleno de gatos que decían miau entre las flores. Ahí empezaron a surgir estas canciones. Hernán Edwards, mi pareja y guitarrista de mi banda Los Ex, me dijo 'grabémoslas con guitarra de palo'. Invitamos a mi hermano Barraco, con quien de niños siempre tocábamos juntos. Grabamos en nuestra casa acá en Santiago, muy relajados. Cocinábamos, después grabábamos, después comíamos. Nos reíamos. Haciendo vida normal. Por eso el disco es tan cálido y familiar".

Track 1: Vamos a almorzar

Oye, por qué no vamos a visitar a nuestra madre / a lo mejor se arma la familia feliz / no sé, pero creo a veces que

podría ser / volver a ser lo que nunca fuimos alguna vez / ella vive allá en el barrio Brasil / en un edificio oscuro que

está ahí / cuando se abre la puerta ella arrastra un poco las patas / casi siempre está en pijamas / hola, mami, cómo

estás / qué lindos están los afiches / siempre pegas afiches en las paredes por todas partes / oye, mira qué lindos esos canastitos llenos de cosas / yo sé que no puedo tocarlos porque son tus cosas / oye, mira, vinimos también con mi hermano, ¿te gustaría que almorzáramos todos juntos? / sí, puede ser ese pollo que compras a la vuelta de la esquina, con esas papas fritas duras, igual quedan ricas / ah, ¿así que no fuiste tú la que quiso separarse? / ah, ahora me doy un poco de cuenta / ah, qué lindo es mirarte cuando hablas / qué lindo, parece que no te escucharas / oh, ¿habrás sido así siempre tan linda? / parece que cuando hablas todo se pone en silencio / hola, hola mami, aquí estamos / hola, no sabes todo lo que pasamos / no importa todo lo que pasamos, porque ahora estamos comiendo este pollo que está muy rico / y tú estás muy linda.

"Así veo a mi mamá ahora. La verdad es que esta canción no debería estar en el disco, porque es demasiado íntima. Mi mamá la escuchó y no quiere que la toque, jajá. A mí me encanta. Hay gente que me ha dicho que lloró con esta

canción, que se le apretó la garganta. Es un poco lo que nos pasa a todos con la figura de la mamá. Y eso que mi mamá, Nuri, es como normal".

Track 2: Mi casa ideal

Están sacándole el hollín a la estufa que hace tiempo no prendemos / Hernán está barriendo el techo de todas las hojas que cayeron del invierno / Tololo acaba de llegar de su segundo día con un amigo del colegio / no importa el frío / que esté nublado.

"En esta canción hay varias historias cotidianas cruzadas. Tiene que ver con lo que dice una canción de Lennon: la vida es lo que te pasa cuando estás programándote para otras cosas. Uno siempre quiere más y más cosas, tener otros proyectos, y no te das cuenta de que el máximo proyecto ya lo hiciste. Está todos los días contigo. Y es mi hijo, Tololo, llegando todos los días de la misma manera a la casa. No valoras lo que te rodea hasta que un día lo descubres y dices 'Sí, está bien esto. Está lindo'".

Track 3: Berlines para los dos

Hoy día fuimos a San… / y nos quedamos en pan… / no nos cobraron café/ y tuve que saludar / casi nos sacan un par… / no tenía ni un papel.

"Mi tío Roberto tenía varias cuecas en que usaba el fraseo sin terminar las palabras. Creo que de ahí me vino esto de las palabras cortadas. Es la historia de un paseo que hice con mi papá, Nicanor, por San Antonio. Nos pararon los pacos y no teníamos documentos, nada. Logramos persuadirloscon unos berlines que habíamos comprado. Después entramos a tomar un café y como él es tan famoso, nadie le cobra. También estaban los barquitos de colores de San Antonio, que ahora los tapa ese edificio horrible que construyeron en el puerto. Ya no se ve el mar. Cómo tan idiotas".

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