Joven pero no alocada

La película trata sobre una joven evangélica enamorada de dos personas: un hombre y una mujer. "¿Cómo vivir en la dualidad continua de amar a dos?", es lo que se pregunta Marialy Rivas (35), directora de Joven y alocada, la cinta chilena que fue éxito en el reciente festival de Sundance y que por estos días está en el Festival de Berlín. En Chile, se estrena en marzo.




La experiencia en Sundance fue increíble. La noche del estreno todo el mundo se quedó al debate, anduvimos de entrevista en entrevista. Ha sido agotador pero muy estimulante, nos sentimos muy felices. Y lo mejor es que conseguimos un distribuidor, el mismo que distribuyó La marcha de los pingüinos.

Para mí el cine es una vocación. Tal como les pasa a los curas que sienten el llamado de Dios, yo sentí el llamado del cine.

Nunca he visto tv. No me interesa, la encuentro un ruido desagradable. No la conozco, no la consumo, no la aprendo. De niña estuve en un colegio Waldorff y jamás vi tele porque jamás fue un producto de consumo en mi familia.

Encuentro pésimo que la gente prefiera el cine gringo que el chileno, porque el cine gringo es un espejo de otros anhelos y realidades. Si viéramos más nuestro cine, entenderíamos mejor quiénes somos.

Mucha gente cree que yo soy joven y alocada. Pero no. Nos hemos fusionado completamente a estas alturas. Joven y alocada es joven y alocada y Marialy es Marialy, que está harto más vieja que joven y alocada.

Leí, por mucho tiempo, el fotolog de Joven y alocada, que ya se cerró. Me cautivaron las columnas que hablaban muy abiertamente sobre sexo con hombres o mujeres, mezcladas con historias de su familia evangélica ortodoxa y la oposición entre religión y sexo. Tenían muy buena pluma y un humor muy particular, porque inventaba palabras como "evangelais" y "madurasound", que ahora están como de moda.

Un día pensé: "Si puedo hacer una película que tenga las mismas historias que Joven y alocada va a ser una buena película, porque yo no puedo parar de leer este fotolog".Ahí quise contactar a esa persona anónima. Tenía que saber si lo que escribía era verdad o mentira. Así que le escribí un mail y resultó que era de verdad: una joven que estudiaba Literatura.

Trabajé con Peirano para el guión en base a las miles de entrevistas que le hice a ella y otras cosas de ficción. La filmación la hicimos en cinco semanas, casi guiada por la guata, por una intuición.

El mundo evangélico lais pasa medio inadvertido en Chile, pero lo descubrí haciendo esta película. Son muy vehementes. Tienen buen gusto, les gusta el arte, son educados y muy cultos, son medios hippies, onda como que vivirían en La Reina.

¿Qué hay aparte del sexo y la muerte? No sé qué otras temáticas podría retratar alguien. Por eso mis películas han tratado siempre de estos temas.

A los chilenos les gusta hacerse los liberales, pero en el fondo son todos bastante homofóbicos. En Estados Unidos es maleducado hacer una broma gay, pero en Chile el chiste es: "Oye, mira ese fleto" o "cacha a ese cola", y todos se ríen. Es inaceptable.

Mientras más cuico, más reprimido y menos asumido. Es como un combo perfecto, porque esas personas, en general, están más relacionados con la Iglesia Católica y tienen más presiones sociales. Por eso no me parece nada de raro que haya gente a la que le cueste asumir su identidad sexual.

Envidio profundamente a las personas que puedan tener otras formas de relacionarse con sus parejas, porque yo miro el amor para siempre, nunca pongo el gorro. Soy monogámica, de relaciones largas. Pero me parece admirable que otros encuentren formas distintas de amar. Quizás por eso me gustó tanto la historia de Joven y alocada, que está enamorada al mismo tiempo de un hombre y una mujer, porque no soy para nada así.

Soy bastante conservadora, a pesar de todo lo que parezca. No tomo, no me drogo. Te juro que podría ser del Opus Dei. Mis hermanos me dicen "Ay, qué fome, qué ordenada".

Ahora hay hartas directoras que están saliendo, como la Elisa Eliash, la Dominga Sotomayor. Cuando yo comencé, estaba sola. O sea, estaba la Tatiana Gaviola y la Valeria Sarmiento… y sería…

Me encanta la generación de ahora. Es gente que creció sin dictadura, entonces no le teme a nada y eso es súper sano. Hacen lo que les corresponde, lo que creen correcto. Son valientes, liberados. Me parecen "lo más".

Particularmente, de esta película me pone orgullosa la valentía: la de Joven y alocada, de lanzarse a hacer una película basada en ella; la de Alicia Rodríguez, la actriz principal, que es capaz de interpretar ese papel. Y todo el trabajo de equipo. O sea, la película es una suma de gente que pone todos sus talentos y mucho amor.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.