Juanita Ringeling: Las cosas en que creo

Apoya activamente a fundaciones ambientalistas y participa de un grupo de tertulias políticas, porque le interesa la contingencia. También recicla la basura, jamás pisa un mall y apenas puede se escapa a la playa, porque le hace falta el mar. La actriz Juanita Ringeling, quien actualmente participa de las grabaciones de Bim Bam Bum, la producción que TVN estrenará en marzo, desarrolla aquí el decálogo de las cosas en las que cree.




Con mis hermanas, cuñados y amigos hacemos unas tertulias políticas, cuyo objetivo es informarnos de primera fuente para generar una opinión más contundente. Nos juntamos en una casa, tomamos vino, comemos pizza e invitamos a un personaje relevante que tenga algo que decir. Ha participado Marco Enríquez Ominami y José Weinstein. Antes de esas reuniones nos preparamos, leemos, nos documentarnos. Es algo bastante serio, en que lo central es la contingencia.

Por supuesto que fui a votar. No puedo entender el llamado de Eloísa González para funar las elecciones. Me parece del terror, con todo lo que le costó al país llegar a la democracia. Lo social me preocupa. Mi papá ha estado en el servicio público (Federico Ringeling fue alcalde de Zapallar y acaba de resultar electo concejal por la misma comuna) y desde chica me tocó ir a los centros de madres y me inculcaron la conciencia de que existe desigualdad, de que hay que cuidar el patrimonio común. Siento el bichito de la política, pero es un llamado que he postergado para más adelante. Cuando esté establecida en un lugar, lo que aún no lo logro.

Tengo una relación de humildad con la tierra. Lo aprendí en Cachagua, donde nací y me crié. Cuando vives fuera de la ciudad la naturaleza es tan infinita, inevitablemente entiendes lo pequeño que es el hombre frente a ella. En Santiago es distinto: las casas están pegadas, la gente se mira a sí misma. Por eso, trato de irme todos los fines de semana a la playa, porque echo de menos el mar.

Hago cosas muy pequeñas en el día a día que contribuyen al cuidado del medio ambiente. Por ejemplo en la industria del cine y la televisión es impresionante la cantidad de vasos plásticos que se botan a diario. Yo, traigo mi botella para ir rellenando con agua, y para el café traigo mi tazón, en vez de ir usando uno y otro vaso. Además, no tengo auto. Ando por todo Santiago en metro, micro y bicicleta. Y reciclo, tengo un compost en mi casa, uso ampolletas de bajo consumo y apoyo activamente a algunas fundaciones ambientales como Reforestemos Patagonia.

Me hago ropa reutilizando lo botado. Guardo ropa mía, o de mis hermanas y rescato el género. Ocupo todo lo que hay en la casa. Me compro muy poco y, cuando lo hago, prefiero la ropa usada. Tengo mis picadas: los zapatos alemanes y usados de Loncoche son buenos, lindos y nunca antes vistos Algunas marcas me regalan ropa, pero ir al mall no es lo mío. Creo que seguir la moda a toda costa es un equívoco. El pitillo no le queda bien a todas, el encaje tampoco. Creo que la moda es entretenida cuando da identidad.

Prefiero mil veces las cosas hechas a mano, de manera lenta. Que un objeto tenga una historia reconocible es súper bonito. Ahora fui a Rari, el pueblo del crin. Quedé fascinada. En la puerta de cada casa hay una artesana trabajando a puertas abiertas. Te compras algo y te lo llevas como un tesoro a tu casa. Eso tiene un gran valor, el objeto se cuida más, no es como lo hecho en China que lo compras y queda tirado por ahí.

Hace un tiempo me regalaron un baúl antiguo que contenía un ajuar de novia: quedé encantada. Desde entonces fabrico coronas y tocados para novia y para fiesta, con plumas, flores, rafias. Con cosas simples y sentido estético, se puede hacer un detalle hermoso. (Facebook.com/juana.ringeling).

Hace tres años tomé una decisión: hacer todo lo que quiero y solo lo que me guste y me parezca interesante. Hace un año empecé a hacer con una amiga teatro en la cárcel de mujeres. Es un taller y después montamos las obras con música, poesía y mucha improvisación. El año pasado lo hicimos con poco presupuesto, pero ahora mi sueño es encontrar financiamiento para hacerlo nuevamente, pero nos ha costado mucho. Siento que como sociedad tenemos que hacernos cargo de esas personas que están ahí y no nacieron con nuestras oportunidades.

Soy vanidosa, imposible no serlo siendo actriz. Sobre todo en las grabaciones de Bim Bam Bum, donde usamos poca ropa y quedamos tan expuestas. Yo no me siento sexy, pero ha sido entretenido explotar ese lado. Ha requerido mucha preparación física y ensayos con el cuerpo de baile de la Universidad de Chile. Además, yo me estoy preparando hace tres meses con un personal trainer para estar más tonificada. En esa producción interpreto a Laura, una niña de Limache que quiere ser estrella del Bim Bam Bum.

Me cuesta mucho proyectarme. Es que sueño mucho. Si pienso en qué voy a estar en 10 años más, creo podrían ser muchas cosas: en el Amazonas corriendo por una causa ambiental, criando gallinas en Aisén o actuando en Bollywood. Siempre quiero estar en muchos lugares.

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