El salto de Fernanda Urrejola

Fernanda Urrejola se pegó un salto: pasó por terapia y se pensó a sí misma. Ahora, además de estar en la próxima teleserie de Vicente Sabatini en Chilevisión, debutará como codirectora de cine en Silencio, nada menos que una historia escrita por ella misma. Aquí, su pensamiento hablado.




- Toda la vida Fernanda vivió con una actriz dentro suyo.

- Cuando chica pensaba todo lo que le costaría enamorarse. Para ella, su papá era el hombre perfecto.

"Yo tenía un tema con mi papá. Era muy guapo y siempre pensé que nunca iba a encontrar a un hombre mejor que él. Cuando crecí me di cuenta de que era un ser humano con virtudes y defectos, como cualquier otro, y se quebró esa ilusión".

- En un viaje de diez días a Cuba Fernanda creció. Tenía catorce años y pasó de ser una niña a tener cuerpo de mujer.

- En el colegio las niñas de los cursos más grandes le decían prostituta. Ella ni siquiera había dado su primer beso. Ahora sabe que era por envidia.

- La relación con los hombres no fue fácil. Le costó mucho sentirse deseada. Durante una terapia Fernanda se dio cuenta de que tenía un trauma. Lo había bloqueado por más de diez años.

"Desde que tenía nueve, viví pequeñas situaciones de abuso. Varias veces me pasó que personas extrañas me manoseaban. Y yo no reaccionaba. Me quedaba paralizada. No podía gritar ni defenderme. Fue un tema que trabajé mucho y que ya tengo resuelto".

- Por mucho tiempo sufrió pesadillas. Soñaba que despertaba y que no podía moverse. Para ella, ese era el peor castigo de la humanidad.

- Ser campeona nacional de nado sincronizado le dejó una gran lección: si uno trabaja puede lograr lo que se proponga. Todo es como un gran músculo.

- Un accidente le enseñó que no podía basar su seguridad en la belleza.

"La cicatriz que tengo en el labio me la hice porque me desmayé después de un entrenamiento. De herida pasó a infección y estuve diez días en la UTI. Fue muy fuerte mirarme al espejo y pensar que iba a quedar así. Parecía un monstruo. Ahí aprendí que la seguridad no puede estar en la apariencia."

- Sus papás llevan 37 años de matrimonio. A los 19 se casó intentando repetir su historia, pero se separó después de un año y cuatro meses.

Mis papás pololearon dos meses y se casaron a los 18. Yo pololeé cuatro meses y me casé. Los veía como una pareja mágica y siempre quise ser parte de eso. Cuando me di cuenta de que yo iba para otro lado fue muy duro. Mi separación fue el primer fracaso importante de mi vida".

- En su casa el peso siempre fue un tema. Fernanda dice que es capaz de subir un kilo diario.

- La farándula y la cantidad de horas en televisión destinadas al tema le dan risa.

"Encuentro gracioso que exista un personaje que se llama Luli y hable cantado. Me contaron lo que le dijeron y encuentro que el mejor insulto es 'gorda lechona andá a comerte los postres'. Lo quiero patentar. Yo también soy una golosa come postres."

- Lo que más le gusta de ser actriz es la empatía. Poder entender el punto de vista de otros.

- Fernanda siente que fue condescendiente con sus antiguas parejas.

"Me pasaba el día entero diciéndoles a mis parejas lo maravillosos que eran. Mi personajillo de conquista terminaba siendo una especie de hada madrina que les cumplía todos los deseos y los enaltecía como gigantes. Ahora me pregunto, ¿dónde quedaba yo?

- Le llama la atención que las mujeres sean capaces de meterse con hombres comprometidos y pasar por encima de otra mujer.

- Dice que su pareja actual, el italiano Stephano Benaglia, es su mejor amigo.

- En este minuto está alucinada con la sicología y con el estudio de la personalidad. Por esto, la búsqueda de la identidad es el tema de su próxima película.

"La personalidad es una cáscara que cubre algo. Todos crecimos desarrollando esa cascarita que nos defiende del mundo, pero ¿por qué no somos capaces de romperla? Yo tengo ganas de ver cómo es el pajarito que está creciendo dentro de mí."

- Va a cumplir treinta años y se siente orgullosa de su madurez.

- Fernanda Urrejola -dice- ya no le tiene miedo a la vida.

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